BeHealth rinde un homenaje a Emeralys Acevedo, una joven que siempre anheló ser mamá; sin embargo, recibió el diagnóstico de endometriosis a sus 18 años y, luego de casarse, su enfermedad se complicó, llevándola a diferentes operaciones.
Clara en su deseo de ser madre, acudió a dos intentos in vitro que no funcionaron y también se enfrentó a una histerectomía radical a sus 25 años, optó luego por una subrogación que lamentablemente tampoco se dio, lo que sin duda se convirtió en un proceso de sufrimiento emocional y físico.
“Tuve una laparoscopia a los 18, a los 24 me removieron un ovario, se complicó mi salud por la endometriosis, comenzamos un proceso in vitro sumamente costoso y emocionalmente fuerte dos veces y no funcionó”, destacó.
Define todas estas etapas como un proceso difícil, pero agradece haber contado con su esposo, su familia y la de su esposo, sus amigos y el apoyo de la iglesia, que fueron piezas claves para superarlo.
El camino de la subrogación
Cuando su condición de endometriosis se encontraba en etapa 4, un grupo de diferentes especialistas entre ellos un ginecólogo oncólogo y una neurocirujana, decidieron realizarle una histerectomía.
“Lo ideal era dejarme el otro ovario que me quedaba por las hormonas, pero no sucedió, se fue matriz, se fueron ovarios y entre en el proceso de menopausia prematura”, recordó.
Siempre presente con su deseo de ser madre y esperando a estar preparada emocionalmente el camino a seguir era la adopción.
Proceso de adopción
El proceso por el que pasé, físico, emocional y económico, fue sumamente duro; por eso, junto con su esposo, dejaron pasar algunos meses antes de iniciar este nuevo camino.
Destaca que no todas las personas lo entienden y que muchos profesionales no son expertos en el campo de la endometriosis.
Luego de tomar la decisión, entrar a la lista de espera fue fácil y llevadero, pero la espera para una respuesta fue tardía y difícil.
“Puede que un día no tengas bebés y al día siguiente te llamen para conocerlos”, expresó.
Recuerda que con su pareja fueron abiertos en temas de recibir un niño o hermanos, esta última alternativa les había indicado agilizaba más el proceso.
“Nosotros nos sometimos en julio y en septiembre del año siguiente nos llamaron y nos dijeron que nos habían pariado”, recuerda emocionada.
Detrás de la adopción se hacen planes, pero nunca se sabe cómo va a terminar el proceso, en su caso, recuerda que hicieron una cita para conocerse, que, debido a la pandemia, tuvo que realizarse por la plataforma Zoom.
Dos semanas fueron el espacio para pintar los cuartos y acomodar todo en casa como si siempre hubiesen estado allí.
Su nene tenía 5 años y su niña 1 año y medio y hoy ya celebraron juntos el cumpleaños número 7 y número 3 de cada uno de estos pequeños.
“Ha sido un reto, pero ha sido tan maravilloso. La paternidad y la maternidad es un reto, pero todo fluyó, pero para mí yo los tuve, no siento una diferencia y siento que llevo con ellos toda la vida”, expresó.
Entre risas dice que el niño se parece en el carácter a su esposo y la nena a ella, los acuesta cada noche y piensa que el sufrimiento que tuvo ya se fue y que estos niños llenaron sus vacíos.
“Dios nos regaló más de lo que nosotros esperábamos. Estoy eternamente agradecida de que nos hayan aceptado como papás”, manifestó.
Un mensaje de esperanza
Cuando todo parece DECIRTE NO, Dios nos demuestra que todo es posible. La sorpresa para todos acá en BeHealth es que Emeralys sí alcanzó su deseo de ser madre y no de uno, sino de dos pequeños y lo hizo a través de la adopción.