Lily García recientemente compartió con nosotros los cambios de su vida debido al diagnóstico con artritis reumatoide.
«Al principio me afectaba no poder abrir potes, descorchar una botella de vino, pero decidí adaptarme: comprarme un abrelatas y un descorchador eléctrico, tratar de ayudarme con este tipo de tecnología, aunque ahora me siento más fuerte de lo que estaba hace un año atrás».
Comenta que al principio se resistía: «yo tengo que poder hacerlo. Pero entendí que hay días que puedo y hay días que no, pero ahí está la ayuda».
El otro cambio fue respecto al ejercicio físico. Ella adoraba bailar, hacer aeróbicos, pilates o zumba. Por eso ha tenido que adaptarse y algunos movimientos que hacía antes ya no los puede hacer».
«Ha habido cambios en mi alimentación. En algún momento cambié mi dieta a gluten free, que estoy un poco más vegana, aunque no lo soy totalmente. Pero el cambio mayor fue no resistirme a la medicación, yo siempre he sido seguidora de la medicina natural y alternativa y decir: en esta ocasión voy a combinar ambas porque es para mi salud».
Lily García decidió usar el metotrexato inyectable pero confiesa que, al principio, el temor era gigante, pero contó con la fortuna de comunicarse con una amiga que ya padecía hacía varios años la condición:
«No es lo mismo los médicos que hablar con alguien que ya pasó por lo que estás pasando ahora y que ya ha pasado varias etapas. Ella me recomendó ver videos en YouTube. Así aprendí a inyectarme, les confieso que ponerme esa agujita el primer día fue terrible hasta el punto que cuando terminé me eché a llorar. Ya es una rutina, una vez a la semana. Pero haber accedido a eso, entender que era algo positivo en mi proceso ha sido el cambio más importante».
Narra que no todo con la condición ha sido negativo sino que a aprendido sobre ella a nivel físico, espiritual y emocional.
«Y seguimos cuidándonos, seguimos trabajando con los retos y recordando que salud es vida», finalizó.