El Dr. Javier Morales, reconocido infectólogo, destacado por sus múltiples investigaciones relacionadas con el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) conversó con BeHeath sobre los adelantos de la medicina en beneficio de los pacientes con el virus y mencionó cómo ha podido contribuir desde su profesión.
¿Cuándo nace su interés por la infectología?
“Cuando yo estaba haciendo mi especializada en medicina interna, yo vi la infectología de otra forma, la gente ve la infectología como infecciones pero yo lo ví como un campo muy amplio y aunque la acabe en 1977, hace ya muchos años, lo que me llamaba la atención era que cogía muchos campos”, recordó.
El especialista sabía que no tenía que inclinarse por una sola rama de la medicina sino que, desde su especialidad podía estar involucrado con pediatría, obstetricia y ginecología y todo tipo de cirugía.
“La infectología es un campo que encontré fascinante y empecé a darme cuenta que está directamente ligada a la inmunología y esa fue mi motivación para ser infectólogo”, destacó.
¿Cómo llega a aportar en las investigaciones sobre el VIH?
El Dr. Morales recuerda que el primer paciente que él vio fue en el año de 1980, sin embargo, dos años atrás, para 1978, cuando estaba cursando su subespecialidad en enfermedades infecciosas en el Hospital de Veteranos, recibió un extraño caso de un joven ingeniero con signos como diarrea, pérdida de peso, hongos en la boca y nódulos linfáticos, que falleció sin determinar por qué, destacando que para la fecha nadie sabía nada sobre VIH.
“Un buen amigo mio me contó que él se había ido a Africa a trabajar con una petrolera por un año, no era homosexual. Lamentablemente murió y de ese paciente se guardó suero (sangre) con el fin de algún día saber de qué se trataba”, exaltó.
Para 1986 en un reencuentro con su amigo indagó por el nombre del paciente y pocos días después se comunica con el Departamento de Patologías del Hospital de Veteranos y pidió al Dr. Ramirez de Avellano realizar una prueba de VIH confirmatoria que dio positivo.
VIH, ¿sinónimo de muerte?
De acuerdo con el Dr. Morales, para 1980 ser VIH era una sentencia de muerte, ya que muy pocas personas sobrevivían.
“Cuando llegaban para atenderse ya tenían el sistema inmune deteriorado y maxime le quedaban uno o dos años de vida y lo único que uno podía hacer era tratar las infecciones oportunistas que podrían ocurrir”, explicó.
Para ese momento en la práctica privada solo habían tres infectólogos en Puerto Rico y el especialista recuerda que era muy frustrante ver como desde otros campos de la medicina se negaba la atención a los pacientes con el virus.
“A mediados de los 80 me llama una compañía farmacéutica para comenzar a hacer estudios clínicos para pacientes VIH, los primeros no funcionaron por una alta toxicidad y luego comienzan las demás drogas, empezamos a probarlas y yo estaba en un desespero porque se me estaban muriendo todos, así que yo no tenía nada que perder y decidí probarlo todo”, mencionó.
Un virus en control
- Para 1990 salieron los inhibidores de la proteasa (IP) que logran un control sobre el virus, sin embargo, el tratamiento consistía en utilizar 26 pastillas al día.
“Las personas vivían básicamente con un control y alarma para ver cuando les tocaba tomar la pastilla y la otra”, explicó.
- Para 1997- 1998 se empezó a probar un medicamento que se utilizaba una vez al día en la noche y ese fue un gran avance reduciendo la cantidad de pastillas y logrando un control en los pacientes.
“Por primera vez veías a los pacientes controlados y no se exponían a contagiarse de nuevo y empezaron a pasar 3, 5, 10 años y los pacientes seguían bien”, señaló el infectólogo.
- Para 2005 se probaron los inhibidores de integración para evitar que el virus se integrara al cromosoma humano, ya que una vez lo hace el proceso se hace irreversible.
De acuerdo con el Dr. Morales, con el paso del tiempo se empezaron a combinar medicamentos con el fin de lograr poner todo en una sola pastilla y se logró.
“Muchos de los tratamientos modernos, puedes hacerlos utilizando una sola pastilla, no siempre se puede, porque por ejemplo, la noche que una persona se contamina, el virus que contrae es el de esa otra persona, que si nunca utilizó medicamentos y tiene un virus resistente a los medicamentos es el que transmite”, advirtió.
Avances en terapias y medicamentos
Para el paciente es más cómodo utilizar una única pastilla, por eso los especialistas evalúan diferentes factores y con un juego de medicamentos buscan controlar el virus.
“El VIH en los últimos 42 años evolucionó de ser una sentencia de muerte a una enfermedad con la que mueres de viejo”, afirmó.
Además, el paciente puede realizar cualquier tipo de actividad como viajar, correr maratones o bucear, siempre y cuando realice chequeos de azúcar, tensión, colesterol, coronarias, entre otros factores.
El paciente VIH puede obtener la pastilla a través de los planes médicos y debe evitar recontaminarse. Asimismo, la adherencia y el cumplimiento de las indicaciones disminuye el riesgo de contagio en pacientes con parejas estables.
“Se estima que del 10 al 15 % de la población no saben que son VIH positivo y mientras más tarden en empezar el tratamiento, más se va a apoderar el virus de las zonas en donde se esconde”, destacó.
Investigaciones clínicas
El especialista destacó que la investigación en Puerto Rico avanza bastante bien y los datos son número 1 en todo el mundo.
“Tratar VIH en Puerto Rico es mejor que en Estados Unidos, porque si el plan médico no lo cubre, se acude a agencia de comunidad que tienen fondos y que ofrece medicamentos actuales que son los que hay que usar”, puntualizó.
Para comprender un poco sobre la infección el infectólogo expuso, “una célula normal tiene unos receptores en la superficie que rastrean todo lo que es anormal y lo que no es nuestro lo destruyen, pero en cáncer, las células cancerosas desarrollan estas células, entonces cuando viene esta célula asesina y detecta que la célula es suya decide dejarla quieta y no atacar”.
Comprendiendo esto, actualmente se están adelantando en Puerto Rico estudios entre los que se está probando un medicamento de inmunoterapia que se utilizó para tratar a pacientes con cáncer, con el fin de bloquear el receptor para que el sistema inmune destruya esas células.
“Hasta ahora, no ha tenido mayores efectos secundarios, vamos a ver qué ocurre, porque hay que medir linfocitos, hay que hacer biopsias para ver si disminuyen o no, pero es un buen comienzo”, exaltó el Dr. Morales.
¿Qué le falta en su camino de profesional?
Entre risas, este destacado profesional dice que tiene pensado retirarse entre los 95 o 97 años, por eso solo pide salud para continuar
“Vivo enamorado de lo que yo hago, psicológicamente no hay forma de que yo me retire, no puedo”, afirmó el Dr. Morales.