La artrosis y la artritis son dos enfermedades de la familia de las reumáticas. Pero no deben confundirse: la artritis es una inflamación de las articulaciones, mientras que la artrosis es una enfermedad llamada «mecánica». Te lo explicaremos.
No es fácil diferenciar la artrosis de la artritis. Y con razón: ambas patologías pertenecen a la familia de los reumatismos, ambas afectan a las articulaciones y ambas conducen a dolores a veces incapacitantes. Sin embargo, son muy diferentes: la artrosis es una enfermedad «mecánica» mientras que la artritis es una inflamación de las articulaciones. Los signos físicos y biológicos, las causas y los tratamientos de estas dos enfermedades son, por lo tanto, muy diferentes.
Artritis: una inflamación de la articulación
La artritis es una inflamación de la articulación que causa la secreción de quininas, sustancias que destruyen gradualmente la articulación. Causa dolor especialmente en reposo (sobre todo por la noche), que puede disminuir durante la actividad física o la «oxidación» de la mañana. Afecta principalmente a las articulaciones de las manos y los pies.
La artritis puede tener una causa infecciosa (artritis séptica), inmunológica (artritis reumatoide) o incluso metabólica (gota). A veces, también acompaña a la psoriasis: se llama artritis psoriásica. La deformidad de la articulación va acompañada de signos físicos como el enrojecimiento o el calentamiento local.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la artritis tiene como objetivo atacar la causa del dolor. Por consiguiente, se prescriben antibióticos en el caso de artritis de naturaleza infecciosa. Se utilizan bioterapias (basadas en el uso de microorganismos vivos o sustancias tomadas de organismos vivos) para la artritis inmunológica; y se tratan las anomalías biológicas en la artritis de origen metabólico.
Artrosis: una alteración mecánica de la articulación
La artrosis es una patología llamada «mecánica»: el cartílago articular se daña gradualmente e incluso desaparece, dejando los huesos expuestos unos contra otros.
Si bien la artrosis es una enfermedad que puede vincularse a la edad, también hay factores que favorecen su aparición en personas más jóvenes (uno de cada tres pacientes es menor de 40 años). Las anormalidades anatómicas, los traumas relacionados con la práctica de los principales deportes y el sobrepeso (obesidad y sobrepeso) pueden ser la causa de la artrosis. Las articulaciones más afectadas son las de la rodilla, la cadera o la columna vertebral (especialmente el cuello).
A diferencia de la artritis, la artrosis tiene más probabilidades de causar dolor durante el movimiento, que disminuye en reposo. La deformidad de la articulación no va acompañada de ningún signo de inflamación local y no es visible.
¿Cómo se trata la artrosis?
El tratamiento tiene por objeto principalmente reducir el factor de riesgo, por ejemplo con una dieta en el caso de la obesidad, o con cirugía preventiva en el caso de una anomalía anatómica. Sin embargo, una vez instalada, la artrosis requiere un tratamiento más pesado, con analgésicos, antiinflamatorios y antiartrósicos.
Para retrasar la instalación de una prótesis y aliviar al paciente, se pueden prescribir infiltraciones de ácido hialurónico para consolidar el cartílago. Sin embargo, se hace saber que ya no se reembolsan. Y si se quiere evitar el deporte intenso, la práctica de una actividad física moderada sigue siendo importante para evitar el aumento de peso que pesa sobre la articulación y acelera el fenómeno de la artrosis.