Dentro de los más de 500 tipos de artritis que existen está la espondilitis anquilosante, que causa serias repercusiones en la salud de los pacientes como Elizabeth Beltrán, una puertorriqueña de 43 años que lleva con la condición desde hace 12 años y que abrió su corazón en diálogo con BeHealth, donde ahondó en varios detalles de la condición y cómo la ha sobrellevado.
Quizá de los aspectos más impactantes del testimonio de Elizabeth, es que se ha tenido que someter a varias intervenciones quirúrgicas para que sus rodillas, codos y otras de sus articulaciones funcionen correctamente.
¿Cómo inició el diagnóstico?
“A los 31 años comencé con un fuerte dolor de espalda. Fue una cosa bien fuerte, pensaba que era espasmo, pero cuando veía que no mejoraba me refieren al reumatólogo y cuando me hacen los estudios era espondilitis anquilosante”, expresó Elizabeth, quien nos contó que se llevó una gran sorpresa y pensó en las múltiples posibilidades que podría enfrentar tras el diagnóstico.
“Yo pensaba tantas cosas como qué va a pasar ahora.Yo tengo dos niños, en ese momento eran más pequeños y pensaba en ellos. También en si iba a trabajar, cómo esto va a cambiar mi vida. Se me fue la vida esto”, explicó.
Espondilitis anquilosante: ¿y ahora qué?
Por lo general, quienes son diagnosticados con la enfermedad suelen tener las articulaciones inflamadas e hinchadas. Con el tiempo, las vértebras afectadas se pueden unir, entre muchos otros síntomas. Ese fue de los principales miedos de la paciente, que es trabajadora social clínica.
“Nunca había escuchado de la condición. Mi reumatólogo se sienta conmigo luego de los resultados y me explica qué es lo que vamos a hacer a partir del diagnóstico y cómo esto puede cambiar mi vida. Así que me explicó los medicamentos biológicos que son los medicamentos regularmente para esta condición, pero lamentablemente cuando mi condición fue diagnosticada, tal vez ya iba muy adelantada y yo no me había preparado”, dijo.
De hecho, Elizabeth esperó tanto para ir al médico que se le dificultó seriamente su condición, aunque ella se tomaba un calmante y creía que con eso se aliviaba, pero en realidad cada vez más empeoraba su condición.
“Yo pensaba que eran espasmos. Como a los dos años, lamentablemente el daño había sido tan grande que me tuvieron que hacer mi primer trasplante de rodilla. A los 43 años ya llevo tres trasplantes de rodilla, operación de codo y operación de hombro”, contó.
Cambios en el estilo de vida
Por otro lado, la mujer reveló que tuvo que implementar hábitos de vida saludables, dejar de lado algunos alimentos que no le beneficiaban y practicar con más regularidad la actividad física.
“Algunas carnes, según me han dicho varios médicos, no son bastante naturales e inflaman. El café, yo era una cafetera full y tuve que dejarlo porque aumenta el dolor”, agregó, mientras dio a conocer los ejercicios que le han funcionado para su condición.
“Yo camino, uso la bicicleta estacionaria, además de que me gusta practicar el yoga para la relajación y la meditación cuando me siento muy estresada. La meditación me ayuda. El levantamiento de pesas mínimo para fortalecer los huesos y todo lo demás”, contó.
Salud mental
La paciente dice que a raíz de la enfermedad desarrolló depresión y otras condiciones que la obligaron a ir al psicólogo, lo que trajo grandes beneficios tanto para su salud mental como física.
“Los psicólogos me han ayudado a poder aceptarme como soy, a poder aceptar la enfermedad, a manejar mi entorno social, a buscar herramientas donde yo pudiera continuar siendo funcional pero sin que me afectara mi vida, mis hijos, mi carrera profesional y que yo pudiera continuar”, explicó.