La migraña es una enfermedad neurológica muy discapacitante y con una alta prevalencia. En ocasiones puede ser insuficientemente tratada o subestimada, sin embargo, su impacto es enorme en la vida de quienes la padecen.
Según los expertos, aunque la nutrición no puede ni debe considerarse la causa principal de la migraña, algunas sustancias de origen alimentario contribuyen a exacerbar los síntomas, desencadenando ataques de migraña en personas predispuestas.
Aunque la dieta está lejos de ser una terapia, para mantener la dieta y la migraña bajo control es por lo tanto importante identificar y eliminar los malos alimentos.
¿Cómo se diagnostica?
Para establecer un diagnóstico, el historial del paciente es punto esencial. Así se identifica cómo empezó el dolor, cuánto lleva ocurriendo o la edad del paciente.
Posteriormente, se realiza el examen físico enfocado en los aspectos neurológicos. Basados en eso, se decide si se debe hacer una tomografía de la cabeza o una resonancia magnética.
Aliméntate con prudencia
Tus hábitos alimentarios pueden influir en tus migrañas. Considera los conceptos básicos:
- Ten constancia. Come a aproximadamente la misma hora todos los días.
- No te saltees comidas. Estar en ayuno aumenta el riesgo de tener migraña.
- Lleva un registro de comidas. Llevar un registro de los alimentos que comes y cuándo padeces migrañas puede ayudar a identificar los posibles desencadenantes alimentarios.
- Evita los alimentos que te provocan migrañas. Si sospechas que un determinado alimento —como el queso maduro, el chocolate, la cafeína o el alcohol— te causa migrañas, elimínalo de tu dieta para ver qué sucede.
Fuente: Mayo Clinic