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Sanando mientras se escribe

No me canso de decir que me he ahorrado miles de dólares en terapia escribiendo mis columnas y mis libros. Ha sido a través de la escritura que no solo he descubierto mi propia voz, sino el hecho de que esa voz pudiese motivar e inspirar a otros. Pero, claro, cuando escribí mi primera columna hace más de veinticuatro años jamás pensé lo que iba a significar en mi vida.

En aquel momento yo laboraba mayormente como periodista y locutora, y escribía para el periódico Primera Hora que justo acababa de inaugurarse. Me invitaron a colaborar en las áreas de noticias de espectáculo e interés humano, las dos que habían sido mi fuerte en mis años como reportera de televisión. Era algo que había hecho desde comienzos de mi carrera y con lo cual me sentía cómoda: escribir las historias de otros.

Pero en ese momento en mi vida se estaba dando una transformación interna y profunda. Luego de varias pérdidas y relaciones de pareja difíciles, había comenzado una búsqueda espiritual que me estaba abriendo los ojos a formas de pensar e interpretar la vida que eran desconocidas para mí. Y fueron muchas las heridas que comenzaron a sanar. Me leía cuanto libro de autoayuda y motivación caía en mis manos; tomé decenas de talleres y seminarios; comencé a estudiar yoga, meditación y muchas otras disciplinas que me fueron ayudando a entender que somos seres holísticos, y que no es posible separar el cuerpo físico de la mente, las emociones y la energía.

Llegó un momento en que sentí que necesitaba compartir lo que estaba aprendiendo porque si de alguna forma todo esto se estaba traduciendo en más paz y felicidad, tal vez podría ayudar a otras personas a sentirse de la misma forma. Y un día le pregunté a mi editora en el periódico si me permitirían escribir una columna semanal sobre estos temas de espiritualidad y auto ayuda. Les confieso que hice la pregunta pensando que me iban a decir que no, pero para mi sorpresa, lo único que me pregunto fue “¿Y cuándo quieres empezar?”.

Y así nació la columna “Mi caja de herramientas”, la cual me abrió una carrera como escritora (con ocho libros publicados), motivadora (a raíz de la columna me comenzaron a llamar para ofrecer charlas de motivación), y lo que posteriormente me llevó a certificarme como Coach de Empoderamiento Personal y como Tanatóloga. El comenzar a escribir sobre mí no solo hizo que mi carrera profesional diera un giro de ciento ochenta grados, sino que me ha permitido sanar penas, procesar corajes y liberar miedos. Reconozco que la sanación es un proceso que posiblemente no termina nunca. Hay columnas que escribí hace muchos años y que aún hoy no me atrevo a leer públicamente porque me emociono demasiado.

Cuando escribí este junio pasado la columna dedicada a mi papá, por ejemplo, lloré muchísimo en el proceso. Es curioso que cuando uno piensa que ya has podido superar una pérdida, la vida te recuerda que todavía falta un poco más por llorar.

Hoy los invito a que se den la oportunidad de escribir para sanar. No tienen que hacerlo para medios masivos, como lo hago yo, pueden escribir para ustedes. Escriban como si nadie más fuese a leer lo que están escribiendo, sin inhibiciones y en total libertad. Se sorprenderán de lo que puede salir. Lloren si tienen que llorar, griten, si tienen que gritar, pero déjenlo salir.

No piensen que tienen que estar viviendo grandes tragedias o situaciones trascendentales, hay veces que en los pequeños detalles están las grandes lecciones. Escribe sobre lo que te inspira, lo que te molesta, lo que te duele y lo que te hace sentirte feliz.

Y si tienes una historia de sanación física y/o emocional que sí quieras compartir con otras personas, aquí en BeHealth estamos abiertos a recibirla. Una de las bendiciones que me ha regalado el ser parte del equipo de BeHealth como periodista, ha sido la oportunidad de escuchar las historias de tantos pacientes extraordinarios que han transformado sus condiciones y enfermedades en fortaleza, inspirándonos a todos.

Si quieres compartir tu historia, te invito a que te sientes, te conectes con esa alma que tiene tanto que decir, escribas, y nos la compartas a: info@behealthpr.com Tus palabras pueden ser bálsamo para muchos.

Pero ya sea si deseas escribir para compartir o sencillamente para desahogarte en total privacidad, te invito a que lo intentes. Te sorprenderás de la carga que puedes soltar en el proceso, y del orgullo que puedes llegar a sentir al ver escrito todo lo que has superado y aprendido. Y lo que falta…

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