En honor al Día Mundial de la Diabetes, la Asociación Puertorriqueña de Diabetes (APD) en colaboración con Sanofi, organizó un evento conmemorativo en San Patricio Plaza, donde cientos de personas se unieron en un círculo azul, un símbolo de apoyo para las más de 500.000 personas que viven con diabetes en Puerto Rico. La actividad reunió a pacientes, familiares y profesionales de la salud en un llamado de conciencia y solidaridad, destacando la importancia de la educación y el apoyo en el manejo de esta enfermedad.
Durante el evento, Eli S. Pérez Ramos compartió la historia de su hija Tania, quien, tras recibir un trasplante de corazón hace 16 años, necesita ahora un segundo trasplante para seguir adelante.
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«El tiempo de vida esperado de un trasplante suele ser de 10 a 15 años, y ella ya superó esa marca. Después de contagiarse con COVID-19, su corazón sufrió complicaciones y estamos buscando trasladarla a Nueva York para recibir atención en un centro especializado», explicó Pérez Ramos.
Por su parte, la nutricionista Michelle Carrillo habló sobre la importancia de una orientación alimentaria adecuada para las personas que viven con diabetes, destacando la necesidad de eliminar ciertos mitos en torno a los alimentos prohibidos.
“A veces escuchamos ideas erróneas sobre lo que se puede o no comer, pero el mensaje que queremos dar es que, con control y supervisión médica, no hay que temerle a la alimentación variada”, dijo Carrillo. Además, insistió en la importancia de que los médicos remitan a los pacientes a un nutricionista para recibir un plan alimentario personalizado, tomando en cuenta factores como el peso, género y preferencias.
La endocrinóloga Nicolle Canales explicó la necesidad de una educación constante para reducir la «brecha educativa» en diabetes y ayudar a los pacientes a manejar el «distrés» emocional que muchas veces genera esta condición.
“El sentido de agotamiento y malestar por las decisiones diarias que deben tomar los pacientes es real y requiere tanto apoyo emocional como familiar”, explicó Canales.
Testimonios
Otro de los testimonios inspiradores fue el de un alto ejecutivo de San Patricio Plaza, diagnosticado con diabetes tipo 1 a los siete años. A lo largo de su vida, ha enfrentado numerosos desafíos, incluyendo un reciente diagnóstico de cáncer tratable, pero incurable. «Mis hijos también tienen diabetes, así que hemos aprendido a enfrentar estos retos en familia. Nos ha enseñado mucho sobre perseverancia y apoyo mutuo», comentó.
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Finalmente, la directora ejecutiva de la APD, Brenda Padilla, explicó que el círculo azul forma parte de una iniciativa global de la Federación Internacional de Diabetes. «Desde hace 36 años, el círculo azul representa a quienes viven con diabetes alrededor del mundo. El mayor desafío es fortalecer nuestros programas educativos y fomentar un compromiso personal en cada paciente«, señaló Padilla.
La jornada cerró con un mensaje de unidad y esperanza, invitando a los presentes a continuar promoviendo la educación y el apoyo para mejorar la vida de quienes viven con esta condición. “El círculo azul es un símbolo de unión y resiliencia, una promesa de trabajar juntos para brindar una mejor calidad de vida a todos los afectados por la diabetes”, concluyó Padilla.