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Trastornos mentales comunes en la infancia y adolescencia y cómo identificarlos

La salud mental en los niños es un aspecto fundamental de su bienestar y desarrollo. En la infancia, se sientan las bases para una vida adulta saludable y equilibrada, y la salud mental desempeña un papel crucial en este proceso.

La licenciada María Teresa Román, consejera profesional del grupo SEPI nos comparte hoy más sobre la salud mental en niños y adolescentes, un tema amplio que abarca numerosos aspectos, así como algunos de los diagnósticos más relevantes y cómo podemos ayudar a nuestros niños y jóvenes.

«Para identificar un trastorno de salud mental en niños y adolescentes es esencial prestar atención a los cambios significativos o repentinos en su comportamiento», afirmó la licenciada. Así que debemos tener en cuenta que cambios percibimos en su comportamiento, «y debemos evaluar si estos cambios están afectando sus relaciones familiares, su desempeño escolar y sus interacciones sociales».

Los cambios en el comportamiento generalmente tienen una razón subyacente, y aunque no todos los cambios necesariamente indican un diagnóstico, «si los síntomas persisten y tienen un impacto significativo en la vida diaria del menor, es importante considerar la posibilidad de un diagnóstico».

Trastornos mentales comunes en la infancia

Trastorno por déficit de atención, que es uno de los más conocidos. En este trastorno, es posible notar conductas como la hiperactividad, la dificultad para mantener la concentración y comportamientos impulsivos. En el caso de la ansiedad, se muestran conductas como preocupación excesiva y nerviosismo.

Además, existen los trastornos conductuales que «pueden manifestarse como la falta de seguimiento de reglas y la falta de respeto a la autoridad, lo que a veces se observa tanto en el hogar como en la escuela». Aunque es normal que los niños desafíen las reglas en ciertos momentos, estos trastornos implican una sintomatología más severa.

El trastorno de aspecto autista también puede ocurrir en este en ese periodo de la infancia donde el desarrollo de los menores se ve impactado significativamente.

Trastornos mentales comunes en la adolescencia

En la adolescencia, algunos de los trastornos mentales más comunes incluyen la depresión mayor. «Este diagnóstico se caracteriza por la presencia de sentimientos de desesperanza, tristeza e incluso pensamientos de muerte o ideación suicida». Por tanto, es crucial estar atentos a cambios de conducta en nuestros adolescentes que puedan indicar la presencia de este trastorno.

Otro trastorno común es el trastorno de ansiedad, especialmente el de ansiedad social. «La pandemia ha agravado este diagnóstico en muchos adolescentes, lo que afecta significativamente su capacidad para interactuar en su vida diaria, ya sea en la escuela o en situaciones tan simples como hacer compras en un restaurante de comida rápida o realizar gestiones cotidianas».

Además, está el trastorno disocial que puede manifestarse en jóvenes a través de comportamientos como el acoso escolar (bullying) o la mentira excesiva.

También es importante estar alerta ante conductas como el robo, que pueden manifestarse en jóvenes sin que sientan remordimiento alguno por sus acciones. «Parecen no importarles las consecuencias de sus actos».

Además, en la adolescencia, «es común observar trastornos alimenticios que afectan el proceso de alimentación de nuestros jóvenes». Algunos de los más frecuentes son la bulimia y la anorexia. «En la bulimia, los jóvenes suelen darse atracones de comida y luego provocarse el vómito. En la anorexia, por otro lado, se niegan a comer debido a una percepción distorsionada de su propia imagen corporal». Estos trastornos pueden tener graves consecuencias para la salud y el bienestar de los adolescentes.

Situaciones o eventos recientes en Puerto Rico con impacto en la salud mental de niños y jóvenes

La licenciada comentó, por ejemplo, catástrofes naturales como el huracán María que «dejó secuelas en algunos de ellos, dependiendo de la experiencia que vivieron durante el huracán, pudieran estar experimentando síntomas de estrés postraumático».

Luego, los sismos en el sur también afectaron a muchos estudiantes del sistema público del país, según un estudio realizado por el Departamento de Educación de Puerto Rico en colaboración con la Universidad de Medicina de Carolina del Sur.

Además, la pandemia ha exacerbado los síntomas en personas que ya experimentaban dificultades emocionales. En este sentido, la ansiedad social, que ya mencioné anteriormente, se ha vuelto más pronunciada en aquellos niños que están ingresando en la adolescencia.

«Los problemas socioeconómicos en el país también han tenido un impacto significativo en la salud mental de nuestros ciudadanos, incluyendo a niños y adolescentes», comentó la licenciada.

Cómo se llega a un diagnóstico

«Para diagnosticar si un niño o adolescente tiene un trastorno de salud mental es fundamental que los padres o tutores busquen la evaluación de un profesional de la salud mental. Este especialista podrá evaluar al menor y determinar si existe un diagnóstico de salud mental, así como elaborar un plan de acción y proporcionar los servicios necesarios para abordar la salud mental del menor», precisó.

«Es crucial que reconozcamos que los niños y adolescentes pueden experimentar problemas de salud mental», resaltó debido a que, a menudo, los adultos tienden a minimizar los síntomas relacionados con la salud mental, etiquetándolos como simples caprichos o manipulaciones. Sin embargo, «es fundamental comprender que la salud mental de nuestros jóvenes puede verse afectada de manera significativa, y no debemos subestimarla. La salud mental es igual de importante que cualquier otro aspecto de la salud».

La salud mental es igual de importante que la salud física, y debemos cuidarla de la misma manera que llevamos a nuestros hijos al médico. A continuación, te compartimos algunas recomendaciones de la licenciada para las familias sobre cómo cuidar la salud mental de nuestros niños y adolescentes:

  • Adoptar un estilo de crianza positiva como base para la crianza.
  • Brindar espacios para conversar y escuchar a los niños sin minimizar sus preocupaciones, incluso si parecen insignificantes para nosotros.
  • Promover la actividad física al aire libre, ya que el ejercicio es fundamental para la salud mental.
  • Evitar las peleas o discusiones frente a los niños y adolescentes.
  • Fomentar una alimentación saludable.
  • Compartir experiencias memorables en familia para fortalecer los lazos afectivos.
  • Garantizar un adecuado tiempo de sueño para los niños, que debería ser de al menos 8 horas.
  • Incentivar las acciones positivas y elogiar los logros de los niños.
  • Impulsar actividades deportivas en lugar de actividades pasivas.
  • Alejarnos de personas tóxicas que puedan dañar nuestra salud mental.
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