El Dr. Francisco Nieves, endocrinólogo pediátrico conversó con BeHealth sobre la enfermedad renal en pacientes pediátricos diagnosticados con diabetes.
Tras 30 años de carrera profesional en el Centro Médico del Hospital Pediátrico Universitario , única unidad especializada en realizar diálisis a niños en Puerto Rico, el especialista habla sobre la importancia de una detección temprana.
“Diariamente se dializan entre 5 y 8 niños. Nuestro Centro siempre está lleno por ser la única entidad en prestar el servicio”, aclaró.
La atención se presta incluso a niños recién nacidos, ya que muchos de estos defectos renales están presentes desde el nacimiento o se desarrollan poco tiempo después de nacer.
Los defectos más comunes son hereditarios, siendo el más frecuente el problema del flujo de salida de la orina hacia el exterior, lo que se conoce como válvulas de uretra posterior (VUP).
“Aunque su nombre es complicado, lo que significa es que la tubería que extrae la orina de la vejiga hacia afuera está obstruida, básicamente puede ser liberada quirúrgicamente, pero si pasa desapercibida, puede producir daños porque el sistema se tapa y esa presión llega a afectar los riñones, y una vez estos se afectan, no hay manera de retroceder”, explicó el Dr. Nieves.
El especialista recomendó a los padres vigilar de cerca algunos aspectos como la potencia en la orina de sus niños y explicó, “debe tener un buen chorro, si no es así, se deben preocupar por eso”.
Diabetes y daño renal
“Se estima que hay alrededor de 440 millones de personas en el mundo con diabetes y de ellas hasta un 40% pueden llegar a desarrollar enfermedad crónica del riñón”, informó el especialista.
En la actualidad se conoce que una de las causas de daño renal en los pacientes con diabetes es la diabetes descontrolada, pero, gracias a la tecnología han surgido grandes avances en el cuidado del paciente, lo que permite controlar esa azúcar y prevenir o retrasar el daño renal ofreciendo mejor calidad de vida al paciente.
Prevalencia de enfermedad renal en pacientes pediátricos en PR
La causa más común es la diabetes tipo I que tiene una característica en la que los síntomas aparecen de forma inesperada.
“Yo he tenido pacientes que no tienen ni un año de edad y son diagnosticados con diabetes”, aseveró el especialista.
Diagnosticar y tratar de forma oportuna los síntomas e intervenir de forma temprana en el control del azúcar permite disminuir el riesgo de complicaciones
Se estima que un paciente debe tener entre 10 y 15 años de diabetes pobremente controlada para desarrollar las complicaciones y entre ellas están las renales.
Otros tipos de complicaciones que pueden aparecer son:
- Pérdida de visión.
- Neuropatias diabéticas
- Derrames e infartos
Contrario a lo que ocurre con los adultos, al iniciar en una etapa temprana, la condición se puede controlar con mayor facilidad, ya que cuando se diagnostica el adulto, muchas veces ya presenta cambios de enfermedad renal.
La tecnología a favor de la salud
En la actualidad los pacientes cuentan con medidores de azúcar precisos que permiten corregir los niveles de azúcar cuando se están desviando.
“La infusión de insulina además de ser automática, permite que los sistemas estén en comunicación con ella y se modulan. Al punto de que si está subiendo pueden disparar pequeñas cantidades de insulina y si está bajando te envían alarmas y si no reaccionas te apagan la máquina para apoyarte”, explicó.
¿Qué predispone a la aparición de diabetes tipo II?
La obesidad, el sedentarismo y las dietas con alta cantidad calórica, así como el consumo excesivo de dulces y la falta de actividad deportiva se convierten en factores de riesgo.
Cuando una persona está en sobrepeso, la insulina de su cuerpo no trabaja adecuadamente y crea una resistencia y además de esto, no responde correctamente a la insulina, por lo que debe apoyarse en más medicamentos.
El Dr. Nives señaló que es importante cambiar estilos de vida e invitar a los niños a ejercitarse, así como vigilar aspectos como:
- Aparición de hormigas donde los menores orinan.
- Pérdida de peso.
- Consumo excesivo de agua.