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De paciente a cuidador: la experiencia de una familia con el cáncer de pulmón

Dicen que Dios da sus más duras batallas a su mejores guerreros, Joseline y Fredy, su esposo son una pareja que han atravesado grandes situaciones a causa del cáncer, a veces como cuidadores, a veces como cuidados.

Y es que Joseline fue diagnosticada con cáncer de pulmón hace 4 años, un cáncer que, afortunadamente fue diagnosticado en sus etapas iniciales y cuyo manejo fue la extirpación de parte de su pulmón mediante una lobectomía.

El cáncer de pulmón no manifiesta síntomas en sus primeros inicios, así que, tanto para Joseline como su esposo, fue un alivio el diagnóstico temprano, gracias a sus visitas de rutina con una neumóloga y la sospecha de que algo no estaba bien ante una tos seca que presentaba Joseline.

El padecimiento fue para ambos un gran asombro, dado que este tipo de cáncer suele afectar a fumadores y ninguno de los dos fuman. Sin embargo, superaron el reto con el apoyo de la familia y la fe inquebrantable en Dios.

El cáncer, un reto para la familia

Para la familia este no ha sido el único momento complejo cuando de salud se trata, ya Fredy anteriormente había sido diagnosticado con cáncer de esófago.

Ambos, también padres de familia habían pasado entonces el proceso tanto como cuidadores como pacientes, pero también en algún momento fungieron ambos como cuidadores ante el diagnóstico de su hija menor con osteosarcoma, quien lleva afortunadamente ya 10 años en remisión.

Evidentemente, la familia ha pasado momentos fuertes que ha logrado traspasar con fuera y fe. Y aunque no ha sido nada fácil, ha habido recaídas como la reciente de Joseline, que fue hospitalizada por una pulmonía que no sanó completamente. Momento en el cual se evidencio que el orificio en el pulmón que le habían operado estaba infectado y necrótico; y que, además, el nivel tumoral había aumentado. Actualmente Joseline se encuentra en tratamiento con inmunoterapia y comparte cómo ha vivido tanto el diagnóstico inicial como la recaída:

“La primera fue un impacto terrible, porque era algo no esperado, algo insólito; pero una segunda recurrencia es peor, porque es cuando crees que todo estaba bien y esta vez sí hubo un tratamiento”, precisó.

Fredy confesó que, en la experiencia, tanto como cuidador como paciente siempre surgen demasiadas preguntas, pero señala que lo importante es comprender al otro, estar ahí y dar lo mejor posible a pesar de las tristezas momentáneas y los pensamientos negativos.

“Hay que batallar, aferrarse a Dios y contar con el apoyo familiar”, compartió.

Son demasiado obvios los retos de esta familia, pero ellos señalan como el mayor, la aceptación:

“Muchas veces nos deprimimos, tendemos a desfallecer, pero tenemos que pensar que, mientras haya vida, hay esperanza. Papá Dios no nos suelta de la mano, hay mucha gente que nos apoya con sus oraciones, con sus palabras, con su hogar”, confesó Fredy.

Por otro lado, Joseline señaló la importancia de enfrentar los retos de la mejor manera: “no nos podemos quedar, pedirle a Dios fortaleza y buscar alternativas”.

Las enseñanzas

Así, cada uno de los procesos vividos les han enseñado a estar más unidos y que el apoyo familiar y espiritual son esenciales, a ser más empáticos, no solo con el cáncer, sino con cualquier tipo de enfermedades.

Finalmente, compartieron la importancia de no desatender ninguna molestia o síntoma, ni propios ni de nuestros hijos.

“No nos subestimemos, chequéate busca siempre una segunda opinión, y una tercera o cuarta si es necesario”, exhortó Fredy. Mientras que Joseline afirmó que: “Todo a tiempo tiene remedio; el cuerpo es sabio nos da señales, y hay que estar pendientes”.

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