En Puerto Rico, un problema de salud común que afecta a una gran parte de la población son las alergias nasales. La doctora Vilma Velázquez , una destacada alergista, nos brinda información esencial sobre esta afección que ha estado en aumento, sus síntomas, causas y tratamientos.
“En estas condiciones, se manifiesta una sensibilidad especial hacia partículas presentes en el entorno que pueden provocar una serie de síntomas. Estos síntomas incluyen la congestión nasal, goteo de una secreción nasal clara, estornudos frecuentes y picazón en la nariz, los oídos y los ojos, entre otros”, compartió.
La Dra. Vilma Velázquez también enfatizó que estos síntomas son característicos de la rinitis alérgica y se distinguen de un resfriado común, que suele acompañarse de fiebre, malestar general y dolores en el cuerpo.
Una cuestión importante a tener en cuenta es la confusión frecuente entre la rinitis alérgica y la sinusitis. Algunas personas en Puerto Rico suelen denominar erróneamente la rinitis alérgica como «sinusitis». No obstante, es fundamental entender que la sinusitis es una infección y, como tal, sus síntomas y secreciones no son similares a los observados en pacientes con alergias nasales.
Además, aquellos que padecen rinitis alérgica a menudo enfrentan infecciones de oído, que también se asocian a esta afección. En ciertas ocasiones, la congestión nasal puede dificultar el sueño, lo que obliga a las personas a respirar por la boca y, como consecuencia, puede provocar ronquidos. Este impacto en la calidad del sueño y el nivel de alerta hace que brindar un apoyo y tratamiento adecuado a los pacientes con rinitis alérgica sea de suma importancia.
“La rinitis alérgica es una de las afecciones crónicas más comunes, lo que significa que es repetitiva y persiste durante un período prolongado. Podemos dividirla en dos categorías: la rinitis alérgica de tipo intermitente, que se presenta al menos cuatro veces al año o durante un período total de cuatro semanas al año, y la rinitis alérgica persistente, que ocurre durante más de ese tiempo mencionado”, explicó la especialista.
Tipos de rinitis alérgica
La rinitis alérgica es una de las afecciones crónicas más comunes, lo que significa que es repetitiva y persiste durante un período prolongado. La Dra. Vilma Velázquez divide la rinitis alérgica en dos categorías: la rinitis alérgica de tipo intermitente, que se presenta al menos cuatro veces al año o durante un período total de cuatro semanas al año, y la rinitis alérgica persistente, que ocurre durante más de ese tiempo mencionado.
Estas son tan comunes que no solo afectan a pacientes más jóvenes, como solía ser el caso hasta los 18 años, sino que también se diagnostican en niños de tan solo cinco años e incluso en algunos casos, en niños menores de un año.
Prevalencia y factores de riesgo
“Las personas que tienen un mayor riesgo de padecer rinitis alérgica son aquellas que tienen familiares con rinitis alérgica o que son alérgicos”. Además, aquellos que padecen dermatitis atópica también tienen un mayor riesgo de desarrollar rinitis alérgica. La presencia de fumadores en el hogar es un factor importante de riesgo, ya que la exposición al humo del tabaco puede desencadenar o empeorar los síntomas de la rinitis alérgica.
Es importante destacar que la rinitis alérgica está estrechamente relacionada con otras alergias significativas, como el asma y la dermatitis atópica. La Dra. Vilma Velázquez destaca que la identificación de personas con alergias nasales puede realizarse observando signos característicos, como el «saludo alérgico». Este gesto, en el que las personas se frotan la nariz con la mano, es un indicativo claro de que el paciente padece tanto dermatitis atópica como rinitis alérgica, y es una manifestación física de su incomodidad.
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La Dra. también señala que las personas que han realizado el «saludo alérgico» en exceso, y como resultado, han desarrollado surcos y líneas en la nariz, son característicos de los daños causados por el constante frotamiento debido al picor provocado por la rinitis alérgica. Estos signos físicos son un testimonio del impacto de la afección en la calidad de vida de los pacientes.
Factores de riesgo y desencadenantes
La Dra. Vilma Velázquez menciona que las personas con un mayor riesgo de padecer rinitis alérgica son aquellas que tienen familiares con rinitis alérgica o que son alérgicos. Además, aquellos que padecen dermatitis atópica también tienen un mayor riesgo de desarrollar rinitis alérgica.
La presencia de fumadores en el hogar es un factor importante de riesgo, ya que la exposición al humo del tabaco puede desencadenar o empeorar los síntomas de la rinitis alérgica.
Un factor clave que aumenta el riesgo de rinitis alérgica es la exposición a los ácaros del polvo. Estos microorganismos diminutos se encuentran principalmente en colchones, almohadas, peluches, alfombras, cortinas y en áreas con alta humedad. La Dra. Vilma Velázquez señala que estos ácaros se alimentan de piel muerta y pueden desencadenar o agravar la rinitis alérgica en las personas sensibles a sus alérgenos.
“Estos ácaros se alimentan de piel muerta, por lo que cuando nos acostamos en la cama a dormir, salen a alimentarse. Es importante destacar que la piel muerta es su principal fuente de alimento. Por lo tanto, los ácaros del polvo pueden desencadenar o agravar la rinitis alérgica en las personas sensibles a sus alérgenos”.
Otro factor que se asocia fuertemente con las alergias nasales es la presencia de mascotas en el hogar. Las mascotas que permanecen dentro de la casa, como gatos, conejos y pájaros, pueden ser responsables de un alto porcentaje de alergias nasales en las personas.
“Sin embargo, es reconfortante señalar que las probabilidades de desarrollar alergias debido a las mascotas son bastante bajas. Esto ofrece esperanza a quienes tienen mascotas y desean mantenerlas a pesar de una posible alergia. A menudo, las personas tienen la percepción errónea de que las mascotas con más pelo causan más alergias que las que tienen menos pelo. Sin embargo, es importante entender que en ambos casos, ya sea que tengan pelo largo o corto, la proporción de alergia que desencadenan es la misma”.
Asimismo, compartió que la longitud del pelo de la mascota no influye en la cantidad de alérgenos que producen. Si alguien es alérgico a los perros, experimentará alergia, independientemente de la longitud del pelo del animal.
Las esporas de hongos son otro desencadenante común de alergias. Las esporas de hongos se encuentran en diversos lugares, especialmente en patios y áreas con plantas, ya que los hongos prosperan en ambientes húmedos. En ocasiones, es posible observar un aumento en la presencia de hongos después de una lluvia, ya que la humedad favorece su crecimiento.
“Es fundamental prestar atención a las áreas de alta humedad en el hogar, como los baños o las áreas donde se observa la presencia de hongos, como la mancha negra en la foto mencionada. Corregir estos problemas de humedad en el hogar es crucial para prevenir reacciones alérgicas en las personas sensibles a estos desencadenantes”.
También es importante mencionar los ácaros del polen. Es cierto que en Puerto Rico, a diferencia de Estados Unidos, la exposición a los polen de forma continua a lo largo del año es más común. Los polen pueden provenir de diversas fuentes, como la hierba, los árboles y otras plantas.
Otro factor a tener en cuenta es el polvo de Sahara, el cual llega a la isla desde el desierto del Sahara en África. Este polvo es transportado a grandes distancias y afecta significativamente la calidad del aire en Puerto Rico debido a la presencia del polvo de Sahara en el aire.
Diagnóstico de rinitis alérgica
Para diagnosticar la rinitis alérgica, se toman en cuenta los síntomas que experimenta el paciente. La rinitis alérgica se caracteriza por síntomas como la congestión nasal, los estornudos, la picazón en la nariz y los ojos, y el goteo nasal. Estos síntomas son indicativos de la afección y se utilizan como base para su diagnóstico.
“Es importante recordar que la rinitis alérgica se manifiesta con un conjunto específico de síntomas, como estornudos frecuentes, picazón en la nariz, los oídos y los ojos, así como secreciones nasales claras. Estos síntomas son característicos de la afección y se distinguen de un resfriado común, que generalmente se acompaña de fiebre, malestar general y dolores en el cuerpo”.
En algunos casos, se pueden realizar pruebas de alergia para determinar específicamente a qué alérgenos o sustancias la persona es sensible. Estas pruebas pueden llevarse a cabo en la espalda o los brazos, y permiten obtener un diagnóstico en tan solo 20 minutos. Estas pruebas ayudan a identificar qué factores ambientales pueden estar contribuyendo o desencadenando la rinitis alérgica en el paciente.
Tratamiento
El tratamiento de la rinitis alérgica implica en gran medida eliminar o reducir la exposición a los alérgenos que desencadenan los síntomas. A continuación, se describen algunas estrategias para el tratamiento y la prevención:
- Ácaros del polvo: Para las personas alérgicas a los ácaros del polvo, es esencial tomar medidas para reducir su presencia en el hogar. Esto incluye el uso de fundas antialérgicas en colchones, almohadas y edredones, la eliminación de peluches, alfombras gruesas y cortinas difíciles de lavar, así como la consideración de cambiar muebles tapizados antiguos que pueden acumular ácaros. También se recomienda lavar la ropa de cama regularmente con agua caliente.
- Hongos: Para combatir la presencia de hongos en el hogar, se puede utilizar una solución de agua con cloro, preferiblemente en una concentración baja, para limpiar las áreas propensas a la acumulación de moho. Mantener un ambiente seco y bien ventilado también es importante para prevenir el crecimiento de hongos.
- Humidificadores: En el caso de la rinitis alérgica, no se recomienda el uso de humidificadores, ya que el aumento de la humedad en el aire puede favorecer la proliferación de ácaros y hongos, empeorando los síntomas. Es preferible mantener un nivel de humedad adecuado en el hogar y evitar la humedad excesiva.
- Tratamiento médico: En casos graves de rinitis alérgica, los médicos pueden recomendar medicamentos, como antihistamínicos, corticosteroides nasales y descongestionantes. En algunos casos, la inmunoterapia con alérgenos puede ser una opción para ayudar a reducir la sensibilidad alérgica.
«En términos de tratamiento, el enfoque principal es la prevención, eliminando o reduciendo la exposición a alérgenos conocidos, como ácaros, polen y esporas de hongos. Además, se pueden utilizar medicamentos, como antihistamínicos y corticosteroides nasales, para controlar los síntomas de la rinitis alérgica».
En casos graves o resistentes al tratamiento, la inmunoterapia con alérgenos puede ser una opción para reducir la sensibilidad alérgica a largo plazo. Uno de los tratamientos más efectivos son los aerosoles nasales. Estos aerosoles ayudan a bloquear la inflamación y reducir la congestión nasal, permitiendo una mejor respiración y alivio de los síntomas.
El uso de mascarillas es otra medida preventiva que puede ser útil en situaciones donde la calidad del aire se ve afectada, como en días con altos niveles de polen o polvo. Las mascarillas pueden ayudar a reducir la exposición a alérgenos y mejorar la calidad del aire que se respira.
«El índice de calidad del aire, que se representa con diferentes colores, es una herramienta útil para informar a la población sobre la calidad del aire en un área específica. Las personas con rinitis alérgica y otras afecciones respiratorias pueden utilizar esta información para tomar precauciones adicionales en días con una calidad del aire deficiente y evitar la exposición a alérgenos. Mantenerse informado sobre los informes de calidad del aire puede ser beneficioso para las personas con rinitis alérgica».
Los antihistamínicos son otra opción de tratamiento para la rinitis alérgica y pueden ser adquiridos sin necesidad de receta médica en muchas ocasiones. Estos medicamentos ayudan a aliviar los síntomas al bloquear la acción de la histamina, una sustancia química liberada en el cuerpo en respuesta a la exposición a alérgenos.
Sin embargo, los aerosoles nasales suelen ser una opción más efectiva para controlar los síntomas, ya que actúan directamente en la nariz y los senos paranasales, donde ocurre la inflamación alérgica.
“Para personas que tienen síntomas graves y no responden bien a otras medidas de tratamiento, las vacunas de alergia, conocidas como inmunoterapia, pueden ser una opción. Estas vacunas se administran en la oficina de un alergista y están diseñadas para ayudar al sistema inmunológico a desarrollar una tolerancia gradual a los alérgenos específicos a los que la persona es sensible. Si bien es un tratamiento más intensivo, puede ser muy efectivo para reducir la sensibilidad a largo plazo”.
En última instancia, la elección del tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y de la respuesta individual de cada paciente a las diferentes opciones disponibles. Un médico o alergista puede proporcionar orientación y recomendaciones personalizadas para el tratamiento de la rinitis alérgica.
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