La ciencia médica ha demostrado que los pacientes con espondilitis anquilosante pueden presentar otras enfermedades relacionadas.
Entre ellas se destaca la psoriasis conocida como una enfermedad crónica de la piel. Asimismo, los pacientes pueden presentar un ritmo cardíaco anormal y cicatrizaciones en la válvula aórtica del corazón.
Otra de las comorbilidades asociadas a la espondilitis anquilosante son la inflamación ocular crónica, engrosamiento del tejido pulmonar y la colitis ulcerosa o inflamación en el colon. También, los pacientes pueden experimentar lesiones en la médula espinal si pasan por una caída.
La espondilitis anquilosante se conoce como un tipo de artritis crónica. Esta enfermedad se desarrolla en los huesos y articulaciones que conectan la columna vertebral con la pelvis. Esta condición se distingue por causar inflamación en las articulaciones y unir las vértebras con el paso del tiempo.
Según la ciencia médica, la espondilitis anquilosante afecta mayormente a la población masculina. Igualmente, se ha detectado que tiene un factor hereditario ya que existe una conexión entre la enfermedad y el gen HLA-B27.
Entre las áreas afectadas por la espondilitis anquilosante se destacan las articulaciones de los hombros, rodillas y tobillos. También, el paciente puede experimentar rigidez en el esternón y las articulaciones intercostales. En ciertas personas la enfermedad puede causar inflamación en los ojos.
Asimismo, los especialistas mencionan que la condición es difícil diagnosticar porque los síntomas son inconstantes.
Las señales de alerta aparecen de forma súbita cuando el paciente pasa por una recaída de la condición y desaparecen cuando entra en remisión.
Entre los síntomas comunes se destacan el dolor de espalda recurrente y que se agrava durante la progresión de la condición. Los pacientes también pueden experimentar fiebre, fatiga y cansancio como signos de alerta. Además, a medida que progresa la enfermedad, los pacientes pueden presentar una posición jorobada.
Aunque la enfermedad no tiene cura, esta es tratable con medicamentos, fisioterapia o cirugía en casos graves. Asimismo, se recomienda mantener actividad física, buena alimentación y evitar fumar para apoyar en el tratamiento y evitar que progrese la condición.