La alopecia es una enfermedad autoinmune de la piel que se refleja mediante la caída extrema del cabello. La pérdida de pelo a diario es común, pero al presentar calvicie en ciertas zonas del cuero cabelludo o en cualquier otra parte del cuerpo ya se debe tratar con más seriedad.
La enfermedad, según la Fundación Nacional de la Alopecia Areata, afecta a 6.8 millones de personas en Estados Unidos y se divide en tres tipos: areata, totalis y universalis.
La areata tiende a ser la más común y se presenta mediante parches, mientras que la universalis es menos común y la persona pierde el pelo corporal como las cejas y las pestañas. En el caso de la totalis, el paciente pierde todo su cabello.
Causas y síntomas
La condición, a pesar de no ser contagiosa, puede ser un trastorno hereditario que se presenta en el envejecimiento. Sin embargo, la condición se puede manifestar a cualquier edad y los hombres son quienes más afectados suelen verse debido a la alopecia androgenética.
Perder el cabello puede tener como factores cambios hormonales, efectos de medicamentos o, de los más importantes, haber sobrepasado algún evento estresante. Asimismo, no cuenta con síntomas específicos aparte de sentir algún ardor o picazón en el área de la caída del pelo.
Tratamientos para la alopecia
Cada paciente es distinto y el pelo vuelve a crecer en su tiempo. De igual forma, hay tratamientos específicos que permiten avanzar el crecimiento del pelo como inyecciones o medicamentos para el área de la calvicie. Con las nuevas tecnologías también se encuentra la opción de trasplante de pelo.
Padecer de alopecia afecta la salud mental del paciente al atarse a su imagen física y causar descontento. Profesionales como dermatólogos pueden ayudar a los pacientes, quienes también necesitan apoyo emocional por parte de sus allegados.