El glaucoma es una enfermedad que provoca un aumento de la presión ocular y daña el nervio óptico, lo que provoca daños permanentes. Si no se diagnostica a tiempo, esta enfermedad puede conducir a la pérdida total de la visión: aquí se explica cómo prevenirla, cuáles son los síntomas y qué terapia seguir.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad en la que se obstruye el flujo de salida del humor acuoso. El líquido se acumula y la presión en el ojo aumenta, comprimiendo el nervio óptico y provocando daños irreversibles en las fibras nerviosas. La lesión del nervio óptico provoca una alteración del campo visual, que puede estrecharse por completo, lo que provoca una discapacidad visual permanente.
El glaucoma se presenta principalmente de dos formas:
- El glaucoma agudo de ángulo cerrado, que puede provocar daños irreversibles en poco tiempo, manifestándose como un dolor ocular intenso, cefalea localizada, náuseas y vómitos; es más frecuente en individuos hipermétropes con edad avanzada.
- El glaucoma crónico simple de ángulo abierto, que es el más frecuente y se debe a un mal funcionamiento progresivo de las vías de salida con un aumento no doloroso de la presión ocular, que provoca daños irreversibles en el nervio óptico sin que el paciente sea consciente de ello. Se produce lentamente y suele afectar a personas mayores de 50 años.
Factores de riesgo
Dado que las formas crónicas de glaucoma pueden destruir la visión antes de que los signos y los síntomas sean aparentes, tienes que conocer estos factores de riesgo:
- Tener presión interna ocular alta (presión intraocular)
- Tener más de 60 años
- Ser afroamericano, asiático o hispano
- Tener antecedentes familiares de glaucoma
- Tener determinadas enfermedades, como diabetes, una enfermedad cardíaca, presión arterial alta o anemia drepanocítica
- Tener córneas delgadas en el centro
- Tener miopía o hipermetropía extremas
- Haber tenido una lesión en el ojo o ciertos tipos de cirugía ocular
- Tomar corticoesteroides, especialmente gotas oftálmicas, durante un largo tiempo
Fuente: Mayo Clinic