1. ¿Qué es el melanoma?
Un melanoma de piel es una enfermedad de las células de la piel llamadas melanocitos. Se desarrolla a partir de una célula inicialmente normal que se transforma y multiplica de forma anárquica para formar una lesión llamada tumor maligno. Si quieres resolver tus dudas sobre esta enfermedad, ¡sigue leyendo!
2. ¿Cuál es el aspecto de un melanoma?
Aparece como una mancha pigmentada, y también puede desarrollarse por degeneración de un lunar preexistente. La mayoría de las veces aparece como una mancha oscura o negra que puede ser plana, abovedada o tener una superficie irregular.
3. ¿Dónde aparece?
Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, a veces incluso en las zonas genitales, debajo de las uñas y más raramente en las membranas mucosas.
4. ¿Quiénes son los más afectados?
Se estima que las mujeres y los hombres se ven afectados más o menos de la misma manera (51% frente a 49%). La edad media en el momento del diagnóstico es de 61 años para los hombres y 64 años para las mujeres. Dependiendo del fenotipo, algunas personas son más propensas que otras a desarrollar un melanoma algún día.
Las pieles claras que se queman fácilmente con el sol y tienen gran dificultad para broncearse corren un mayor riesgo o aquellas que tienen más de 50 lunares, con antecedentes personales o familiares de cáncer de piel, así como las que se quemaron con el sol durante la infancia y la juventud deben estar particularmente atentas.
5. ¿Cuáles son otros factores de riesgo?
El melanoma se produce en el 80% de los casos en piel sana. La exposición excesiva al sol es responsable de la mayoría de los cánceres de piel.
6. ¿Hay diferentes tipos de melanoma?
Sí, el más común es el melanoma superficial extensivo (70-80% de los casos), relacionado con las quemaduras de sol que se han producido en el pasado. Es decir, si puede localizarse en la piel, también puede invadir los nódulos cercanos e incluso un órgano a distancia (en los pulmones, el hígado, la piel o el cerebro, por ejemplo).
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7. ¿Cómo se hace el diagnóstico?
Se recomienda el autodiagnóstico en pacientes con factores de riesgo. Si detectan una mancha de pigmento sospechosa, es decir, de forma irregular, asimétrica, con bordes poco definidos y de color no uniforme, es urgente visitar a un dermatólogo. El dermatólogo examina toda la piel y luego la lesión con un dermatoscopio. Si se confirma la sospecha, la lesión se extrae bajo anestesia local y se examina. Si se confirma el melanoma, se determina el tipo, grosor y profundidad de penetración en el tejido. Entonces se pueden realizar más exámenes para determinar si el tumor se ha extendido a otros órganos.
8. ¿Cuál es el tratamiento terapéutico del melanoma?
La elección y el orden del tratamiento se adapta a cada caso y depende del tipo de cáncer y de su extensión en el momento del diagnóstico. Cuando el melanoma se encuentra en una etapa temprana, el tratamiento se basa principalmente en la cirugía para extirpar el tumor. Por otro lado, cuando el melanoma está en una etapa avanzada, el cirujano puede decidir extirpar los nódulos o posibles metástasis.
9. ¿Se puede proponer la inmunoterapia?
Sí, el interés es estimular las defensas inmunológicas del cuerpo contra las células cancerosas y restaurar la inmunidad antitumoral. La quimioterapia y la radioterapia se utilizan más raramente. Por último, las nuevas moléculas, denominadas terapias dirigidas, se dirigen específicamente a los tumores que expresan una mutación particular en el origen del proceso tumoral.
10. ¿Qué seguimiento médico se hace después de un melanoma?
El ritmo y las modalidades de seguimiento dependen de la etapa en que se haya descubierto el melanoma y de los tratamientos elegidos. Durante los primeros cinco años, se requiere como mínimo un examen clínico cada tres o seis meses, así como ciertos exámenes de imagen dependiendo del caso. A partir de entonces, este examen clínico se convertirá en anual y debe continuar de por vida. Las personas que sufren de melanoma tendrán que protegerse del sol en todo momento y tener cuidado de no detectar nuevas lesiones.
Fuentes: Sociedad Americana Contra el Cancer y National Institutes of Health (NIH)