La Dra. María Calixta Ortiz Rivera, epidemióloga, científica, catedrática asociada de la universidad Ana G. Méndez de Puerto Rico y autora del libro “De Meno Odiosa A Meno Diosa”, expone a la menopausia, condición que afecta de diferentes formas a la mujer, desde diversos ángulos, muchos de los cuales no habían sido mencionado antes.
La menopausia es una disminución natural de las hormonas reproductivas cuando una mujer llega generalmente a los cuarenta o cincuenta años y trae consigo muchos cambios.
La historia detrás de su libro
Apasionada por el tema de la mujer, la Dra. Ortiz realizó su tesis doctoral en asma de mujeres en Puerto Rico, con el fin de determinar cuáles eran los factores que influían para que la mujer tuviera una prevalencia más alta de asma que otros grupos.
Así, ahora centra su investigación en la menopausia, y encuentra una relación con sus otras investigaciones, pues la mujer que es asmática, cuando llega la menopausia, aumenta sus índices, pudiendo estar relacionada con el peso que aumenta, porque la actividad física baja o por diferentes relaciones con las hormonas.
“Como epidemióloga trabajo con muchas estadísticas de salud y cuando yo entro a la menopausia y me da tan fuerte, no podía hacer ejercicio, no me alimentaba bien y empecé a investigar por qué estaba tan desequilibrada”, recuerda.
Aunque los médicos indicaban que su salud estaba bien, ella sabía que la investigación debía continuar.
Así, encontró unas estadísticas que le ayudaron a apoyar sus hallazgos con relación al libro, agregando la experiencia personal y la experiencia de encuesta con otras mujeres.
¿La menopausia es igual para todas?
Existe mucha incertidumbre con los síntomas y cómo cada mujer los maneja los enfrenta o los siente. No hay dos menopausias iguales, porque cada mujer la vive de manera diferente.
“Hay quienes nunca sienten sofoco o hot flashes y yo digo bendecida seas, porque sientes que el corazón te palpita a millón, la temperatura en el cuerpo no la puedes soportar, es como si te estuvieran poniendo un soplete en frente y lo que quieres es salir corriendo, no puedes pensar, no puedes calcular matemáticamente nada”, expresó la científica.
De acuerdo con la especialista, la condición es un evento que impacta a la mujer psicológicamente, en términos de calidad de vida, mentalmente, físicamente, y de muchas otras maneras. La incertidumbre de qué es lo que vas a sentir genera un bloqueo y cuando aparecen los síntomas, no lo relacionas con el tema.
Algunas mujeres pueden atravesar episodios de ansiedad y depresión y comienzan a relacionarlos con algunos aspectos de su vida, como la relación con sus parejas, pero en realidad, es un efecto de la menopausia.
Cuando la menstruación no se ha ido completamente, las mujeres pueden terminar con una situación mental, por que no supieron equilibrar de manera correcta, algunos síntomas como la depresión, por lo que de acuerdo con la Dra. Ortiz, terminan tomando los medicamentos de por vida.
En muchos casos, los medicamentos antidepresivos afectan e impactan de alguna manera la calidad de vida, en términos de que duermen más o generando manifestaciones en el físico, que no necesariamente son las que se desean cuando se está enfrentando esa etapa.
¿Tienen las pacientes con menopausia atención preferencial?
Es difícil encontrar centros especializados en menopausia y ante esto, la especialista indica que, pese a que hay muchas mujeres en esta etapa y lo necesitan, no existen estos espacios por el mito que se tiene de la condición y porque no hay especialistas en esta área.
Aunque en la ginecología y la obstetricia tiene toda la teoría, no hay una especial atención, ni el foco en la investigación científica para tener los suplementos y medicamentos necesarios para esta etapa.
Alternativas para la paciente en la actualidad
Lo que existe son terapias hormonales sustitutivas que, a largo plazo, pueden generar daños, y que, aunque calman por el momento los sofocos o la sequedad vaginal, puede traer consecuencias de acuerdo con la genética de cada una.
“Yo por ejemplo tengo una hermana que murió de cáncer de mama, entonces yo no puedo tocar lo que es la terapia hormonal ni de lejos, así me lo decía mi ginecóloga”, recalcó la escritora.
Además, añadió, “existen otras alternativas de hormonas diseñadas de acuerdo con la cantidad de hormonas que a cada paciente particularmente le hacen falta, estas se llaman bioidénticas y utilizan la estructura química de lo que es el estrógeno o estrógenos fitoestrógenos, que proceden de las plantas y estos emulados en unas fórmulas, son preparados para diferentes mujeres, dependiendo del peso y de otras características”.
Otra de las opciones que están disponibles, son las cremas con progesterona y estrógeno en cantidades bajas, sin embargo, la respuesta es distinta en cada mujer.
“Yo aumente 15 libras utilizando esas cremas, yo siempre he sido bien delgada y cuando vi ese aumento deje de usarlas, entonces es un efecto secundario de esos medicamentos”, argumentó la epidemióloga.
Y además recordó, “en el seno también se empezaron a presentar unos nódulos fibroquísticos y cuando vi esto, también lo empecé a dejar. Lo hice antes de que no pudiera controlar el resultado de lo que estaba pasando con ellas”.
La dieta, clave durante este periodo
La Dra. Ortiz, resaltó que toda su dieta responde a una alimentación rica en fitoestrógenos y en omegas 3, 6 y 7, determinantes para aumentar la humedad en el cuerpo y recuperar la hidratación.
Todo lo que sea verde va a tener fitoestrógenos, ensaladas, semillas de calabaza, semillas de sésamo. Además, las semillas son ricas en omegas y aportan para la hidratación de la piel, no solo en la piel externa, sino en el epitelio vaginal y también en las mucosas.
Los suplementos naturales como los probióticos y prebióticos también son ideales, así como alimentos ricos en fibra como la piña, la papaya o la lechuga en todas sus variedades.
“Hay que cuidar todas las bacterias que están en el estómago, en la vagina y en el ano, en todo el tracto del sistema digestivo, para que se equilibren las malas bacterias y volvamos a tener una flora bastante normal”, recalcó.
El género de bacterias de los lactobacilos, son los que más se pierden en la menopausia y son los que se encargan de tener todo en orden y de que no se presenten infecciones como las cándidas, o infecciones bacterianas tanto en la vagina como en la uretra.
Las infecciones son más usuales durante la menopausia debido a que el pH del cuerpo cambia, por lo que cuando hay un desbalance en el pH y no se cuenta con los lactobacilos, las cándidas suben y aparecen con mayor facilidad.
“Yo tuve cerca de 8 infecciones de cándida en un año y yo sentía que me iba a morir, pero cuando llegaron los probióticos todo esto cambió. Por esto es clave, que la mujer sepa estas cosas, para no tomar medicamentos contra la cándida que son muy tóxicos para el hígado”, explicó la científica.