Sobre la dermatitis atópica hay datos sorprendentes: Por ejemplo, afecta hasta un 20% de los niños en edad escolar, según afirma la Dra. Maritza Robles, trabajadora social escolar. Este padecimiento, caracterizado por picor intenso, resequedad y, en muchos casos, inflamación en la piel, afecta el físico, el rendimiento académico y bienestar emocional de cada estudiante.
Para los alumnos con dermatitis atópica, un día normal en el aula puede convertirse en un gran desafío, En su mayoría, están totalmente desenfocados por la incomodidad constante y, a menudo, con calor. Así lo explica la Dra. Robles, indicando que esta incomodidad lleva a que pierdan la concentración en clase, lo que se ve reflejado en su desempeño y motivación por el aprendizaje.
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Es importante menciona que esta condición puede presentarse de manera aguda, semiaguda o crónica, dependiendo de la edad y otros factores, afectando el bienestar del niño a largo plazo.
Los efectos de la dermatitis atópica no se limitan al ámbito académico, ya que también impactan el entorno social. Los estudiantes que viven con esta condición suelen ser objeto de burlas, apodos o incluso bullying, lo que puede llevarlos al aislamiento y a dificultades para interactuar con sus compañeros.
“Tal vez los niños no descansan bien debido al picor, y al otro día no rinden lo suficiente en la escuela por el cansancio”, señala la Dra. Robles. Esta falta de descanso contribuye al estrés, y, en casos más graves, al ausentismo escolar.
Además del trabajo en clase, es fundamental que la escuela ofrezca un ambiente emocionalmente favorable, donde se respete la diversidad de condiciones. Según la UNESCO, las condiciones socioemocionales son esenciales para el desarrollo de los estudiantes, quienes deben sentirse cómodos y apoyados en el aula para su óptimo aprendizaje.
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En este sentido, el trabajador social en las escuelas desempeña un rol clave: “Es importante que el trabajador social escolar esté allí para ayudar al estudiante a canalizar sus necesidades y coordinar apoyos junto al personal educativo y de salud de la institución”, comenta la Dra. Maritza Robles.
Finalmente resalta la importancia de educar tanto a los docentes como a los padres para que comprendan el impacto de la dermatitis atópica en los estudiantes. Coordinar reuniones y dialogar con el personal de enfermería y los maestros para notificar sobre la situación del niño permite adaptar el ambiente a sus necesidades, asegurando que estén alejados de fuentes de calor, uno de los factores que puede desencadenar síntomas.