Este jueves 8 de septiembre murió la Reina Isabel II, la monarca más longeva del Reino Unido. Estuvo 70 años en el trono y dejó este plano terrenal a los 96 años. ¿Cómo logró estar por más de siete décadas en el poder? A continuación, te contamos algunos detalles íntimos de cómo alcanzó su longevidad, que le permitió mantenerse estable guiando durante muchísimos años los destinos de esa nación.
De acuerdo con la prensa inglesa, durante muchos de sus largos noventa y seis años, Isabel realizó ejercicio a diario, lo que, de acuerdo con la ciencia médica, trae múltiples beneficios para la salud del ser humano.
Ese detalle del ejercicio lo revelaron varios expertos de la realeza que tuvieron información de primera mano de la rutina que manejaba a diario la mandataria. De hecho, se sabe que Isabel caminaba a diario con sus 30 perros de raza corgi y, eventualmente, daba cabalgatas por el palacio y los demás terrenos de ella y de su familia.
Así mismo, la BBC asegura que una de las razones que llevó a la monarca a postergar su vida casi hasta el siglo se debió a los excelentes genes que trae. La dinastía de Isabel segunda, al igual que ella, también gozó de buena salud. Expertos afirman que fue un factor clave en que ella durara tantos años.
Inclusive, como la reina tuvo antepasados que sobrepasaron los 80 y 90 años de vida, expertos en genética dicen que era obvio que ella y su descendencia también postergarían su existir de esa manera.
La reina no tenía vicios. Es decir, no fumaba ni consumía tabaco y no tomaba licor en grandes cantidades. De hecho, uno de sus exsecretarios privados, Dickie Arbiter, reveló hace algún tiempo que todo los años que estuvo al servicio de la exjefa de Estado jamás la vio consumir alguna sustancia que pudiera poner en riesgo su vida.
En cuanto a bebidas alcohólicas, Arbiter reconoció que no era común ver que ella se embriagara y que, cuando lo consumía, lo hacía con moderación.
La alimentación que tenía la reina Isabel también fue determinante para que alcanzara 96 largos y venturosos años. Inclusive, uno de sus chef personales, Darren McGrady, le contó a la BBC cómo era la alimentación de quien hoy deja paralizado al mundo tras su fallecimiento. «La norma es nada de almidón: ni patatas, ni arroz, ni pasta para cenar», expresó el cocinero.
El hombre asegura que tanto Isabel, como su también fallecido esposo Felipe, preferían las ensaladas y otros alimentos saludables, que no les cayeran pesados, y que les aportaran múltiples nutrientes y vitaminas.
De hecho, durante los casi 68 años que duró casada con Felipe de Edimburgo, que murió en el 2021, se le vio muy feliz y sí, aunque no lo creas, hay evidencia científica que asegura que el matrimonio ayuda a prolongar la vida de una manera más saludable.
Y es que la monarca siempre se dio a conocer, no solo por ser la reina, sino también por su excelente estado de salud: los anteriores trabajadores revelaron que ella podía estar de pie hasta 90 minutos sin cansarse cuando iba a ceremonias y eventos de la realeza.
Otro tema que también incidió en la longevidad de Isabel fue que siempre dormía temprano y lo suficiente para no desvelarse y mantenerse vigorosa. Además, no dejaba que el estrés la dominara, a pesar de tener a su cargo a 15 países, que son los que conformaban el Reino Unido.
Algo por lo que se dio a conocer la monarca fue por sus muy elegantes atuendos. Era común verla con sombreros. Pues no solo era por lucirlos, sino también para cuidarse de los rayos del sol. Sus más cercanos funcionarios aseguraban que ella se cuidaba mucho de los rayos UV.