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Enfermedad inflamatoria intestinal bajo la lupa

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) constituye un desafío que va más allá de los límites físicos del cuerpo, afectando la calidad de vida y el bienestar emocional de quienes la enfrentan. Aunque estas condiciones pueden presentar desafíos, comprender sus aspectos básicos puede ser fundamental para el manejo y la calidad de vida. Aquí te proporcionamos una guía informativa sobre la EII de la mano de la Dra. María Jiménez, Catedrática Auxiliar en Pediatría de la RCM y experta gastroenteróloga, nos compartió detalles para entender la complejidad de la enfermedad inflamatoria intestinal, centrándose en particular en la enfermedad de Crohn. A lo largo de sus explicaciones, la Dra. Jiménez destaca la necesidad de regresar repetidamente a ciertos puntos clave para obtener una comprensión más completa de esta condición intrincada.

La Dra. Jiménez compartió la distinción entre las dos categorías fundamentales de la enfermedad inflamatoria intestinal: la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. ¿Cómo podemos diferenciarlas?

«Cuando hablamos de colitis ulcerosa, estamos limitados al colon y no se incluye nada del intestino delgado», explicó la Dra. Jiménez. «En cambio, al discutir enfermedades del intestino delgado, nos adentramos en afecciones donde la inflamación suele ser más superficial». Esta distinción es fundamental para comprender la diversidad de manifestaciones y enfoques de tratamiento requeridos para cada tipo de enfermedad inflamatoria intestinal.

Adicionalmente, la Dra. Jiménez ilustró la magnitud de la enfermedad inflamatoria intestinal y señaló que esta afecta a más de un millón de personas en Estados Unidos, «con un 25% de los casos manifestándose en la edad media». Además, destaca el aumento del 50% en la incidencia en la población pediátrica en la última década, un fenómeno que ha experimentado un impulso adicional durante la pandemia.

«Aproximadamente el 80% de los niños y jóvenes actualmente padecen enfermedades inflamatorias intestinales», informa la Dra. Jiménez. «En los últimos cinco años, desde el comienzo de la pandemia, hemos sido testigos de un incremento significativo en la incidencia de estas enfermedades».

Causas de las EII

Al explorar las causas de estas enfermedades, la Dra. Jiménez subrayó su naturaleza multifactorial y no completamente comprendida. «Existen diversos factores, como componentes genéticos, desencadenantes ambientales y respuestas inmunitarias», enumeró. Además, resaltó la importancia de la microbiota intestinal como un componente crucial en la causa de estas enfermedades.

«En muchos pacientes, la enfermedad inflamatoria intestinal resulta de la combinación de estos factores», indicó la Dra. Jiménez. «A lo largo de los años, la investigación ha sugerido que ciertos eventos, como infecciones virales o predisposición genética, podrían desempeñar un papel crucial». Aunque se han identificado algunos elementos contribuyentes, la Dra. Jiménez enfatiza que aún no se puede determinar con certeza la causa exacta en cada caso.

«La historia familiar desempeña un papel fundamental», advierte también la Dra. Jiménez. «Si hay antecedentes de la enfermedad en la familia, como padres, madres, primos o tíos, existe una predisposición al desarrollo de la enfermedad». Además, señala la importancia de reconocer los signos y síntomas, junto con alteraciones en los resultados de laboratorio, para una evaluación adecuada.

Lee más: Enfermedad Inflamatoria Intestinal: Lo que tu sientes, pero otros no ven

Cuáles son los síntomas

«Los pacientes pueden experimentar dolor abdominal, diarrea, sangrado en las evacuaciones e incluso fiebres intermitentes en casos agudos», detalla la Dra. Jiménez. «La detección del fallo en el crecimiento es crucial, especialmente en el ámbito pediátrico».

Dentro de las manifestaciones extra intestinales, la Dra. Jiménez destaca problemas en los ojos, inflamación, complicaciones artríticas, afectaciones óseas y otros órganos intestinales. «La relación entre el paciente, el pediatra y el gastroenterólogo es fundamental», insistió. «Esta comunicación eficaz es crucial para coordinar la realización de laboratorios, gestionar referidos y asegurar un seguimiento adecuado del tratamiento».

«Los pacientes pueden experimentar dolor abdominal, diarrea, sangrado en las evacuaciones e incluso fiebres intermitentes en casos agudos. Además, observamos la falta de energía, fatiga, pérdida de ganancia de peso o pérdida de peso. Sin embargo, lo más crucial para nosotros es la detección del fallo en el crecimiento, especialmente en el ámbito pediátrico», dijo.

Estrategias efectivas para el manejo

En cuanto al futuro de la enfermedad inflamatoria, la Dra. Jiménez aborda aspectos como la curación de la mucosidad intestinal, la modificación del curso de la enfermedad y la identificación de biomarcadores predictivos. «La comprensión de estos elementos nos permite desarrollar estrategias más efectivas para el manejo y tratamiento de la enfermedad».

«La relación entre el paciente, el pediatra y el gastroenterólogo es fundamental. Esta comunicación eficaz es crucial para coordinar la realización de laboratorios, gestionar referidos y asegurar un seguimiento adecuado del tratamiento. Aunque las cubiertas especiales facilitan algunos procesos, la relación continua y la puntualidad en el tratamiento siguen siendo fundamentales. En mi enfoque, destaco la importancia de abordar las preocupaciones a tiempo, incluso si el paciente se siente bien en intervalos de tres meses entre visitas médicas».

Consejos para los pacientes

«En lugar de esperar a que experimentes días con sangre o situaciones más críticas que te lleven al hospital, es crucial que mantengas un seguimiento constante», instó la doctora y exaltó la importancia de la comunicación abierta sobre cualquier cambio en los síntomas, incluso la presencia de sangre en la diarrea, se presenta como un requisito indispensable sin ocultarlo durante meses.

Además, subraya la importancia de buscar apoyo en grupos especializados. «Queremos estar al tanto para ofrecerte la ayuda necesaria», señaló sugiriendo que a pesar de la posible escasez de grupos de apoyo, hay recursos disponibles.

En términos de gestión y prevención de exacerbaciones, destacó la relevancia de identificar alimentos desencadenantes además de la importancia de planificar adecuadamente para viajes. «Planifica infusiones y pastillas según tus necesidades y comunica a tu médico si planeas un viaje prolongado», es el consejo enfatizado.

La necesidad de una comprensión profunda de la medicación y la enfermedad es crucial antes de abordar la transición. «¿El paciente sabe cuál es el nombre de este medicamento? ¿Entiende cómo debe administrarse?» son interrogantes fundamentales que deben abordarse antes de la transición. La preparación para la atención médica para adultos comienza a los 14 años, reconociendo la madurez del paciente.

«La estrategia es tratar agresivamente desde el inicio y, a medida que avanzamos, trabajar hacia la búsqueda de la cura», destacó la especialista.

Conoce más: 5 reglas para mejorar la calidad de vida con enfermedad inflamatoria intestinal

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