Es habitual que las comunidades y personas afectadas por una catástrofe experimenten una serie de pensamientos, sentimientos y comportamientos que pueden ser intensos, confusos y aterradores. El miedo, por ejemplo, es una reacción importante y normal que ayuda a activar nuestro cuerpo y nuestra mente para tomar decisiones que protejan nuestra vida y la de nuestros seres queridos.
Las catástrofes y la salud mental están relacionadas en gran medida; los efectos de las catástrofes pueden tener un impacto negativo en la población afectada. Junto con las pérdidas sociales y económicas, los individuos y las comunidades experimentan una inestabilidad mental que puede precipitar el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), la Ansiedad y la Depresión en la población. Generalmente, las catástrofes se miden por el coste de los daños sociales y económicos, pero no hay comparación con los sufrimientos emocionales que padece una persona tras la catástrofe.
Es importante conocer la diferencia entre una reacción común a un acontecimiento estresante o traumático y los signos que indican que hay que buscar más apoyo.
Cómo cuidar tu salud emocional
Es natural sentir estrés, ansiedad, angustia y preocupación durante y después de un desastre. Cada persona reacciona de manera diferente y sus propios sentimientos cambiarán a lo largo del tiempo. Tome conciencia de cómo se siente y acéptelo. Cuidar su salud emocional durante una emergencia lo ayudará a pensar con claridad y a reaccionar a las necesidades urgentes para protegerse y proteger a su familia. Cuidarse a sí mismo durante una emergencia lo ayudará a recuperarse a largo plazo.
Las personas con afecciones mentales preexistentes deben continuar con sus planes de tratamiento durante una emergencia y estar atentas por si presentan nuevos síntomas.
Toma las siguientes medidas para enfrentar un desastre
Cuida tu cuerpo
Trata de comer alimentos saludables y bien balanceados, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente. Evita el alcohol, el tabaco y otras drogas.
Comunícate con otras personas
Habla con un amigo o familiar sobre cómo te sientes y qué te preocupa. Mantén relaciones saludables y establece un sistema de apoyo sólido.
Toma descansos
Tómate un tiempo para relajarte y para acordarte de que las emociones fuertes pasarán. Trata de respirar profundamente varias veces. Trata de hacer actividades que normalmente disfrutas.
Mantente informado
Puede que te sientas más estresado o nervioso si crees que no tienes toda la información. Ve, escucha o lee las noticias para estar al tanto de la información actualizada por las autoridades. Ten en cuenta que durante una crisis pueden circular rumores, especialmente en los medios sociales. Verifica siempre de dónde proviene la información y recurra a fuentes confiables, como las autoridades gubernamentales locales.
Evita exponerte demasiado a las noticias
De tanto en tanto deja de ver, leer o escuchar las noticias. Escuchar acerca de la crisis y ver imágenes reiteradamente puede provocar angustia. Trata de hacer actividades que disfrutes y volver a tu vida normal lo más pronto posible; entérate de las últimas noticias de tanto en tanto.
Busca ayuda cuando sea necesario
Si la angustia afecta sus actividades de la vida cotidiana por varios días o semanas, habla con un líder de su comunidad religiosa, un consejero o un médico, o llame a la línea de ayuda.
Fuentes: NIH y CDC