Para los pacientes con colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, que son dos de las enfermedades inflamatorias del intestino (EII) más comunes, es necesario un apoyo integral. Por ello, hoy dejaremos algunas recomendaciones para que los cuidadores, familiares y amigos de esta población, sepan cómo tratarlos y actuar en medio de estas situaciones.
Entender y hablar
De las primeras cosas que tu, como cuidador, debes saber para apoyar a esta población es entender a lo que el paciente se está enfrentando. Es por ello que es recomendable que te informes sobre la condición diagnosticada y así sepas sus síntomas, métodos diagnósticos, estilos de vida, alimentos que ayudan como los que no, entre otros. Esto no solo te permitirá encontrar soluciones junto a tu allegado, sino que le hará entender que no enfrenta ese proceso solo.
La comunicación es indispensable. Por ello, constantemente, intenta hablar con el paciente, preguntarle cómo se siente de ánimo, qué lo hace sentir la condición aparte de la molesta sintomatología, entre otros aspectos. El diálogo le ayudará a soltarse. Además, tú como cuidador, también expresa lo que sientes e, igualmente, comunica si te sientes frustrado, entre otros.
En pacientes pediátricos
Si eres padre o madre de un pequeño con EII es indispensable que estés como una columna para ellos. Al ser inmaduros, aún en muchos aspectos, ellos necesitarán un apoyo adicional para que la enfermedad, literalmente, no los consuma. Por ello, intenta ser sincero con ellos, no les des falsas esperanzas de que se curarán, recuerda que la colitis y el Crohn no tienen cura; sin embargo, con los debidos cambios en el estilo de vida podrán llevar un diario vivir cas que normal.
Ten en cuenta que hacerles creer que pronto aliviará y eso no suceda, hará que los pequeños pierdan la confianza. Por ello, usando un lenguaje sencillo y claro, desde que reciba el diagnóstico intenta ser asertivo y explicarle, detalladamente, a lo que se enfrentarán con la condición.
Eso sí, ten cuidado con qué tanto le dices a tu pequeño. Todos los casos son diferentes y puede que algunos sí deseen que les expliques a detalle sobre la condición, así como otros que preferirán no saber tanto. Evalúa con ellos y, si ves que es necesario, busca ayuda psicológica.
De hecho, antes de hablar de la enfermedad con tu hijo o hija, ensaya antes. Si es con tu pareja o con alguien más, juntos prueben la manera en que abordarán el tema con el pequeño y así todo será más fácil al momento de la verdad.
Las actividades
Ya sea con adultos o niños con EII, es importante que los incluyas en las actividades del día a día. Es decir, no los excluyas por su enfermedad, sino que, por el contrario, invítalos a planes de recreación y ocio y hazles sentir que pueden hacer cualquier actividad. No es un mito, ellos sí pueden realizar todas sus actividades.
Incluso, en el caso de los pequeños, habla con sus maestros y amigos de la escuela o colegio para que también los incluyan. Esto contribuirá con su desarrollo y les permitirá sentirse como cualquier otro niño.