Dra. Legna Vargas Batiz **
Psicóloga Clínica, Profesora Universitaria, Hipnoterapeuta, Terapeuta Holística, Master Reiki e Instructora de Qigong /taichi
Como parte de nuestras culturas, fiestas navideñas y de fin de año, muchas personas realizan actividades/rituales y revisión de lo logrado, y hasta intenciones para el nuevo año que pronto ha de comenzar. Requerimos comprender que el ser humano tiene dimensiones, las cuales están interrelacionadas. Somos Bio-Psico-Social-Espirituales, y cada una de estas dimensiones son igual de importantes y deben estar en armonía.
Lo más importante para lograr nuestras metas es que vayan motivadas para nuestro “Desarrollo y Evolución Personal”, primero que lo material y las apariencias. Olivieri (2022) indica que un nuevo año es una invitación y una oportunidad para “volver a empezar” ó para “elegir qué y cómo voy a seguir”. Un desarrollo y evolución plena requiere de ocuparnos de nuestro cuerpo, mente y alimentar el alma evitando los excesos de comida, bebidas, trabajos, codependencias y apegos, de “exigencias y los tengo”. Para el desarrollo personal requerimos enfoque, disciplina, motivación, apoyo de seres queridos y amistades, amor propio y velar por la salud, acciones de gratitud y perdón hacia nosotros y los demás…
Es entonces, que ante esta comprensión y reflexión nos preguntamos: «¿cuál es mi propósito de Año Nuevo?»
Según Milkman(2023), algunas personas establecen una meta cada 1 de enero. Muchas veces no se logran dichas metas, ya que realmente estas tácticas pudieran ser más útiles si se elige un objetivo concreto y pequeño. Debemos evitar metas vagas como “este nuevo año haré más ejercicio” y en su lugar establecer metas específicas como “Haré ejercicio tres veces a la semana por media hora”. Siempre es importante comenzar, sin importar si anteriormente no lo hemos logrado. Cada Año Nuevo te permite dejar atrás esos pasos o metas fallidas, y decirte a ti mismo: «Voy por mí, aquel del año pasado es el viejo yo, ahora soy diferente».
¿Por dónde comenzamos?
Villarreal (2023) señaló que una buena manera de iniciar el año es reflexionar sobre tu sentido de vida, tu misión y la razón por la que estás en el mundo. “A lo mejor decimos, es una pregunta muy profunda y muy filosófica; pero una de las maneras de reflexionar es saber qué necesito de la vida y para qué estoy aquí.
Haz un plan con metas específicas y con base en indicaciones detalladas (Treviño, Longino, 2022).
Aquí 5 elementos de bienestar y con estos podemos visualizar el Año Nuevo: Sentir emociones positivas para gozar la vida; sentido de involucramiento en lo que hacemos; relaciones con los demás; sentido de la vida; y sentido de logro. Vemos que para poder tener éxito en algo, debemos comenzar desde adentro, desde nuestro deseo de vida, desde nuestro compromiso y poder relacionarnos con los demás.
Si tu resolución de Año Nuevo es meditar cinco días a la semana, un plan como “Meditaré entre semana” sería demasiado vago. Mejor un plan basado en indicaciones como «Meditaré en la oficina los días de semana durante mi hora de almuerzo». Trazar cuándo y dónde ejecutarás tu resolución refresca tu memoria cuando es oportuno y genera culpa si te echas para atrás. (Puedes utilizar recordatorios en el celular.
- Hazlo divertido
Es importante realizar las intenciones con alegría y que no sea forzado ni por complacer a otros. La complacencia debe ser para nosotros mismos. Si quieres ponerte en forma, ¿crees que un entrenamiento intenso será justo lo que necesitas para producir un progreso rápido? NO, comienza paso a paso y desde lo más sencillo a lo más complejo, desde una tarea con esfuerzo moderado y lo vas aumentando.
- Permitir emergencias (yo les llamo desarreglos)
Establece días donde puedas salir de esa rutina del esfuerzo para lograr esa meta de año nuevo. Por ejemplo, si tu meta es bajar de peso pudieras establecer varias veces al mes (1-3) en las que pudieras comer diferente (“los desarreglos”) y al próximo día hacer ayuno intermitente o más ejercicios. Es importante dentro de la consistencia y compromiso para lograr las metas poder ser flexibles con nosotros mismos y hacer todo con alegría, NO CON SACRIFICIO.
3. Solicita apoyo de tus amigos y personas cercanas para poder tener continuidad y nos motiven en lograr esas metas
¿Cómo nos mantenemos?
Reflexionar cuál es tu estado actual y en qué quieres modificarlo (Guerra, 2023).
- ¿Cuál es la mejor actitud para iniciar un nuevo año? Una actitud positiva y reflexiva, para repensar lo pasado; humilde, para reconocer errores y esperanzadora, para proyectar un año nuevo.
Balance entre lo que recibo y doy, implica detectar los “ingresos” (los bienes que incorporé a mi vida): afectos, conocimientos, recursos materiales, virtudes. ¿Qué recibí? ¿Qué decisiones acertadas tomé? ¿Qué sumó vida a mi año? De igual manera, los “egresos”: ¿Qué di? ¿Qué invertí? ¿Qué conductas equivocadas tuve? ¿Qué perdí? ¿Qué dañé o descuidé? Debe haber un balance entre lo físico, material, emocional, social y espiritual. No existe el destino, todo es consecuencia de nuestras decisiones, elecciones; cosechamos lo que sembramos. - Nuevos hábitos con emociones positivas: Ballesteros señaló que uno de los errores más comunes es visualizar metas a través de un cambio de hábitos repentino o que implique grandes saltos, pero sugiere hacerlo a partir de cambios que puedas aplicar desde un 1% de manera constante.
Proponernos cambiar un hábito a la vez, paso a paso con certeza y alegría y el apoyo de seres queridos. “Es buscar que ese hábito nuevo pueda sustituir al otro y permanecer en el tiempo». Esta meta o nuevo hábito lo puedes comenzar en cualquier momento, en enero, en dos meses, solo ser realista con uno mismo. - Comprométete a estar en buen estado físico y de salud. Comenzar con caminar, ejercicios suaves, ir a la playa, al parque, al campo, incluir qigong, taichi, yoga dos o tres veces a la semana. Lo importante es que busques una rutina que te sirva y la puedas mantener y cumplir a largo plazo y puedes ir con alguien conocido para apoyo.
- Dormir bien es una prioridad. Dormir es fundamental para la salud integral, reduce factores de riesgo para los ataques cardíacos y las enfermedades crónicas como la diabetes. Es importante para poder concentrarse y mantener una mente ágil.
- Buscar maneras de mejorar la vida de otras personas, servir y ayudar: “DAR”. Esta acción es la que más llena al ser humano. El DAR puede ser a personas, organizaciones, animales, a la naturaleza cuando la cuidamos y sembramos un árbol. Toda acción de ofrecer bienestar nos da alegría.
- Proponte fortalecer las relaciones de tus seres queridos y las sociales. El ser humano por naturaleza es social y vive en grupo, por eso es importante desarrollar las relaciones (todas). Las relaciones con familiares, amigos, vecinos, compañeros de estudio, trabajo que sean saludables nos ayuda a bajar el estrés desarrollar seguridad, bienestar y apoyo. Compartir para el desarrollo de las relaciones no requiere dinero ni cosas materiales, solo disposición, tiempo y deseos de estar.
- Estar atento a tu diálogo interno es importante. No te hables de manera negativa, las palabras son energía y afectan nuestra autoestima y se graban en nuestra memoria celular y pueden provocar enfermedades físicas y emocionales. Siempre exprésate en positivo, y di: «yo puedo, lo voy a intentar, de esto aprendí mucho».
- Practica la oración, la meditación y mindfulness. Nos ayuda a la regulación emocional, del estrés, mantener hábitos saludables de estilos de vida, de alimentación, de descanso y los movimientos meditativos nos ayudan a renovar nuestra energía. También aporta al desarrollo de la empatía, compasión, amor y equilibrio con todo lo que nos rodea. Se puede practicar varias veces a la semana.
- Lograr practicar la gratitud como virtud que emana del amor y de la alegría de vivir es bueno para la salud integral. Desde la psicología y las prácticas holísticas como el reiki, yoga, qigong, taichi, la meditación entre otras, la gratitud es lo que emana de un corazón con amor y un alma agradecida por la vida. Demos gracias por todo, POR TODO, por la vida, la familia, las amistades, las formas de ingreso o empleo, por nuestro planeta, los animales, por los alimentos, por el aire, el agua, la luz, la noche, por las experiencias duras que nos han causado dolor pero de ellas hemos aprendido. Agradecer lo que uno tiene, no sólo reduce la depresión, el estrés, disminuye la presión arterial, sino que también puede desacelerar los efectos del envejecimiento.
Comencemos el Año Nuevo dando gracias por lo vivido y por lo que viene.
** legnavargas@yahoo.com; 939-579-9432; Facebook: Legna Vargas; Shanti Holistic Healing and Evolution