Por: Esther A Torres MD, MACP,MACG, AGAF, FAASLD
Fundadora y presidenta de FEAT
1. ¿Cuáles son sus causas?
La causa de las EII es desconocida, pero se entiende que la manifestación de la enfermedad clínica es el resultado de la interacción de varios factores. Primero, hay un componente genético. Se han identificado más de 240 variantes en los genes que se asocian a una o ambas EII. Algunos de estos genes están relacionados con la forma en que reconocemos y manejamos componentes de microbios intestinales, y pueden resultar en una respuesta inapropiada o excesiva a la presencia de algunos de estos microbios. Otros genes pueden alterar la barrera intestinal, que normalmente nos protege de que penetren componentes microbianos desde el lumen del intestino a la mucosa intestinal, y así provocar una respuesta inflamatoria como defensa ante esta “invasión”.
El segundo factor importante es un sistema inmune que no está bien regulado, es decir, que responde excesivamente y que no disminuye su actividad luego de un estímulo como pueden ser los productos de microbios antes mencionados. Esta desregulación resulta en la inflamación crónica, en la cual participan células y moléculas mediadoras de inflamación. Un tercer factor puede ser ambiental. Se han identificado algunos medicamentos, infecciones, el cigarrillo en casos de Crohn, posiblemente el estrés, y quizás factores dietarios como detonantes externos del proceso de inflamación intestinal. Finalmente, el microbioma intestinal, que es el conglomerado de trillones de organismos vivientes (bacterias, hongos, virus y otros) que tenemos en nuestro sistema gastrointestinal, y que en general conviven en armonía con nosotros.
El microbioma se adquiere al nacer y evoluciona durante la vida, y está influenciado por muchísimos factores incluyendo donde vivimos, la higiene, los alimentos que ingerimos, medicamentos que tomamos, y muchos otros más. El microbioma tiene funciones importantes y beneficiosas, que incluyen enseñar a nuestro sistema inmune a tolerar su presencia, producir nutrientes importantes para nuestra salud, y protegernos de patógenos intestinales. Un microbioma que no tiene la complejidad y estabilidad normal (disbiosis) promueve inflamación, infecciones con patógenos, aumento en cepas de bacterias menos saludables, y alteración en sus productos de metabolismo.
Se han identificado cambios importantes en la composición del microbioma en las EII, y también en otras condiciones como obesidad, diabetes, hígado graso y cáncer. Esta es un área de investigación muy activa que esperamos nos ayude a comprender, controlar y quizás evitar algunas enfermedades, incluyendo las EII.
2. ¿A quiénes afecta?
Las EII se pueden presentar en personas de cualquier raza y a través del mundo. Aunque han sido más prevalentes en países de alto desarrollo industrial y económico como Norteamérica y Europa Oriental, y en personas de raza blanca, la prevalencia en no-caucásicos y en otras partes del mundo, incluyendo Asia y América Latina, va en aumento. Las edades más comunes de comienzo de la EII son entre los 15 y los 35 años; sin embargo, se ha registrado un aumento en niños de menor edad y también en personas mayores de 60 años. En el mundo la colitis ulcerosa es más común que la enfermedad de Crohn, pero esto también está cambiando.
En los países donde las EII son más frecuentes, la enfermedad de Crohn va en aumento proporcional, sobre todo en los niños. No hay preferencia de sexo y se observa una tendencia familiar con un riesgo mayor de desarrollar eii si algún familiar la padece.
3. ¿Cuáles son las EII?
Colitis ulcerosa: La colitis ulcerosa es una EII limitada a inflamación de la mucosa (la capa más superficial) del colon (intestino grueso). La inflamación es difusa y continua, empezando por el recto y extendiéndose hacia arriba en el colon. Los síntomas más frecuentes son diarrea con sangre, aumento en la mucosidad con las evacuaciones, pujos y dolor abdominal.
El diagnóstico de colitis ulcerosa se hace por medio de la colonoscopia con biopsias. A través del endoscopio, el gastroenterólogo puede observar la inflamación de la mucosa, determina su severidad y extensión, y documentar con biopsias el diagnóstico. Es importante descartar otras causas de colitis como infecciones, isquemia, medicamentos, diverticulitis y otros.
La mayoría de los pacientes van a responder a tratamiento, pero alrededor de 25% pueden requerir una cirugía de remoción del colon (colectomía) para controlar la enfermedad. Dependiendo de la extensión de la inflamación, la severidad y la duración de la actividad de esta, los pacientes con colitis ulcerosa tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer colorrectal. Dependiendo de los factores de riesgo de cada paciente, se recomiendan colonoscopias con biopsias a intervalos de 1 a 3 años para detectar cambios tempranos en la mucosa llamados displasia que son predictores del desarrollo de cáncer.
Enfermedad de Crohn: La enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano, siendo más común en el intestino delgado terminal (íleon) y el colon. El proceso de inflamación puede ser discontinuo, y envuelve todas las capas del intestino. Los síntomas más frecuentes son dolor abdominal, pérdida de peso, pobre apetito, cansancio y diarreas.
Los niños pueden presentar solo con retraso o arresto en el crecimiento y desarrollo. Debido a que el proceso inflamatorio es más abarcador, puede producir áreas estrechas en el intestino que causen obstrucción o fístulas (comunicaciones entre el intestino y áreas adyacentes) con abscesos o perforaciones. Estas complicaciones frecuentemente requieren de cirugía, y durante su vida, al menos la mitad de los pacientes requerirán alguna intervención quirúrgica. Aunque menor que en colitis ulcerosa, el riesgo de cáncer colorrectal está aumentado dependiendo de la extensión de la afectación del colon y la severidad y persistencia de la inflamación. El diagnóstico de enfermedad de Crohn se hace por medio de endoscopía con biopsias y/o estudios de radiología como tomografía computarizada y resonancia magnética.
4. ¿Cuáles son sus posibles complicaciones?
Ambas EII pueden ser acompañadas de manifestaciones fuera del intestino. Estas pueden ser asociadas al proceso inflamatorio activo en el intestino, o aparecer aun cuando el paciente aparenta estar en remisión. Las más comunes son dolores en las articulaciones, y en algunos casos artritis. Hay varias lesiones en la piel asociadas a EII, siendo las más conocidas eritema nodoso (unos nódulos duros, rojos, calientes y dolorosos) y pioderma gangrenoso (úlceras en la piel). También ocurren procesos de inflamación en los ojos, como uveítis y epiescleritis, y en las vías biliares (colangitis primaria esclerosante). Pueden afectarse otros órganos como el pulmón, el corazón y los nervios. Como consecuencia del proceso inflamatorio intestinal, pueden ocurrir pérdida de peso, anemia, cansancio, malnutrición, y osteopenia. Es muy común la presencia de síntomas de ansiedad y depresión al recibir el diagnóstico y durante períodos de enfermedad activa, que deben ser atendidos.
5. ¿Qué tratamientos existen?
Hay múltiples tratamientos aprobados para las EII, dependiendo del diagnóstico específico, la severidad de la condición y la localización del proceso inflamatorio. Hay medicamentos cuyo efecto es tópico, o sea por contacto directo con la mucosa inflamada, muy útiles en colitis ulcerosa leve a moderada. Cuando la EII es más severa o activa, se utilizan medicamentos que disminuyen el proceso inflamatorio e inmunológico como son los corticoesteroides sistémicos, los inmunomoduladores (medicinas que disminuyen la actividad del sistema inmune), y medicamentos que bloquean moléculas específicas responsables de inflamación (conocidos como biológicos y moléculas pequeñas). Estos medicamentos potentes han sido un gran avance en el tratamiento de las EII, logrando controlar la inflamación aun en muchos de los pacientes con enfermedad severa.
6. ¿Se puede prevenir?
Por el momento, las EII no se pueden prevenir. La mejor identificación de factores ambientales detonantes de EII y la capacidad de modificar el microbioma y devolverlo a uno saludable son las áreas de mayor potencial para evitar o controlar las EII. Mientras tanto, el cuidado preventivo de salud en pacientes con EII es parte importante de su manejo. Este incluye una dieta balanceada y saludable, técnicas de manejo de estrés, cernimiento para ansiedad y depresión, y vacunación al día para influenza, hepatitis A y B, Virus de Papilloma, varicela, Zoster, MMR, pulmonía y COVID. Además, la vigilancia para cáncer colorrectal, cáncer de cérvix y cáncer de piel según aplique, son importantes. El cuidado integral interdisciplinario de pacientes con EII lleva a mejores resultados y menos complicaciones.
7. ¿Cómo vivir mejor con la condición?
Educarse sobre las EII, conocer su enfermedad y cómo se manifiesta, participar activamente y cumplir con el seguimiento y el tratamiento, establecer una buena comunicación con su médico, compartir con su red de apoyo, conocer sus derechos y deberes para ser proactivo en el ambiente educativo y laboral, y cuidar la salud general son la clave para llevar una vida plena viviendo con EII.
8. ¿Por qué educarme sobre la condición?
La misión de la Fundación Esther A. Torres Pro Enfermedades Inflamatorias del Intestino (FEAT) es crear conciencia y educar sobre la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, condiciones conocidas colectivamente como enfermedades inflamatorias intestinales (EII). Estas condiciones se caracterizan por un proceso de inflamación crónico en el sistema gastrointestinal, que alterna entre episodios de muchos síntomas o recaídas y momentos en que la persona se siente bien (remisión).
¿Tienes más preguntas sobre la enfermedades inflamatorias intestinales? Visita a la Fundación Esther A Torres pro Enfermedades Inflamatorias del Intestino, una fundación sin fines de lucro cuya misión es promover la conciencia y conocimiento público sobre las EII.