El embarazo es una etapa maravillosa cargada de miles de emociones hermosas pero por otra parte, viene acompañado de molestias como hinchazón en los pies, dolor de espalda, cansancio y sueño excesivo y por uno de los signos quizás más molestos, las náuseas y el vómito.
Este último síntoma suele presentarse en casi el 90 % de los embarazos, especialmente durante el primer trimestre, aunque hay quienes tienen que soportarlo durante todo su proceso de gestación.
Las molestas náuseas que pueden llevarte al vómito (aunque no siempre es así) son más comunes en horas de la mañana pero esto puede variar en cada mujer.
Es importante que aprendas a identificar los lores que más te molestan para que los evites al máximo y puedas evitarte estos momentos de malestar.
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¿Por qué aparecen las náuseas?
Aunque no hay una razón clínica que lo justifique, se las relaciona con el incremento y la concentración de hormonas propias del embarazo como la gonadotropina coriónica humana, segregada por la placenta durante los primeros meses del embarazo, los estrógenos y la progesterona.
Se cree que esta acumulación de hormonas, ralentiza el movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo, contribuyendo a sufrir náuseas y vómitos.
Estos son más frecuentes tras el olor de algunos alimentos, perfumes fuertes o pueden producirse por el simple hecho de cepillar los dientes.
¿Se pueden evitar las náuseas?
Algunas acciones que puedes realizar en tu día a día, pueden resultar favorecedoras y te ayudarán a sobrellevar mejor las náuseas, evitando llegar al molesto y poco deseado vómito:
- Al despertar, levántate de la cama despacio y respira profundamente.
- Las galletas saladas junto a la cama, pueden ser tus aliadas para probar pequeños bocados de forma regular.
- Come pequeñas raciones varias veces al día (5 o 6 comidas pequeñas al día, especialmente con frutas y verdura)
- Evita las comidas copiosas.
- No esperes a tener hambre. Aliméntate de forma regular.
- Camina un poco después de comer y antes de ir a dormir.
- Come despacio y mastica bien los alimentos.
- Toma bebidas carbonatadas (sodas).
- Frutos como las uvas pasas y las almendras, son ricos en vitamina B6, una aliada para combatir las náuseas.
- El jengibre posee propiedades antiinflamatorias y antieméticas (que impide o evita el vómito).
- Evita los fritos y los platos muy condimentados e inclínate por comidas a la plancha o al vapor.
- No utilices perfumes y evita olores fuertes como aromatizantes en casa.
Si los episodios de vómito son demasiados continuos, debes consultar con tu médico, quien puede recomendar algún medicamento que no te haga daño a ti ni al bebé, pero que sea efectivo para controlarlos.
Los episodios de vómitos intensos y persistentes pueden llegar a causar deshidratación y con ello, atención hospitalaria, por eso recomendamos estar atenta a la continuidad de los mismos y a los signos que lo acompañan.
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Signos de alerta
- Vómito acompañado de dolor abdominal.
- Menor volumen de orina, menos sudoración, sed excesiva, boca seca, palpitaciones y mareos al ponerse de pie, ya que podría relacionarse con un caso de deshidratación.
- Vómitos sanguinolentos o verdes.
- Ausencia de movimientos fetales cuando el feto tiene más de 24 semanas
- Confusión, debilidad o entumecimiento de un lado del cuerpo, trastornos del habla o de la visión, o sopor.
- Vómitos que persisten o que empeoran.
Si notas que el vómito es continuo y no lo puedes controlar, intenta llevar un registro de qué tan seguido se presenta y acude con tu médico de confianza para asegurarte de que tu salud y la de tu bebé estén bien.
Con información Bebés y más