La salud emocional es un factor clave ante pacientes que sufren cualquier enfermedad. Hoy, junto a la Dra. Coralia Maldonado, psicóloga clínica, te explicaremos algunas de las afectaciones que podrían enfrentar los pacientes, desde la infancia a la adultez, cuando se diagnostican con dermatitis atópica. Además, abordaremos cómo pudiera afectarse la salud psicoemocional de padres y cuidadores.
“Pudiera ser que estos padres, al no conocer y tener desconocimiento, pueden sentir emociones como frustración, culpa, vergüenza porque yo no sé cómo curar a mi niño o no tengo las herramientas para curar a mi niño. Culpa porque puedo entender que soy yo la persona que estoy afectando a mi niño por alguna razón. Por ejemplo, utilicé un detergente para lavar la ropa y eso exacerbó la dermatitis atópica”, dijo.
Asimismo, la experta aseguró que estos pacientes, principalmente los que están en edad pediátrica, podrían enfrentarse al estigma social debido a las lesiones que la dermatitis atópica podría causar.
“Puedo sentir culpa, vergüenza, porque a lo mejor pueden sentir que las personas los van a mirar y van a decir que esta persona no está cuidando de su hijo, cuando no necesariamente eso es lo que está pasando. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado con esas emociones que no solamente van a afectar al paciente, sino que también van a afectar a lo que son las familias”, advirtió.
Los cuidadores
En ocasiones, se suele pensar únicamente en los pacientes y no en que tienen un entorno familiar y social que, de alguna forma, también podrían verse afectado por el diagnóstico de esa condición dermatológica. ¿Entonces, qué hacer?
“Se puede ver afectado a nivel familiar la pérdida de sueño, ya sean padres, puede ser inclusive la pareja de una persona con dermatitis atópica. Porque si yo tengo a mi esposo al lado mío todo el tiempo o rascándose o moviéndose incómodo con dolor, pues obviamente yo me voy a levantar y voy a estar pendiente a qué es lo que está pasando, qué necesita, cómo te ayuda. Por lo tanto, el patrón del sueño se va a ver afectado para ambos, no solamente para el paciente, sino para la persona que esté cuidando”, exhortó.
A raíz de esos problemas de alteración del patrón del sueño, según determinó la psicóloga, se puede generar cansancio, tensión, irritabilidad e, incluso, otros síntomas físicos como: “estamos cansados, el cerebro no descansa y cuando hay un cerebro que no está en total función, nos ponemos irritables. No tenemos la capacidad para poder manejar las situaciones de la mejor manera”, aseguró.
La salud mental
Inclusive, la psicóloga advirtió que los pacientes, ya sean niños o adultos, podrían enfrentar algunas anomalías que deben ser tratadas con ayuda profesional.
“Cuando una persona presenta la sintomatología puede tener baja autoestima, aislamiento, estado de ánimo triste, vergüenza, preocupación, irritabilidad y miedo. Cuando entramos en el área de enfoque, a nivel social nos referimos a relaciones interpersonales, relaciones con amistades, podemos observar comentarios despectivos de otras personas, miradas incómodas de la gente y dificultad en relaciones íntimas o de tener pareja”, mencionó.