A través de un comunicado, la American Heart Association destacó los resultados de un estudio de adultos con presión arterial normal, en donde aquellos con niveles elevados de hormonas del estrés, tenían más probabilidades de desarrollar hipertensión durante los próximos 6 a 7 años.
El mismo demostró además, que los adultos enfrentaban un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
Hallazgos
Los investigadores que examinaron el impacto cardiovascular de la norepinefrina, la epinefrina, la dopamina y el cortisol encontraron que cada vez que las cuatro hormonas del estrés se duplicaban, el riesgo de hipertensión aumentaba entre un 21% y un 31%.
La duplicación del cortisol, específicamente, se asoció con un aumento del 90% en el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular durante 11.2 años de seguimiento.
El doctor Kosuke Inoue, médico y profesor asistente de epidemiología social en la Universidad de Kyoto, Japón destacó:
«Es importante examinar el impacto del estrés en los adultos de la población general porque proporciona nueva información sobre si es necesario considerar la medición de rutina de las hormonas del estrés para prevenir la hipertensión y los eventos de enfermedades cardiovasculares»
Detalles del estudio
Los participantes recibieron seguimiento por el desarrollo de hipertensión y eventos cardiovasculares como dolor en el pecho, la necesidad de un procedimiento de apertura de arterias, ataque cardíaco o derrame cerebral.
La norepinefrina, la epinefrina y la dopamina son moléculas conocidas como catecolaminas que mantienen la estabilidad en todo el sistema nervioso autónomo, el sistema que regula las funciones corporales involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración.
El cortisol por su parte, es una hormona esteroidea liberada cuando se experimenta estrés y está regulada por el eje hipotalámico-pituitario suprarrenal, que modula la respuesta al estrés.
«Aunque todas estas hormonas se producen en la glándula suprarrenal, tienen diferentes funciones y mecanismos para influir en el sistema cardiovascular, por lo que es importante estudiar su relación con la hipertensión y los eventos cardiovasculares, de forma individual», recomendó el doctor Inoue.
Con información de American Heart Association