Durante la última Asamblea Anual de la Asociación Puertorriqueña de Ayuda al Paciente de Psoriasis (APAPP), se llevó a cabo una interesante charla sobre el impacto psicológico de la psoriasis, la cual estuvo a cargo de la destacada licenciada Vivianne Santiago, quien es consejera y psicóloga especializada en el tema.
En la charla, la licenciada Santiago compartió sus conocimientos y experiencia sobre la relación entre la psoriasis y la salud mental, así como también sobre las estrategias y herramientas psicológicas que pueden ser útiles para manejar los aspectos emocionales que pueden surgir en las personas que padecen esta enfermedad crónica.
La Lcda. Santiago, quien ejerce su profesión en la zona de Hato Rey, resaltó la importancia de la salud mental, no solo para los pacientes con psoriasis, sino para la población en general.
“Sabemos que la salud mental es fundamental para todos”, precisó.
Bienestar mental
Según la OMS, el bienestar mental no es solamente la ausencia de condiciones, sino que es el estado de bienestar completo que permite manejar el estrés de la vida diaria, desarrollar las habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y así poder contribuir a la mejora de la comunidad.
Durante la vida hay varios factores psicosociales que nos van a afectar en nuestra salud mental, así que nadie está exento de tener algún diagnóstico en salud mental.
En este sentido, existen diversos estudios que establecen una correlación entre la ansiedad y la depresión con las personas que tienen diagnóstico de psoriasis.
“El diagnóstico nos causa estrés, podemos pasar por un proceso de duelo o de pérdida. Todo cambio conlleva estrés y este, si no lo manejamos bien, puede ir creciendo y afectar nuestra vida cotidiana y nuestra salud mental”, explicó la especialista.
Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica recurrente. Su causa está relacionada con la predisposición poligénica y con varios factores desencadenantes, tanto internos como externos.
“Entre estos factores están el estrés y el trauma”, comentó la licenciada Santiago y agregó además que existe una estrecha asociación entre la psoriasis, la ansiedad, la depresión e ideas suicidas.
Asimismo, entre la depresión y la ansiedad también hay correlación. La persona que tiene depresión puede desarrollar ansiedad y viceversa, lo que podría provocar ideas suicidas.
“Estas condiciones están afectando en un 80% de los casos al bienestar emocional de la persona, la capacidad de funcionamiento social y a la productividad laboral o académica. Además, la calidad de vida del paciente puede empeorar la evolución de la psoriasis”, explicó la licenciada.
De hecho, según las estadísticas, alrededor de 62% de los pacientes también padecen de depresión y, entre el 25 y el 30%, padecen de ansiedad. Por ello “el tratamiento de la psoriasis debe ser multidimensional y debe contemplar la mejoría de las lesiones cutáneas, pero también la salud mental de los pacientes”.
¿Por qué existe esta relación?
La especialista precisó que hechos como la visibilidad de las lesiones cutáneas, el impacto de otras comorbilidades, la falta de respuesta al tratamiento o la cronicidad podrían afectar la imagen corporal del pacientes, lo que influye en el autoconcepto y autoestima.
“A veces esas miradas o ese rechazo que uno puede sentir, obviamente nos afecta. También el impacto de otras condiciones asociadas a la psoriasis como el sobrepeso o la artritis”.
Asimismo, se ha visto correlación de la depresión y la ansiedad con la inflamación. Así que la propia inflamación, característica de la psoriasis, influye en la aparición de las afecciones de salud mental.
“Se ha descubierto que un gran número de personas con diagnóstico de depresión no se identifica una experiencia traumática, sino un estado de inflamación continuo y viceversa”.
Así que no se sabe si la inflamación provoca la depresión o por está última ocurre la inflamación.
¿Cómo podemos prevenirlo?
“Lo que me pasa en mi cuerpo afecta mi mente y lo que está en mi mente afecta a mi cuerpo”, señaló la licenciada Santiago.
Para ello recomendó que debemos tomar conciencia de nuestros estados emocionales y buscar ayuda profesional si es necesario. La Lcda. Santiago destacó que reconocer y abordar los problemas de salud mental puede mejorar significativamente nuestra calidad de vida, así como también puede prevenir problemas de salud física a largo plazo.
“Cuando tomo conciencia, cuando ya sé que lo que yo pienso afecta todo mi cuerpo, mi comportamiento y las condiciones que yo tenga, entonces puedo cambiar cómo estoy pensando y observando la vida”.
Exhortó a los participantes a analizar si en las últimas dos semanas se ha sentido nervioso o tenso, preocupado, irritable, estresado o ha tenido dificultades para dormir, dolor de cabeza o con poca energía, etc.
Luego de este análisis invitó a todos a que, si lo requiere, consulte con su médico para obtener un tratamiento adecuado para su condición física y conocer los posibles efectos secundarios de los medicamentos».
Además, resaltó la importancia de adoptar hábitos de vida saludables como realizar actividad física al menos durante 15 minutos al día o practicar yoga.
También es importante seguir una dieta adecuada, que sea antiinflamatoria, como la dieta mediterránea y mantener una buena higiene del sueño.
“Si usted está teniendo problemas para dormir, no tome café por lo menos de 6 a 12 horas antes de acostarse”. Agregó además la importancia de no ingerir comidas pesadas ni utilizar pantallas antes de dormir.
Reducir el estrés también es esencial, “vamos a empezar a respirar con el diafragma, aprender a respirar, a relajarse, a meditar, a orar, a hacer cosas que nos vayan bajando ese estrés del diario”. Otros factores a evitar son el sobrepeso o hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol.
“La salud mental es fundamental para nuestra calidad de vida. Todos tenemos el derecho a tener una vida con calidad, una vida plena y sentirnos bien con nosotros mismos”, finalizó.