Hay batallas que dejan cambios irreversibles, pero también fortaleza después de haberlas vencido. Para la familia Padilla Medina ha llegado una prueba tras otra: tres veces se han visto cara a cara con el cáncer y tres han sido los sobrevivientes que hoy miran la vida con más fe y esperanza.
Prueba 1: Roselin
Con solo 6 años, la pequeña Roselin fue diagnosticada con osteosarcoma, un tipo de cáncer de huesos que es más común en adolescentes alrededor de los 15 años. Después de una caída, los exámenes mostraron signos de alarma y Roselin estuvo 8 meses de tratamiento con quimioterapia para, finalmente, amputarle un pie.
Fue muy duro, era la nena más pequeña de la casa, una niña totalmente saludable y la noticia nos impactó a todos. Pero impresionantemente, ella, a su corta edad, tenía palabras de aliento para nosotros, eso nos daba ánimo, cuenta Joseline, su mamá.
Es un milagro de Dios. Cuando consultamos con los médicos sobre las probabilidades de sobrevivencia ellos solo nos dijeron que debíamos orar mucho y eso hicimos. Hoy la tenemos aquí con nosotros y ello también es resultado del actuar temprano ante esta condición oncológica, dice su papá Freddy.
Muchos cambios vinieron en el hogar de la familia Padilla Medina. Roselin necesitaba una habitación acondicionada, alimentación diferente y debía adaptarse a usar su prótesis.
Nueve años han pasado desde entonces, y hoy es una joven independiente y sin limitaciones. Sus padres reconocen que como seres humanos fue un crecimiento el darse cuenta de que la vida es tan frágil.
Prueba 2: Freddy ¡Otra vez cáncer!
Justo un año después de que la más pequeña de la casa saliera en remisión, sobrevenía la segunda prueba. Freddy padecía desde temprana edad de esófago de Barrett y periódicamente se chequeaba, pero había pasado algún tiempo desde su último examen.
En el 2013 me hicieron el estudio esofágico y allí encontraron un pólipo. Cuando llegó la biopsia se trataba de adenocarcinoma. ¡Otra vez cáncer! Fue fuerte eso nos tocaba nuevamente, pero la diferencia era que ya teníamos una experiencia previa que nos enseñó a crecer y confiar más en papá Dios.
Freddy explica el procedimiento quirúrgico de una manera muy sencilla, ahora su esófago es más corto pues debieron remover una parte, y su estómago, en lugar de hallarse en el espacio habitual, se encuentra prácticamente en el centro del pecho.
La parte positiva es que ese tipo de cáncer es difícil de detectar y cuando logran diagnosticarlo por lo general ya ha hecho metástasis, cosa que no ocurrió en su caso, pues la prevención es palabra de orden para él.
Pero su historia no termina ahí, 7 años después tuvieron que operarlo nuevamente de adherencia y luego extraer la vesícula. Para Freddy ha sido difícil recuperar su peso, pero vive agradecido de haber librado esa prueba y disfrutar de su familia.
Prueba 3: Joseline
Primero al cuidado de su hija y luego de su esposo, Joseline no tuvo mucho tiempo de preocuparse por su propia salud. Al igual que Freddy, ella padecía desde niña de síndrome de fatiga crónica y de asma, pero no tenía ninguno de los factores de riesgo del cáncer de pulmón que le detectaron en 2018.
Cuando ya tenemos un tercer caso de cáncer en la familia decimos ¡otra vez!, y decirlo conlleva agarrar fuerzas, pedirle a Dios que no nos deje caer porque fue muy fuerte. Cuando cae mamá enferma en la casa hay muchos cambios, no se trata de que seamos mejores que los padres, sino que somos tal vez la cabeza de la casa. Entonces cuando mamá se enferma se trastocan muchas cosas, porque es la que inventa en el hogar y toma las decisiones. Hubo que trabajar emocionalmente por tercera vez con un cáncer diferente que no sabíamos cómo sería.
A Joseline le extrajeron parte de un pulmón y reconoce que lo más difícil fue su proceso de recuperación. Hasta hoy no puede estar en sitios donde haya contaminación o humo y ha tenido que restringir cosas que antes podía hacer.
Fe en cada aliento: la historia de Joseline contra el cáncer de pulmón
La pandemia de Covid-19, aunque supone un peligro para todos, es un riesgo que no puede correr la familia Padilla Medina, por eso durante este tiempo han permanecido en casa siguiendo todas y cada una de las medidas de seguridad que establecen las autoridades.
Más fuertes y precavidos
Para Freddy es importante “seguir luchando batallando porque muchas veces si no bloqueamos es más difícil enfrentar la enfermedad y que el cuerpo consiga la sanación. Tenemos que lidiar con muchas emociones que nos afectan físicamente y pueden interferir con los tratamientos y con el proceso de recuperación”.
Estos son momentos donde se ponen a prueba la paciencia, fe, humildad y ante todo la aceptación, dice Joseline. “Es necesario chequearse, la gente tiene miedo de ir al médico, pero nosotros creemos que la confianza en Dios y la prevención son las dos armas principales, a veces simplemente un análisis de sangre te puede sacar de la duda”.