La dermatitis atópica, una enfermedad crónica que se caracteriza por enrojecimiento, picor y sequedad en la piel, afecta a aproximadamente el 20% de los niños y adolescentes en el mundo; se le suma un impacto en la calidad de vida física y emocional de quienes conviven con esta condición.
Con el objetivo de generar mayor consciencia, la Alianza de Apoyo al Paciente con Dermatitis Atópica (AAPDA) en colaboración con la Fundación Cross the Goal y BeHealth, entregaron datos relevantes sobre quienes viven con esta condición; un promedio del 58% de los pacientes con DA experimentan vergüenza debido a los cambios en la apariencia, y un 51% intenta ocultar los signos de a enfermedad.
A este encuentro, asistió la Dra. Lymarie Águila, dermatóloga. «Las causas son multifactoriales», dijo, al tiempo en que entregaba detalles del comportamiento de esta enfermedad. Algunos factores que pueden incidir:
- Factores genéticos
- Deshidratación
- Falta de protección en la piel
- Alimentos inflamatorios
Explicó además algunos componentes ambientales que aceleran el picor e hinchazón en las partes afectadas, nombrando el polen, moho, polvo, bacterias y cambios bruscos de temperaturas.
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«Temperaturas extremas, como el frío y el calor, además de otros factores ambientales, pueden empeorar los síntomas», comentó la Dra. Águila.
Otros impactos
La salud emocional juega un papel importante en la dermatitis atópica, aunque se conocen algunos cambios notables que se desarrollan con la enfermedad como el vitíligo o alopecia; la ansiedad y la depresión resultan ser también síntomas que deben tratarse de manera prioritaria y con profesionales.
Para minimizar el impacto causado ante las respuestas de entornos sociales, académicos como deportivos, la Dra. Águila insistió en la importancia de informar y educar no solo a los pacientes, también a los cuidadores que podrían incluso dedicar hasta 12 horas diarias en atención. Algunas recomendaciones de la especialista:
- Rutina de limpieza con productos específicos
- Tratamiento tópicos
- Fototerapia
A su vez, recuerda que esta condición es variante según la edad del pacientes. «En los infantes, es común que aparezcan lesiones rojas y escamosas en las mejillas, el cuero cabelludo y las superficies extensoras, mientras que en los niños mayores, las erupciones suelen localizarse en áreas de flexión, como los codos y las rodillas», comentó la dermatóloga.
Finalmente, la dermatóloga Lymarie Águila, insistió en la necesidad de un tratamiento integral que combine tanto el manejo médico de la piel como el apoyo emocional para ayudar a los pacientes a enfrentar los desafíos de esta enfermedad crónica.
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