Esther A. Torres, gastroenteróloga y fundadora de la Fundacion Esther A. Torres Pro Enfermedades Inflamatorias del Intestino (FEAT), destacó en conversación con BeHealth que aproximadamente más de la mitad de los pacientes con enfermedades inflamatorias del intestino como colitis ulcerosa y Enfermedad de Crohn presentan a sus vez otras comorbilidades como ansiedad, altos niveles de estrés y depresión.
“No es inesperado que esto ocurra cuando uno recibe el diagnóstico de una enfermedad seria, crónica, que no tiene cura, que no sabe que la causa y que va a impactar en su vida incluyendo el estado emocional”, señaló la Dra. Torres.
Además, la gastroenteróloga destacó que cuando el paciente presenta alteraciones a nivel emocional en muchos casos complica aún más los procesos inflamatorios que suelen presentarse con estas condiciones.
“Cuando hay un paciente con este diagnóstico es importante profundizar en su estado emocional y poder ver si tiene algún factor en el que lo podamos ayudar, como el manejo del estrés diario, mientras se adapta y aprende a vivir con una condición como esta”, destacó la gastroenteróloga.
Avances investigativos
Conocer cuántos pacientes presentan complicaciones a nivel emocional permite a la parte médica plantear y desarrollar estrategias de cuidado apropiadas.
BeHealth conversó con el Dr. Jesús G. Rivera-Román, bachiller en ciencias, quien realizó una investigación sobre depresión y ansiedad en pacientes con enfermedades inflamatorias del intestino (EII), la cuál, fue expuesta en la Conferencia Europea de Crohns y Colitis Inflamatoria.
El estudio empleó una metodología para comparar dos puntos diferentes: datos de 2016 comparados con los datos de prevalencia 2021-2022 (pandemia), en donde se encontró una incidencia menor de depresión y ansiedad durante la pandemia comparada con el periodo pre epidémico.
“Tenemos diferentes hipótesis sobre los resultados alcanzados. La primera causa es por el uso de telemedicina, que permitió un acceso mayor a los pacientes en vez de buscar citas y asistir presencialmente. Además, los pacientes estuvieron en sus hogares, trabajando remotamente y al estar en un lugar mucho más cómodo y seguro frente a sus dolores y necesidades, disminuye el estrés y mejora la salud mental del paciente”, aseveró el Dr. Rivera.
Por su parte, otra de las entrevistadas, la Dra. Grace Viñas, psicóloga clínica, señaló que muchos de los pacientes con EII suelen aislarse y no tener dinámicas sociales por el miedo de no tener acceso oportuno al baño.
“La pandemia nos trajo beneficios desde el punto de vista de disminuir los factores estresantes para aquellos que vivían esa vida estresante, por ejemplo, de salir a trabajar. Sin embargo, hay otros pacientes que no trabajan y para quienes, el aislamiento pudo al contrario haber sido contraproducente después de mucho tiempo”, mencionó.
De acuerdo con la especialista en salud mental, el hecho de estar en un ritmo menos intenso (en el hogar), con mayor tiempo para buscar recetas y tener mayor control sobre los medicamentos y tratamientos, facilitó que los ambientes fueran menos ansiosos o estresantes en beneficio de los pacientes con EII.
“Hicimos un súper estudio en donde medimos las necesidades de nuestros pacientes y la segunda variable que los pacientes más pedían era la educación sobre estas enfermedades”, explicó el Dr. Rivera.
Prevalencia de enfermedades de salud mental
De acuerdo con los profesionales entrevistados por BeHealth, con el paso de los años se ha presentado una mayor prevalencia y un mayor número de casos, por eso resulta fundamental que la población en general conozca detalles de la condición, especialmente aspectos como sus síntomas y alternativas en terapias.
Para el cierre la Dra. Torres destacó que este tipo de investigaciones no solo aportan a la comunidad científica sino que es relevante para toda la comunidad.
“Hay un estigma asociado a la enfermedad mental que pone una barrera para identificar y buscar ayuda en tratamiento. Tiene que haber una conciencia de que es parte del ser humano el tener esta sintomatología y estas preocupaciones y tanto el paciente como su familia, su médico de cabecera y su gastroenterólogo deben estar conscientes de que esto hay que señalarlo y atenderlo”, puntualizó.
A su vez, la gastroenteróloga destacó como parte del apoyo para mejorar estas condiciones el acompañamiento, la aceptación y la empatía que se ofrece desde diferentes campos de la sociedad (académico, laboral, social, familiar, entre otros).