La artritis reumatoidea juvenil es una forma de artritis que se presenta en niños menores de 16 años caracterizada por inflamación y rigidez en las articulaciones por un tiempo prolongado de aproximadamente 6 semanas.
Esta afección puede complicar el adecuado desarrollo de los huesos de los niños, sin embargo, en muchos casos suele superarse la condición contrario al caso del paciente adulto, que maneja una condición crónica.
Dependiendo de las zonas afectadas, la sintomatología y la duración de esta, así como si existe presencia o no de anticuerpos específicos producidos por el sistema inmune, pueden clasificarse en:
- Pauciarticular: este tipo de artritis afecta al 50% de los menores con esta enfermedad, atacando con mayor frecuencia articulaciones grandes como rodillas, tobillos y codos.
- Poliarticular: afecta a un 30% de los pacientes con artritis reumatoide juvenil presentándose en un promedio de 5 articulaciones. Esta categoría es más grave que la pauciarticular y suele presentarse en articulaciones pequeñas como las de las manos y los pies. Además, es más común en las niñas y suele afectar ambos lados del cuerpo.
- Sistémica o enfermedad de Still: aunque se presenta en un porcentaje bajo, es la condición más grave de la artritis reumatoidea juvenil. Puede afectar tanto articulaciones como órganos internos como el corazón, hígado o bazo.
Al igual que en la artritis reumatoidea del adulto puede presentarse por factores tanto genéticos como ambientales. Por ello, se considera un trastorno multifactorial.
El desarrollo de muchos trastornos comunes está relacionado con antígenos HLA, los cuales tienen un rol determinante en la resistencia a la enfermedad, así algunas condiciones como la ARJ son autoinmunes y se heredan de manera multifactorial.
De este modo, si un niño tiene el tipo de antígeno HLA específico asociado con esta condición eleva la posibilidad de desarrollarla.
Síntomas
Cada niño puede experimentar los signos de una forma diferente y pueden incluir:
- Articulaciones hinchadas y doloridas al despertar
- Fiebre alta
- Calor y enrojecimiento en la articulación
- Fatiga
- Limitación
- Poco aumento de peso
- Crecimiento lento
- Dificultad de movimiento
Tratamiento para la artritis reumatoidea juvenil
El objetivo del tratamiento es mantener en la medida de lo posible la actividad normal del niño o adolescente y puede ir desde tratamientos antiinflamatorios no esteroides (AINES), medicamentos antirreumáticos como el metotrexato para detener el progreso de la enfermedad, tratamientos biológicos que pertenecen a un grupo de fármacos que suprimen el sistema inmunológico y reducen la inflamación en las articulaciones, corticoesteroides que actúan contra la inflamación y para controlar síntomas severos.
Asimismo, otros métodos como la fisioterapia y la terapia ocupacional, acompañamiento nutricional, educación continua del paciente, actividades deportivas con el fin de tener un control sobre el peso y evitar mayores complicaciones a futuro.
Consejos para el paciente
Llevar a los niños con artritis a nadar de forma frecuente es recomendable, pues es una actividad que permite estirar muchos músculos y tendones al tiempo que contribuye a mantener la actividad y la flexibilidad y contribuye con el control de peso, evitando así mayor peso sobre las articulaciones.
El acompañamiento por parte de padres o tutores es fundamental para que el paciente tenga adherencia y pueda gozar de una buena calidad de vida, acorde con su edad.