La afantasía, un trastorno que priva a las personas de la capacidad de imaginar visualmente, comenzó a ser objeto de estudio en 2005, cuando el doctor Adam Zeman investigaba el caso de un paciente que perdió esta habilidad tras un procedimiento quirúrgico. Desde entonces, se ha profundizado en esta condición que afecta diversos aspectos de la vida cotidiana.
Un estudio realizado por la Escuela de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia ha arrojado nueva luz sobre la afantasía. Con la participación de 250 personas, este estudio reveló que el trastorno no se limita únicamente a la ausencia de imágenes mentales, sino que también afecta otros procesos cognitivos esenciales, como la memoria y la capacidad de proyección futura.
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Dificultades y síntomas
Los síntomas de la afantasía son diversos y pueden afectar áreas clave de la vida diaria. Desde dificultades para visualizar escenas o personas hasta problemas con la memoria visual y limitaciones en la expresión artística y descriptiva, esta condición presenta desafíos significativos para quienes la experimentan.
Para aquellos que enfrentan los desafíos de la afantasía, buscar ayuda de un especialista es fundamental. Los profesionales pueden proporcionar estrategias y herramientas para mejorar la calidad de vida y mitigar los efectos adversos de esta condición en el día a día. Con un enfoque adecuado, las personas afectadas pueden encontrar formas de adaptarse y prosperar a pesar de los desafíos que presenta la afantasía.
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