Uno de los principales retos de los pacientes con enfermedades inflamatorias del intestino (EII) es evitar volver a tener brotes. Cuando esto sucede, quiere decir que están en remisión, que es una fase de la enfermedad en la que no se presentan síntomas. Por ello, te dejaremos algunas recomendaciones en esa materia.
Tener una lista de lo que se come
Aunque estés en remisión es importante que no descuides lo que consumes e ingieres a diario. Por ello, ya sea en tu celular, en una libreta o en cualquier lado que te permita llevar un control, anota tus desayunos, almuerzos, meriendas y cenas.
Anota los alimentos que puedan afectarte y, obviamente, evítalos a toda costa para no enfrentar posibles afectaciones en el futuro.
No te limites con la comida
No tienes que comer grandes cantidades en almuerzo, desayuno o cena. Puedes dividir tus alimentos en cinco porciones en el día. En tu maleta o bolso lleva algún snack o maní que te permita comer en caso de que lleves mucho tiempo sin hacerlo.
El líquido
Los pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn suelen tener mayor riesgo de deshidratación, por lo que beber al menos tres litros de agua, consumir algunas frutas y verduras, ayudará significativamente a controlar esta anomalía.
Ojo con la fibra
Aún si estás en remisión, es importante que, a toda costa, evites los alimentos ricos en fibra debido a que varios de ellos podrían alterar los síntomas de la EII que padeces. Es decir que la diarrea, las deposiciones frecuentes y otros de esos molestos síntomas podrían reaparecer. Así que es mejor evitarlos.
Cereales: tus aliados
Estos alimentos son de alto valor nutritivo para tu organismo. Además, no son pesados para tus intestinos y puedes mezclarlos con leche baja en grasa o descremada. Recuerda que algunos lácteos podrían ser contraproducentes para tu salud.
Las proteínas
En ocasiones, las carnes rojas suelen caer pesadas en cualquier fase de la enfermedad. Por ello, los expertos recomiendan que se consuma pescado, pollo y comida de mar. Esto, siempre y cuando no te caigan mal. Así mismo, añade el tofu y los batidos nutricionales a tu dieta.
El sabor
En ocasiones, tu condición podría hacer que tengas un sabor a metal en la boca. Se recomiendan algunos chicles o enjuague bucal que te permita diluir esa sensación.
La deglución
Si venías de una dieta estricta para manejar tu enfermedad, es posible que necesites cambiar la forma en que comes. Por eso, intenta masticar despacio para que el bolo digestivo no se altere.
Todas estas recomendaciones valídalas con un nutricionista y, claro, de tu endocrinólogo o médico tratante.