Cuando un paciente recibe un diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) suele desarrollar múltiples inquietudes. La buena noticia es que la mayoría, sino todas, tienen una respuesta. A continuación, conoce algunas de las más comunes.
¿Qué es la enfermedad inflamatoria del intestino?
Son condiciones crónicas que inflaman los intestinos, cuyas causas se desconocen y causan un sinfín de síntomas. Las más comunes son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
¿Qué síntomas genera las EII?
Por lo general, estas condiciones causan síntomas que van y vienen. Todo depende del estadio de la condición, qué tanto afecta la inflamación y las comorbilidades de los pacientes. Sin embargo, la mayoría suelen enfrentar:
- Diarrea.
- Fatiga.
- Dolor y cólicos abdominales.
- Presencia de sangre en las heces.
- Disminución del apetito.
- Pérdida de peso involuntaria.
¿Hay cura?
No. Sin embargo, la ciencia médica ha desarrollado múltiples opciones terapéuticas que contribuyen con mejorar la calidad de vida de las personas, al punto que varios de los pacientes pueden vivir en tranquilidad.
Dentro de algunas de las opciones terapéuticas existentes hay fármacos, cirugías, inmunosupresores, terapia biológica, entre otros.
¿En quiénes es más común?
Desafortunadamente, las EII cada vez son más frecuentes y comunes en la población mundial. Puede aparecer a cualquier edad pero, según cifras oficiales, es más recurrente entre los 20 y 30 años de edad.
¿Hay relación con que mis antepasados hayan padecido EII?
Aún no hay la suficiente evidencia científica que ratifique que el historial familiar incide en estas patologías. Sin embargo, sí hay estuvimos que evidencian que existen factores genéticos que contribuyen a desarrollar colitis o enfermedad de Crohn.
¿Cómo se sabe si tengo EII?
Existen múltiples métodos diagnósticos como la colonoscopia, la resonancia magnética y la ecografía, que permiten saber si alguien tiene Crohn o colitis. Además, hay pruebas biológicas, como el análisis de sangre, que permite identificar estas condiciones.
¿Debo hacer cambios en mi estilo de vida?
Sí. La dieta equilibrada, guiada por un nutricionista, será clave en el avance o retroceso de tu enfermedad. Evita la fibra. Haz ejercicio en las medidas de tus posibilidades.