Científicos piensan que el alto contenido de grasas saturadas en la leche entera es responsable de la neurodegeneración acelerada
Por: Ohel A. Soto Berríos
Un estudio publicado el 7 de mayo de 2022, hecho por varios centros de investigación en España e Italia, reveló una asociación entre el consumo repetido de leche entera y la tasa de deterioro cognitivo en adultos mayores con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
El trabajo fue producto de la colaboración entre el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili-Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgilia (UVR-IISPV), de Tarragona, el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y el Centro de Investigación Biomédica en Red enfocado a Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM).
La estudiante y primera autora del estudio, Jiaqi Ni, explicó a Medscape en español la hipótesis de la que surgió la investigación. “Los estudios previos han sugerido que el consumo de leche y otros tipos de productos lácteos desempeña un papel beneficioso en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia relacionados con la edad. Sin embargo, la evidencia es un tanto controvertida y poco clara, especialmente cuando se valora el consumo a lo largo del tiempo”.
Además, Ni enfatizó que en la literatura científica no se encontraban datos acerca de cómo diferentes lácteos, su contenido en grasa y grado de fermentación, pueden influir en el progreso neurodegenerativo de adultos mayores de edad.
Entonces, la estudiante y sus colegas le proporcionaron un cuestionario de patrones de alimentación y múltiples pruebas neuropsicológicas a un acervo de 4,668 participantes de entre 55 a 75 años, que presentaban desórdenes metabólicos y sobrepeso, al comienzo de la investigación y al cabo de dos años de seguimiento.
Resultó que las personas que consumían leche entera regularmente exhibían mayor degeneración cognitiva. Sin embargo, tanto los participantes que solían ingerir leche u otros productos lácteos bajos en grasa, como los que comían lácteos fermentados (yogur, queso, crema agria), no presentaron deterioro neurológico.
A pesar de que el estudio no sondeó los procesos biológicos que podrían explicar los hallazgos, los autores sopesan la riqueza de grasas saturadas en la leche entera, y su relación con los factores de riesgo cardiovascular: obesidad, hipertensión, colesterol alto, arteriosclerosis.
“Estos factores se han asociado a un mayor riesgo de disfunción cognitiva relacionada con cambios vasculares patológicos. Se ha sugerido que las grasas saturadas aumentan el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), lo que afecta negativamente a los lípidos sanguíneos y aumenta el riesgo de arterioesclerosis y otras enfermedades cardiovasculares”, indicó Ni.
No obstante, la Dra. Naiara Fernández, experta en nutrición y miembro del Grupo de Liderazgo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), matizó el rol de los lácteos y, específicamente, la leche entera en la salud cerebrovascular. Apuntó a que, previo al estudio de Ni y sus compañeros, ya se había vinculado el consumo de lácteos con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Aunque enfatizó los beneficios de ingerir lácteos, Fernández no menospreció los resultados del estudio. “…parece acertado relacionar la ingesta de grasas de la leche, sobre todo el contenido en grasas saturadas, con la pérdida de la función cognitiva…”, comentó la doctora a Medscape en español.
Los investigadores están conscientes de que la leche entera aún no se puede considerar un factor determinante para el deterioro cognitivo acelerado en personas mayores con riesgo de enfermedad cardiovascular. “…se ha sugerido que los efectos de esta grasa deben considerarse en el contexto de la fuente total de calorías consumidas y del patrón dietético. No obstante, se necesitan más estudios que puedan confirmar estas especulaciones”, agregó Ni.
Recomendaciones nutricionales
La Dra. Fernández recomienda consumir tres raciones de productos lácteos todos los días, que bien pudieran ser en la forma de leche, yogur, o queso, ya que todas contribuyen a huesos y músculos más saludables. Además, enfatizó la importancia de limitar las bebidas alcohólicas y el consumo de sal para cuidar la salud neurológica y cardiovascular.
Por otro lado, la doctora reivindica la valorización individualizada de las dietas de cada paciente, por lo que se aconseja que converse con su médico acerca de las maneras en que puede mejorar su nutrición.