La hidradenitis supurativa es una condición común, pero lamentablemente, en la mayoría de los casos, no es reconocida con el nombre apropiado, lo que dificulta recibir el tratamiento específico para manejarla correctamente.
Es una condición crónica, de larga duración que usualmente comienza en la adolescencia temprana y se caracteriza por la presencia de nacidos en áreas como las axilas y el entre medio de los muslos.
BeHealth conversó con el dermatólogo Pedro Vendrell, quien destacó que es una enfermedad que afecta mayormente a mujeres y niños, quienes al recurrir en busca de tratamiento para esos abscesos dolorosos, tienden a recibir el diagnóstico de un absceso bacteriano.
“Esta condición no se considera infecciosa, es una enfermedad autoinmune, que forma abscesos con pus y aunque el tratamiento suele ser con antibióticos, su etiología no es bacteriana”, aclaró el Dr. Vendrell.
Algunas de las zonas afectadas
- Entre medio de los muslos
- Glúteos
- Axilas
- Debajo de los senos
“Son áreas intertriginosas y es sumamente incómoda y dolorosa esta condición”, exaltó
Una condición dolorosa
El Dr. Vendrell afirmó que es necesario que el paciente cuente con tratamientos prolongados de mantenimiento, por ser una enfermedad altamente dolorosa, en la que la presencia de nacidos es persistente.
“Los nacidos están acompañados de unas espinillas y a veces, los pacientes acuden a salas de emergencia y le dan tratamiento con antibiótico para una semana, y aunque inicialmente sienten un alivio, lo ideal es saberla identificar porque el tratamiento sería la continuación del antibiótico”, explicó.
Otras manifestaciones
El paciente con hidradenitis tiene:
- Mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares
- Alta posibilidad de sufrir de depresión
- Mayor riesgo de obesidad
- Diabetes
- Condiciones de tiroides
- Problemas de autoestima
“La persona usualmente se cohíbe de ir a la playa y de usar ropa que exponga el área afectada”, señaló.
Tratamientos
Es importante ofrecer un tratamiento adecuado, en el que se seleccionen correctamente los antibióticos beneficiando las zonas afectadas.
El Dr. Vendrell explicó que la terapia para esta condición inicialmente se basa en el uso de antibiótico y en casos de moderados a severos, puede añadirse un medicamento biológico (Humira) que cuenta con la aprobación de la FDA.
Para determinar el tratamiento, el especialista puede sugerir algunas pruebas para evaluar el riesgo de efectos secundarios como en el caso de pacientes que han presentado historial cáncer, debido a que algunas terapias pueden debilitar el sistema inmunitario con el fin de disminuir la inflamación.
La remoción quirúrgica también puede ser una alternativa para algunas zonas específicas.
Prognosis del paciente
Entre más temprano se reconozca la condición y se ofrezca tratamiento al paciente se pueden evitar secuelas especialmente de cicatrices y fístulas.
“Hay casos que llegan muy tarde y tienen muchas cicatrices, en algunos casos severos, que puede ser mutilante para el área que deja la condición y que dificulta poder caminar o sentarse, por ejemplo en el caso de que la área afectada sea los glúteos”, señaló el dermatólogo.
Además, afirmó, que la condición siempre está latente y aunque la mayoría de los casos responden bien a las terapias y logran aminorar significativamente la condición, existen pacientes a quienes no se les pueden tratar la gravedad de las lesiones.
“Hasta el día de hoy no hay un tratamiento curativo y es una condición que se expresa con diferentes severidades en donde la gran mayoría van de leve a moderado”, aclaró.
Prevalencia en Puerto Rico
Se estima que un 4 % de la población puertorriqueña puede tener la condición por lo que es importante consultar con el dermatólogo especialmente si las protuberancias son recurrentes, grandes y dolorosas.
Es importante aclarar que no es una condición contagiosa, en la que se debe apoyar al paciente pues de acuerdo con el Dr. Vendrell el promedio de retraso para alcanzar el diagnóstico correcto tiende a ser de unos 7 años.
Recomendaciones
- Evitar la obesidad
- No fumar
- Buscar apoyo psicológico y psiquiátrico si se considera necesario
- Cuidar la dieta evitando sustancias pro inflamatorias