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¿Cómo un psicólogo te puede ayudar a tratar los trastornos de ansiedad?

Sentir preocupación o nerviosismo ocasionalmente pueden ser situaciones normales en la vida cotidiana. Pero cuando los temores y preocupaciones no son temporales y persisten, hay que tomar acción. 

Según la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), los trastornos de ansiedad pueden afectar seriamente la capacidad de las personas en el área laboral, escolar y en situaciones sociales. Además, indican que la ansiedad puede interferir en las relaciones con familiares y amigos. 

Los trastornos de ansiedad impactan a niños y adultos. En Estados Unidos, 8% de los adultos y el 25% de los adolescentes de 13 a 18 años padecerán de ansiedad en alguna etapa de sus vidas, detalla la APA sobre estadísticas del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH).

Para manejar y atender los trastornos de ansiedad recomiendan que las personas reciban tratamientos psicológicos y, en algunos casos, psiquiátricos. 

“Los psicólogos tienen los conocimientos y entrenamiento necesarios para diagnosticar los trastornos de ansiedad y enseñarles a los pacientes formas más sanas y efectivas de afrontarlos”, expresa la APA. 

Explican que muchas personas intentan enfrentar los trastornos de ansiedad evitando situaciones o experiencias que les provocan ansiedad. Sin embargo, comentan que esa actitud puede tener resultados más negativos y estimular la ansiedad pese a que se busca lo contrario.

“Aunque hay muchos tipos de trastornos de ansiedad, varios estudios sugieren que la mayoría de los mismos son provocados por procesos subyacentes similares. Las personas que tienen trastornos de ansiedad tienden a sentirse abrumados fácilmente por sus emociones y a presentar reacciones particularmente negativas a esos sentimientos y situaciones desagradables”, añaden.

Principales tipos de ansiedad

  • Trastornos de ansiedad generalizados: Se caracterizan por sentimientos persistentes de preocupación o ansiedad. Algunos de los síntomas que presentan son: inquietud, irritabilidad, tensión muscular, dificultades de concentración, problemas para conciliar el sueño, y generalmente una sensación de gran nerviosismo.
  • Trastornos de pánico: En la mayoría de los casos, las personas con este trastorno manifiestan sudoración, temblores, falta de aire o sensación de ahogo, palpitaciones o aceleración del ritmo cardiaco y sensación de pavor. Tales ataques ocurren repentinamente, sin previo aviso. 
  • Fobias: Las fobias son temores intensos a determinados objetos o criaturas, por ejemplo, arañas o serpientes. También pueden ser por determinadas situaciones inquietantes o intrusivas como viajar en avión.
  • Trastorno de ansiedad social o fobia social: Las personas que padecen este trastorno sienten temor a situaciones sociales en las que podrían sentirse avergonzados o sometidos a escrutinio. Por lo general, se sienten nerviosos en entornos sociales, se cohíben cuando están frente a otras personas y les preocupa sentirse rechazados u ofender a los demás. Además, pueden tener dificultad en hacer amistades, evitar situaciones de contactos sociales, preocupación durante los días previos a un evento social y temblores sudoraciones o náuseas en un ambiente social.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo: En este caso, los sentimientos y pensamientos se tornan obsesivos y las rutinas o rituales se vuelven compulsivos, persistentes e incontrolables. Algunos ejemplos más comunes son el lavado compulsivo de las manos en respuesta al temor de un contagio con gérmenes o la verificación repetida de un trabajo o actividad en busca de errores.
  • Trastorno de estrés postraumático (PTSD): Puede surgir luego de un trauma físico o emocional grave como un desastre natural, un accidente serio o un crimen. Entre los síntomas están episodios de recuerdo del suceso, pesadillas o temores que interfieren con la rutina cotidiana de la persona durante meses y años después a la experiencia traumática.

Ayuda psicológica

Los profesionales de la salud mental tienen los conocimientos necesarios para diagnosticar trastornos de ansiedad y para enseñarle a los pacientes cómo manejarlos de una forma sana y efectiva. 

Entre los tratamientos psicoterapéuticos se encuentran la terapia cognitiva y terapia de conducta. Según la APA, por medio del componente cognitivo, los pacientes aprenden a entender cómo sus pensamientos influyen en el desarrollo de los síntomas de ansiedad. “Al aprender a transformar esos patrones de pensamiento, pueden reducir la posibilidad e intensidad de sus síntomas de ansiedad”, informan.

Mencionan que, en el caso del componente conductual de la terapia, las personas que padecen trastornos de ansiedad aprenden técnicas para reducir conductas no deseadas. 

Los psicólogos pueden emplear terapia grupal o terapia individual como formas para darle tratamiento a los trastornos de ansiedad. 

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