La diabetes gestacional (DMG) es un trastorno metabólico caracterizado por una alteración de la tolerancia a la glucosa (y menos frecuentemente por una diabetes franca), que surge o se diagnostica por primera vez durante el embarazo.
Diabetes en el embarazo: efectos
Los cambios hormonales que ocurren en el embarazo hacen que los tejidos sean menos sensibles a la insulina endógena. Esto puede provocar un aumento del azúcar en la sangre de la mujer y el consiguiente aumento del del feto.
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Esta condición puede causar dificultad en el momento del parto, especialmente en presencia de embarazo con diabetes mal controlado. El exceso de insulina producido por el feto también puede provocar hipoglucemia neonatal después del nacimiento. Estos bebés pueden necesitar más atención o controles médicos más frecuentes durante su estadía en el hospital.
Causas de la diabetes gestacional
Actualmente no está claro por qué algunas mujeres desarrollan diabetes durante el embarazo y otras no; sin embargo, se reconocen algunos elementos que predisponen y se identifican como factores de riesgo:
- Obesidad o sobrepeso antes del embarazo
- Diagnóstico de diabetes gestacional en embarazo anterior
- Antecedentes familiares de diabetes (parientes cercanos: padres, hermanos)
- Hijos anteriores con un peso al nacer superior a 4,5 kg
- Mayor de 35 años
Cómo tratar la diabetes gestacional
La primera es modificar la dieta cambiando la alimentación diaria. Generalmente, en el caso de la diabetes gestacional, la dieta a seguir la establece el nutricionista en función del peso materno inicial y de los valores de glucemia, e indica con precisión a la futura madre qué y cuánto debe comer.
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En particular, es importante reducir el consumo de azúcar y grasa. Por lo tanto, es necesario reducir, incluso sin eliminar por completo, alimentos como la carne roja, el queso, el pan, la pasta y la pizza y aumentar, en cambio, el consumo de frutas, verduras, pescado, aves y legumbres.
Ponerse en movimiento
También se recomienda realizar alguna actividad física, que actualmente se considera que ayuda a reducir la concentración de glucosa en sangre. Incluso un simple paseo es bueno: 30-40 minutos al día a una velocidad de 3-4 kilómetros por hora es suficiente, es decir, un ritmo ágil, pero no demasiado.
Insulina cuando sea necesario
En los casos en los que los niveles de azúcar en sangre son especialmente elevados, también está indicado el tratamiento con insulina. En cualquier caso, los resultados de la dieta sobre la salud de la madre, pero sobre todo del feto, deben ser controlados en un centro de patología del embarazo. En particular, en lo que respecta al feto, es importante controlar su crecimiento con ecografías periódicas: la mayoría de las veces su desarrollo vuelve a ser normal. Sin embargo, en algunos casos, en torno al 5%, el crecimiento sigue siendo excesivo. En este caso, es necesario un tratamiento con insulina.