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Efectos de la artritis en la vida cotidiana

Se desconoce la causa exacta de la artritis reumatoide. Se considera una enfermedad autoinmune. Algunos componentes del sistema inmunológico atacan el tejido blando que cubre las articulaciones (tejido sinovial) y también pueden atacar el tejido conectivo en muchas partes del cuerpo, como los pulmones y los vasos sanguíneos.

En una etapa avanzada, los cartílagos, huesos y ligamentos articulares se erosionan (desgastan), causando deformidad, inestabilidad y formación de tejido cicatricial dentro de la articulación.

Entonces, ¿cómo afecta esto a la vida cotidiana de quien la padece? Veamos.

Efectos de la artritis reumatoide

Además de inflamación articular y los síntomas de órganos específicos, la AR también puede provocar fatiga, inapetencia, pérdida de peso, fiebre de baja temperatura y sentimientos de depresión.

Fatiga

A veces, un síntoma de la AR, la fatiga, es el primer signo de inflamación. Es una sensación de cansancio, agotamiento, pérdida de energía, debilidad física o sueño. El cansancio puede dificultar la concentración o el manejo del dolor, pueden provocar impotencia. Al igual que el dolor, el cansancio es una señal de que algo va mal. Luchar contra la fatiga puede hacer que te sientas mejor.

Las causas de la fatiga pueden incluir la inflamación, las actividades diarias excesivas, los efectos secundarios de los medicamentos, el estrés, la depresión o una variedad de estos.

La falta de sueño y el ejercicio regular, así como una nutrición adecuada pueden contribuir.

Una sensación de cansancio constante puede conducir al estrés y a la depresión. Y si te cansas físicamente, tu sistema inmunológico será menos capaz de combatir las infecciones y enfermedades. La fijación de prioridades, la toma de decisiones inteligentes y el mantenimiento de su fuerza te permitirá seguir haciendo la mayoría de las cosas que son importantes para ti.

Falta de apetito     

La AR puede hacer que te sientas enfermo, sobre todo durante los períodos agudos (o episodios de exacerbación). Cuando te sientes mal, no tienes ganas de comer, pero es importante seguir una dieta sana y equilibrada. Durante un episodio agudo, es posible que requieras más energía de lo normal porque tu cuerpo está trabajando más duro para hacerte sentir bien.

Intenta aumentar tu energía comiendo más calorías de la comida. Más calorías le darán a tu cuerpo más combustible para combatir la inflamación. Aquí hay algunas ideas para aumentar la ingesta de calorías en su dieta:

Aumenta las proteínas en tu dieta

  • Busca alimentos altos en calorías como el aguacate, la granola y las nueces
  • Bebe leche, prueba con soya, arroz, almendras, coco, etc., especialmente si tienes intolerancia a la lactosa
  • Añade crema a tus platos
  • Prueba con granos enteros en lugar de cereales refinados y procesados

Variaciones de peso

Con la AR es común experimentar cambios de peso. Esto se debe a que tu cuerpo está enfermo y puede hacerte perder el apetito, o un estilo de vida sedentario repentino puede hacerte ganar peso. La reducción de peso intencional puede volverse peligrosa. Te puede dejar exhausto, débil e interferir con el tratamiento. Es importante que hables con tu médico sobre cómo mantener un peso saludable con la AR.

Fiebre de baja temperatura

La AR suele ir acompañada de una ligera fiebre, que puede ser de uno o dos grados más alta de lo normal (98,6 F). La fiebre es un importante mecanismo de defensa del cuerpo contra las infecciones. Muchos niños y bebés desarrollan fiebres altas debido a enfermedades virales menores. Aunque la fiebre indica que el cuerpo está luchando una batalla, la fiebre está luchando por ti, no contra ti.

Salud mental

Si tienes artritis reumatoide, es posible que la enfermedad te resulte difícil de tratar. Algunos sentimientos de depresión son normales, pero pueden dificultar el manejo de la enfermedad.  Los síntomas de la depresión pueden incluir

  • Falta de sueño o exceso de sueño
  • Falta de apetito o apetito excesivo
  • Frecuentes lágrimas y sentimientos de tristeza
  • Fatiga, irritabilidad, inquietud o movimientos letárgicos                         
  • Sentimientos de impotencia o de culpa

La medicación, el descanso y el ejercicio son la mejor receta para el alivio de los síntomas, pero también ayuda centrarse en los aspectos positivos de la vida.

Es importante que tú y tu familia aprendan todo lo que puedan sobre la enfermedad y hablen con sus médicos y con el personal médico involucrado en su salud.  También puedes utilizar el consejo de un proveedor de salud mental para desarrollar estrategias de ayuda.

Algunas personas con AR pueden necesitar medicamentos especiales para aliviar la depresión. Saber que no estás solo y que los demás entienden algunos de los desafíos que enfrentas puede ser tu mejor apoyo emocional.

Infecciones                 

Las investigaciones han demostrado que las personas con AR corren un mayor riesgo de desarrollar infecciones que las que no tienen AR. Esto puede deberse a los efectos autoinmunes de la AR, o a algunos de los efectos inmunosupresores de algunas drogas.

Debido a que el sistema inmunológico ya está comprometido por la AR, es importante cuidar tu salud general para prevenir la infección. Aquí hay algunas ideas para ayudarte a reducir el riesgo de infección:

  • Duerme lo suficiente
  • Selecciona frutas y verduras orgánicas y de color
  • Revisa tu peso corporal      
  • Practica regularmente una actividad física moderada
  • Lávate las manos con frecuencia para evitar los gérmenes y las bacterias.                  
  • Controla la presión
  • Habla con tu médico sobre las formas de prevenir la infección

Cáncer

Los estudios también han demostrado que las personas con AR pueden tener un mayor riesgo de cáncer, especialmente si toman metotrexato, que podría triplicar el riesgo de cáncer de pulmón y melanoma. Los estudios también han demostrado que los individuos con AR tienen un mayor riesgo de cáncer. Las probabilidades son aproximadamente 2,5 veces más altas para las personas con AR que para la población general.

Los medicamentos que suprimen el sistema inmunológico con la intención de controlar la inflamación también pueden aumentar el riesgo de cáncer. Sin embargo, no se ha confirmado si la AR por sí sola o los fármacos inmunosupresores utilizados en su tratamiento causan un mayor riesgo de cáncer. Habla con tu médico acerca de la última información sobre este tema.

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