La artritis psoriásica es una enfermedad autoinmune crónica que se caracteriza por una respuesta inmunológica equivocada del cuerpo, donde el sistema inmunológico ataca el tejido sano, provocando dolor e inflamación en las articulaciones.
Además, esta afección se asocia comúnmente con la psoriasis, una enfermedad autoinmune crónica que afecta la piel y se manifiesta con manchas rojas, picazón, dolor y una acumulación de células muertas en la piel.
Sorprendentemente, es posible desarrollar artritis psoriásica sin tener psoriasis y viceversa, aunque en la mayoría de los casos, la psoriasis aparece antes que los síntomas articulares.
¿Dermatólogo o reumatólogo?
La elección entre visitar a un dermatólogo o a un reumatólogo depende de la gravedad y el tipo de síntomas que experimente. Si tiene psoriasis severa y pocos síntomas articulares, un dermatólogo puede ser suficiente. Por otro lado, si presenta síntomas articulares activos significativos, necesitará la atención de un reumatólogo. En algunos casos, la colaboración de ambos especialistas puede ser necesaria para un tratamiento completo.
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Causas de la artritis psoriásica
A pesar de los avances en la investigación médica, la causa exacta de la artritis psoriásica sigue siendo un enigma. Los científicos creen que varios factores contribuyen a su desarrollo, incluyendo factores genéticos, ambientales y un sistema inmunológico disfuncional.
Síntomas de la artritis psoriásica
Los síntomas de la artritis psoriásica pueden variar en intensidad de una persona a otra y pueden afectar múltiples áreas del cuerpo al mismo tiempo. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
Inflamación y dolor articular: La inflamación y el dolor en una o más articulaciones son síntomas característicos de la artritis psoriásica. Las articulaciones pueden sentirse rígidas, calientes al tacto y dolorosas.
Dolor en la espalda y en las articulaciones axiales: La artritis psoriásica puede afectar la espalda baja, por encima del coxis (artritis axial), el cuello o los glúteos, lo que puede causar dolor crónico y rigidez.
Dactilitis: Algunas personas experimentan hinchazón de los dedos con una apariencia similar a la de una salchicha, conocida como dactilitis.
Síntomas cutáneos: La artritis psoriásica a menudo se presenta con síntomas cutáneos en las rodillas, codos, cuero cabelludo y uñas de las manos y los pies. También puede causar inflamación de los ojos y problemas de visión.
Diagnóstico de la artritis psoriásica
No existe una prueba única para diagnosticar la artritis psoriásica. El diagnóstico se basa en una evaluación exhaustiva que incluye la historia clínica del paciente, el reconocimiento físico en busca de síntomas cutáneos y articulares, y pruebas adicionales como rayos X y análisis de sangre para descartar otras afecciones.
Tratamiento de la artritis psoriásica
El tratamiento de la artritis psoriásica tiene como objetivos principales reducir la inflamación, controlar los síntomas cutáneos, aliviar el dolor, mantener la funcionalidad y prevenir el daño articular a largo plazo. Para lograr esto, se utilizan varios tipos de medicamentos, como:
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs): Como aspirina, ibuprofeno y naproxeno.
- Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARMEs): Incluyendo FARMEs tradicionales y agentes biológicos.
- Tratamientos tópicos: Como corticosteroides, AINEs, análogos de vitamina D y retinoides.
Además de los medicamentos, se pueden utilizar terapias complementarias como acupuntura, masajes y ejercicios de yoga o tai chi para aliviar los síntomas.
Autocuidado y estilo de vida
El autocuidado juega un papel importante en el manejo de la artritis psoriásica. Mantener un peso saludable a través del ejercicio regular y una dieta adecuada, practicar técnicas de relajación para gestionar el estrés y utilizar terapias complementarias pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
¿Puede tratarse sin medicamentos?
Si bien los medicamentos son una parte fundamental del tratamiento de la artritis psoriásica, existen medidas adicionales para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Estas incluyen terapia de calor y frío, técnicas de relajación, ejercicio regular, una dieta antiinflamatoria y el uso de suplementos como ácidos grasos omega 3, vitamina D, selenio y vitamina B12.
Aunque no existe una cura definitiva para la artritis psoriásica, es posible lograr una remisión, lo que significa una ausencia o manifestación mínima de los síntomas de la enfermedad. Con el apoyo de su equipo médico, se puede desarrollar un régimen de tratamiento que lo acerque lo más posible a una remisión.
Información tomada de Arthritis Foundation. Para comunicarse pueden visitar: www.espanol.arthritis.org
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