Norma Padua es una paciente diabética que ha logrado mantener su condición en control. Su actitud luego de conocer el diagnóstico es un testimonio de amor propio y a la vez una historia esperanzadora para todos aquellos que padecen esta enfermedad.
«Hace aproximadamente 6 años fui diagnosticada con diabetes tipo 2. En mi familia no había nadie que la tuviera, por eso fue una sorpresa. Sin embargo, tenía un peso de unas 365 libras, y de acuerdo con mi médico yo misma provoqué la diabetes al mantener una alimentación llena de bebidas carbonatadas, azúcares y panes.
» El momento del diagnóstico fue como una detonante para entender que me estaba haciendo daño con mi alimentación y que debía hacer algo, de lo contrario la diabetes me llevaría a la muerte.»
Punto de giro
» Yo llevaba un estilo de vida sedentario, con mucho estrés y me complacía con alimentos poco nutritivos. Según me explicó el doctor, la diabetes y los picos de azúcar en la sangre provocan sentimientos de culpa e incluso depresión. Uno pierde el amor propio en muchos puntos y siente que es una condena y que nunca podrás superarlo, pero yo doy fe de que sí se puede.
» Ahí comenzó el camino más difícil para vencer la condición y hoy en día soy pre-diabética, lo cual significa que no tengo ningún tipo de diabetes, sino que es controlada con dieta y ejercicios.
» El lograr controlar mi peso y saber que cada vez mis niveles de azúcar estaban más bajos me hacía sentir una persona completamente diferente. Fue algo fuerte porque al principio debí tomar determinación, hacer cambios reales y en especial ser constante.»
La fórmula mágica: cambiar patrones de alimentación diaria y añadir ejercicios
» Comencé con 15 o 20 minutos de ejercicio cardiovascular al día. A diferencia de lo que piensa la gente, no es necesario ir al gym y estar horas allí. Más adelante cuando el cuerpo comienza a asimilar la actividad es posible aumentar la intensidad y el tiempo.
» Ahora hago desde 45 minutos a una hora diaria, parece mucho, pero puede planificarse media hora por la mañana y otra media hora más tarde.
» En cuanto a la alimentación nunca llevé una dieta con un nombre famoso, simplemente añadí vegetales frescos, disminuí por completo el arroz y los panes blancos, azúcares procesados. No uso edulcorantes, prefiero endulzantes naturales como stevia.
» Además, evito las carnes rojas porque las personas con diabetes tipo 2 por lo general tienen un hígado lastimado, y para detener ese daño son muy beneficiosas las carnes blancas. Estas propician que el cuerpo no tenga que trabajar demasiado en su digestión.
» Los granos integrales, por otra parte, me ayudaron a mantenerme saciada por más tiempo. En casa todos se vieron beneficiados con mi dieta baja en carbohidratos, azúcares y grasas porque finalmente comenzamos a comer más sano.
» Para mí una de las cosas más importantes fue añadir vida a la alimentación y con ello las frutas y verduras frescas. »
Una cadena contra la diabetes
» Trabajo con la gente a mi alrededor tratando de evitar que lleguen a mi grado de obesidad. Les hago entender que es necesario realizar cambios antes de que sea tarde, porque la diabetes lastima desde el sistema cardiovascular hasta el sistema nervioso.
» Mi mamá fue paciente renal durante 30 años y cuando me dijeron que tenía diabetes pensé que debía tomar diálisis si seguía bajo ese patrón de alimentación.
» Me reconforta que cada ser humano que conozca mi experiencia pueda pasarle esa información a otro y podamos hacer una cadena contra la diabetes.
» Después que comencé estos cambios en la alimentación y estilo de vida tengo muchos planes. Me veo con algún restaurante o servicio de alimentación sana a bajo costo con recetas saludables y con vida. Así podría darle la ayuda y orientación y apoyo a las personas que están sufriendo de diabetes y no observan una salida.
» La dieta no tiene por qué ser horrible, comer sano puede ser beneficioso y sabroso. »