El consumo de agua es una de las recomendaciones en la que más coinciden los profesionales de la salud.
Beber agua favorece el adecuado funcionamiento de muchos de los sistemas y órganos del cuerpo y resulta mucho más saludable que el consumo de otros productos como sodas, que a largo plazo pueden llegar a ocasionar por ejemplo problemas de azúcar.
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¿Por qué hacerlo durante el embarazo?
Tomar agua durante el embarazo trae beneficios incalculables tanto para la madre como para el bebé que viene en camino, así que, si ya tienes el buen hábito de tomarla constantemente, ¡maravilloso!, pero si no, es hora de empezar a hacerlo.
En general se recomienda beber dos litros de agua al día, pero es importante que consultes con tu dietista, teniendo en cuenta factores como tu estatura y peso.
¿Cómo te favorece?
- Ayudas al organismo a expulsar los excesos de sodio, así, puedes prevenir infecciones en el conducto urinario, las cuales son muy frecuentes en este periodo.
- Aunque no lo creas, manteniendo una buena ingesta evitas problemas como la retención del líquido y te mantienes en buenas condiciones de salud.
- Como sabes, tu pequeño toma partes de ti para su formación, así que entre mejores condiciones te encuentres, su desarrollo será más favorable. De este modo, al depurar las toxinas, tu sangre estará en mejores condiciones y así llegará a tu vientre.
- El agua renueva permanentemente e hidrata el líquido del saco amniótico permitiendo el adecuado crecimiento y desarrollo del bebé.
- El agua evita la aparición o complicación de problemas digestivos como el estreñimiento y las hemorroides tan comunes en el embarazo.
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Además de la importancia de su consumo, la práctica de ejercicios en agua resulta ser una alternativa favorable para mantener estable el peso, tonificar músculos y sentirse activa y vital.
A diferencia de otros tipos de deportes, no tienen impacto sobre la superficie como cuando corres en el parque, así evitarás algún tipo de lesión en huesos y articulaciones.