El esófago suele presentar algunas anomalías como la esofagitis eosinofílica, que es una patología que se caracteriza por causar daño e inflamación del esófago, que puede provocar dolor, problemas para tragar y el atascamiento de comida en la garganta. Sin embargo, en ocasiones suele confundirse con otro trastorno conocido como la disfagia nerviosa, que es el miedo aparentemente irracional a atragantarse. A continuación conocerás sus definiciones, diferencias y similitudes.
Síntomas de la esofagitis eosinofílica
Los síntomas más comunes de la esofagitis eosinofílica pueden depender de la edad del paciente; sin embargo, en edades pediátricas suele presentar, con mayor frecuencia, la siguiente sintomatología:
- Problemas de alimentación
- Vómitos
- Poco aumento de peso y crecimiento
- Reflujo que no mejora con medicamentos
En adultos:
- Problemas para tragar, en especial alimentos sólidos
- La comida se atasca en el esófago (se atraganta)
- Reflujo que no mejora con medicamentos
- Acidez
- Dolor de pecho
Síntomas de la disfagia nerviosa
En ocasiones, los pacientes que desarrollan este trastorno suelen sentir que su garganta está más estrecha, incluso puede que lo esté por la tensión que le provocan los nervios. No hay edad específica para que aparezca; es decir, cualquier persona puede enfrentarla.
El principal causante de esta enfermedad es que, mientras se come, haya vivido algún tipo de estrés o trauma que pudo desarrollarla. Cuando el paciente se le diagnostica puede desarrollar estos síntomas:
-Pérdida de peso: se deja de comer por miedo a atragantarse.
-Dificultad para ingerir sólidos: el miedo puede causar que la comida no pase de la garganta debido a los nervios.
-Deshidratación: dependiendo del caso puede que la enfermedad cause la enfermedad, por eso, si tienes los labios resecos, la piel de un tono diferente o, inclusive, se te dificulta tragar la propia saliva, es una señal de alerta.
Tratamientos para los dos trastornos
En el caso de la disfagia nerviosa se deberá someter al paciente a terapia psicológica donde se trabaje la ansiedad y el miedo a comer. Puede que te prescriban ejercicios de relajación, algunos métodos lúdicos, entre otros.
Por su parte, la esofagitis eosinofílica no tiene cura pero sí pueden implementarse técnicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes como el consumo de corticoides, una implementación de dieta que puede ir desde la de eliminación hasta la elemental. Tu médico tratante definirá la más adecuada según el caso.