A todos nos gustan los rituales que acompañan a la Navidad: reunirnos con la familia y los amigos para hacer regalos, ver la televisión y decorar el árbol. Desgraciadamente, otra tradición navideña para muchos de nosotros es el exceso de comida, con golosinas, bebidas y demasiados pasteles de carne que nos hacen sentir más bien perezosos y poco saludables al llegar enero.
Sin embargo, la Navidad no tiene por qué significar pasar el Año Nuevo recuperando nuestra salud. He aquí cómo pasar unas Navidades muy felices sin dejar de cuidar el corazón…
A continuación, te ofrecemos una serie de consejos que le ayudarán a mantener la tensión arterial bajo control sin dejar de disfrutar de las fiestas navideñas.
Aunque durante las fiestas es probable que comas y bebas más, intenta empezar el día con una buena comida, como la avena. Son saciantes y están llenos de fibra, y puedes añadir un poco de canela para darle un toque navideño.
También puedes probar con bebidas bajas en alcohol o sin alcohol estas Navidades. Hay una gama de cervezas, vinos y licores sin alcohol que no tienen sus efectos negativos. No solo te levantarás sin resaca, sino que el alcohol aumenta los niveles de triglicéridos en la sangre y, si son demasiado altos, pueden provocar una acumulación de grasa en el hígado. Esto significa que el hígado tiene que trabajar más y no puede eliminar el colesterol de la sangre, lo que hace que los niveles de colesterol aumenten. Esto, a su vez, puede aumentar el riesgo de ataque al corazón y de infarto.
1. Comidas regulares ricas en fibra
La fibra nos llena y mantiene nuestro intestino sano. En Navidad puede haber mucha comida baja en fibra y alta en azúcar, por lo que es importante incluir algún alimento rico en fibra en cada comida y tentempié.
Incluye mucha fibra en tus comidas a lo largo del día, como frutas, verduras y cereales integrales como la avena, el arroz integral y la quinoa. Llena la mitad de tu plato con verduras coloridas y sin almidón, como verduras de hoja verde, zanahorias, brócoli, judías, tomates y pimiento.
2. El sodio puede suponer un problema
En esta época del año no faltan los aperitivos salados. Se ha demostrado que el exceso de sodio aumenta la presión arterial. El exceso de sodio retiene el exceso de líquido en el cuerpo, lo que supone una carga adicional para el corazón.
Habla con tu médico sobre una dieta baja en sodio si tienes la tensión alta. Y piénsatelo dos veces antes de tomar esos alimentos de temporada que quizá no sepas que pueden estar cargados de sodio: panes, quesos y carnes preparadas.
3. Cuidado con el estrés
Sí, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente mientras se lucha por esa última plaza de aparcamiento en un kilómetro y medio del centro comercial, pero es importante encontrar formas positivas de evitar o aliviar el estrés.
Durante el estrés, tu cuerpo libera hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) en la sangre que preparan al cuerpo para la «respuesta de lucha o huida». El corazón late más rápido y contrae los vasos sanguíneos, lo que eleva la presión arterial temporalmente. No todo el estrés es malo.
El estrés crónico puede hacer que tu cuerpo se ponga en marcha de forma intermitente durante días o semanas. Y aunque no sea la causa directa de la hipertensión, el estrés crónico puede conducir a elecciones de estilo de vida poco saludables que pueden afectar a la tensión arterial.
4. Toma tus medicamentos
Si estás tomando medicamentos para controlar la tensión arterial, te está saboteando a sí mismo si no los tomas según lo prescrito. Puede resultar confuso, pero hay muchas herramientas para llevar un control. Hay aplicaciones para tus dispositivos móviles, o puedes hacer listas a la antigua usanza o marcar tu calendario.
5. Cuidado con los medicamentos de venta libre
La AHA recomienda a las personas con hipertensión arterial que comprendan que los descongestionantes pueden elevar la presión arterial. Muchos medicamentos de venta libre para el resfriado y la gripe contienen descongestionantes como la oximetazolina, la fenilefrina y la pseudoefedrina, que aumentan la presión arterial.
6. Cuidado con la apnea del sueño
Si roncas o tienes problemas de sueño o fatiga diurna, es posible que tengas apnea del sueño. Esta afección potencialmente mortal puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, así como de insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes.
Cuando las personas tienen apnea del sueño, los tejidos de la garganta se colapsan durante el sueño y bloquean las vías respiratorias. El cerebro obliga a la persona despierta a toser o tragar aire, a menudo muchas veces en el transcurso de una noche. Si tiene apnea del sueño, seguir el tratamiento prescrito puede ayudarle con su presión arterial. Si sospecha que puede tenerla, hable con su proveedor de atención médica.
7. Cambia tus opciones de bebida
Beber o no beber alcohol es una decisión personal. Si decides beber alcohol, recuerda que debes hacerlo en la cantidad recomendada. El consumo excesivo de alcohol o las borracheras pueden afectar tu corazón, incluso en personas que no suelen beber mucho.
Asegúrate de saber cuál es el nivel de alcohol recomendado para reducir los riesgos para la salud.
Y asegúrate de estar hidratado antes de empezar a beber alcohol, sobre todo cuando hace calor. Alterne el alcohol con bebidas no alcohólicas para moderar la cantidad que se bebe en cada momento.
Recuerda que no es obligatorio beber alcohol en los eventos sociales y que está bien elegir bebidas sin alcohol.
Fuente: AHA