¿Has estado triste y al escuchar tu música favorita mejora tu estado de ánimo? Pues debes saber que no es coincidencia, sino que esas melodías inciden en varios de los sentimientos, pensamientos y emociones que experimenta el ser humano.
Para conocer más del tema, BeHealth consultó con el psicólogo Gilvic Carmona, quien aseguró que los lóbulos del cerebro se ven ampliamente beneficiados cuando se escuchan los ritmos que le gustan a los pacientes, sobre todo aquellos que sufren depresión y ansiedad.
“Cuando hablamos del cerebro, lo podemos dividir en diferentes partes. Una de esas partes se llama los lóbulos: tenemos el lóbulo temporal que está cerca del oído. Una de las cosas importantes es que mi cerebro se activa completamente a través de ese lóbulo, y sobre todo, que el lóbulo está cerca de otra región importante que se llama el sistema límbico, que tiene que ver con nuestras emociones. Así que cuando nosotros escuchamos y nos conectamos con nuestra música, nosotros lo que estamos haciendo es estimulando ese lóbulo en proceso donde toda mi emocionalidad se conecta para traernos recuerdos que nos pueden traer recuerdos, por ejemplo negativo, pero la mayor parte de las veces esos recuerdos que evoca la música son positivos, son fuentes de energía y de vida”, destacó.
Musicoterapia
Es aquí donde entra a jugar un rol indispensable la musicoterapia, que consiste en usar las respuestas y conexiones de una persona con la música para estimular cambios positivos en el estado de ánimo y el bienestar general.
“Lo que hace es que nuestro cerebro, que también se comunica a través de unas ondas cerebrales, cuando yo por ejemplo, recibo la la música, que nosotros la escuchamos como un todo, con cierta armonía, pero nuestro cerebro lo interpreta como si fueran unas ondas y esas ondas van regulando y nivelando nuestro cerebro, igual como lo hace cuando estamos, por ejemplo en el océano, en el mar, que tú sabes que la hora pues así mismo ocurre, pero a una mayor frecuencia”, explicó el psicólogo.
Debes saber que la terapia musical puede incluir crear música con instrumentos de todo tipo, cantar, moverse con la música o simplemente escucharla.
“Antes de nacer ya nosotros estábamos expuestos a la música. Hay unas personas que por genética tienen unas características donde de alguna manera su capacidad para encontrarse con la música, para hallarse en ese espacio es mayor. Pero todos durante nuestro transcurso y experiencia de la vida nos vamos a conectar con la música”, agregó el experto.
Beneficios
Según Carmona, los diferentes estilos de música pueden tener un efecto importante en el estado de ánimo de una persona muy rápidamente, y pueden ayudarle a experimentar y procesar una amplia variedad de emociones.
“Nosotros vemos la música como un regulador emocional porque la dopamina, que es una sustancia que nosotros tenemos en nuestro cerebro, tiene que ver con el estado de calma. Entonces cuando nosotros experimentamos la música, pues me puede calmar. En pacientes que están deprimidos un tipo de música particular puede sacarla de esa experiencia. Así que de alguna manera yo pienso que la música es maravillosa, sobre todo para llevarnos a diferentes contextos de nuestra pluri dimensionalidad”, resaltó.
Alzhéimer y la música
Algunos estudios han constatado que la música podría ser útil en aquellas personas con dificultad de lenguaje, y que mejora la recuperación de aquellas que han sufrido o sufren accidentes cerebrovasculares, esclerosis múltiple, u otras enfermedades neurodegenerativas, entre ellas las demencias y la enfermedad de Alzheimer.
“La musicoterapia hace que un paciente con alzhéimer, que hay poca conexión entre una neurona y la otra, permite que aunque yo no tenga una conexión física, por dar un ejemplo a la gente, pero hay una conexión de una manera de las ondas. Así que yo poco a poco puedo llevar a ese paciente a que su cerebro no siga deteriorándose. En el fondo no es tanto por la música, sino por el volumen, porque nos provoca un estado de placer”, añadió.
La música y el ritmo estimulan tanto el sistema nervioso autónomo como el neuroendocrino, activando las diferentes áreas cerebrales (tanto las frontales como las temporales, parietales, cerebelosas y límbicas).
“Cuando tú miras la música religiosa te das cuenta que así sea un canto gregoriano, no importa quien tu seas ni cual sea tu base espiritual, algo te provoca en ti. Es que los sentidos no se pueden quedar de la misma manera que estaban antes. La música es la vía por la cual nosotros nos podemos conectar con nuestro interior, pero de igual manera también con el Ser Supremo. Porque hay una característica y es que el Ser Supremo no es intangible y la música también. La letra no, pero la música usted y yo la definimos por los símbolos que tienen, como los símbolos que definen a esa deidad. Eso es lo que nos ocurre, que entonces hay esa conexión, porque es que estoy definiendo a un ser que no puedo ver”, dijo Carmona a BeHealth.