A pesar del sacrificio que conlleva emprender el camino de la medicina en Puerto Rico, los estudiantes de medicina Andrea Sánchez, Diego Durán, Julianie De la Cruz, Valeria Martínez y Efraín Rodríguez han perseverado en el proceso.
Se trata de cinco estudiantes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico con diferentes preferencias, pero un sueño en común: servir de agente de cambio en el servicio de salud en la isla.
Duran, estudiante de cuarto año que obtendrá su grado en mayo de 2023, desea especializarse en el área de radiología. El alumno realizará su transición en el Hospital Damas, en Ponce y luego solicitará la especialidad de radiología en Puerto Rico.
Según el estudiante, su meta es permanecer en la isla: “la meta es quedarse y ejercer la profesión aquí”. Aún con el pleno conocimiento de las dificultades que supone ser médico en el territorio, su pasión por ayudar lo mantiene en la isla.
“Ya yo sabía los retos que me enfrentaba como profesional. Pero al ver cómo uno puede ayudar a un paciente en el ámbito social y fisiológico y cómo esto ayuda tanto en la salud individual como en la salud pública de nuestro país, es un sentimiento”, explicó el estudiante quien viene de una familia en que ambos padres son médicos.
Por su parte, De la Cruz es estudiante en su segundo año con la meta de desarrollarse en el área de oncología.
La estudiante realizó su bachillerato en la universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras y allí investigó sobre la biología del cáncer. “Hasta el momento me interesa la oncología. He tenido la dicha de haber estado desde mi bachillerato en investigación sobre la biología del cáncer”, expresó De La Cruz.
Asimismo, la estudiante de cuarto año Andrea Sánchez completará sus cuatro años de especialidad en obstetricia y ginecología en Pennsylvania. Aunque confesó que esta será su primera experiencia como estudiante en el extranjero, confía que cuenta con las destrezas necesarias para afrontar el reto.
“Nosotros como médicos y estudiantes de medicina también nos gusta el reto y es como un nuevo reto para mi vida que sé que voy a afrontar y la Escuela de Medicina me dio todas las herramientas para poder afrontarlo satisfactoriamente”, aseguró Sánchez en entrevista con BeHealth.
Sánchez escogió su especialidad porque desea servir de enlace de ayuda y acompañamiento a las mujeres puertorriqueñas.
“Llevar a la mujer de la mano desde su primera menstruación hasta la menopausia y acompañarla en los momentos más difíciles, como la pérdida de un bebe, a los momentos más felices de su vida es algo que me llena de honra y mucho honor de ser parte de la vida de la mujer”, indicó la estudiante que se gradúa en mayo.
Asimismo, la estudiante Valeria Martínez relata la experiencia de su primer año como alumna en la Escuela de Medicina.
Aunque reconoció que ha sido un camino arduo, se ha adaptado: “el reto mayor fue ese cambio intenso de carga académica. Pero, con el apoyo, disciplina y organización se ha hecho un poco más llevadero”.
Por su parte, el estudiante de segundo año Efraín Rodríguez comenzó sus estudios durante la pandemia por COVID-19 y reconoce los retos que conllevó estudiar a distancia.
“Fue algo bien interesante porque nos estábamos entrenando en una carrera que de por sí es aislante porque tienes que estar mucho tiempo en los libros y por tu cuenta encerrado estudiando, pero a la misma vez tratando de mantener esa esperanza de eventualmente todo va a cambiar e iremos al hospital a hablar con personas y hacer lo que realmente nos inscribimos”, expresó Rodriguez.
El estudiante posee una maestría en filosofía y desea especializarse en la psiquiatría. Para Rodriguez, es esencial tener sensibilidad y reconocer el valor del paciente para ejercer una buena práctica de la medicina.
“La ciencia y la filosofía se retroalimentan mutuamente. No podemos tener científicos sin una sensibilidad humanista ni intelectual por la ciencia”, puntualizó Rodriguez.