La pandemia ocasionada por el coronavirus generó un sin número de cambios en los estilos de vida de la población en general, pero sin duda uno de las mayores consecuencias se evidencia en el uso excesivo de aparatos electrónicos que han afectado, la forma de relacionarse especialmente de los más pequeños, su higiene del sueño y su comportamiento.
Años atrás el uso excesivo de las pantallas se había asociado con problemas en su salud mental y física, pero pese a ello, la necesidad de un distanciamiento y las medidas de confinamiento decretadas por los gobiernos hicieron que estos aparatos fueran necesarios como técnicas de educación, entretenimiento y socialización,
Una investigación publicada en JAMA Pediatrics demuestra cómo las estadísticas de uso de de estas herramientas fue de 7,7 horas al día, durante la pandemia comparado con las estimaciones pre coronavirus que mostraban unas 3,8 horas/día.
Estos resultados se alcanzaron luego de encuestar a más de 5000 niños y adolescentes indagando sobre el tiempo que pasaban frente a sus pantallas.
A su vez, el epidemiólogo José M. Martínez Sánchez, jefe del Grupo de Evaluación de Determinantes de covid-19 de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), destacó: “Dos de cada tres niños menores de 48 meses estuvieron expuestos a teléfonos inteligentes y tabletas durante el confinamiento de la primera oleada. Y el 30 % de ellos lo utilizaban durante las comidas”
¿Cómo se ve afectada la población infantil?
Un trabajo investigativo publicado a finales de diciembre en JAMA Network Open, demostró cómo los niños que permanecían mayor tiempo frente a ordenadores, celulares, tabletas u otros aparatos tenían mayores relaciones con síntomas de irritabilidad, depresión, ansiedad y problemas de conducta.
A su vez, otras encuestas realizadas a 1.000 niños en edad escolar de EE UU destacó como aquellos que realizaban actividades deportivas y pasaban menos tiempo frente a la pantalla tenían mejores resultados en lo referente a su salud emocional.
Además de las complicaciones ya mencionadas, la falta de movimiento y permanecer demasiadas horas en una misma posición aumenta las tendencias de los jóvenes hacia la obesidad que muchas veces suele estar relacionada con otras enfermedades.
La obesidad y las pantallas
De acuerdo con el portal IntraMed, la revista Health Care publicó en febrero de 2021 un estudio que evidencia la relación entre la exposición a pantallas con una mayor ingesta de alimentos poco saludables.
“Los resultados apuntan cómo los niños más mayores (12-14 años) presentan el porcentaje más elevado de estar al menos 2 horas diarias frente a las pantallas para fines recreativos (63,9 %), y son los que más ingieren bebidas azucaradas (20,9 %) y comida rápida (12,2 %). Para los dulces, son los de entre 3 y 5 años el grupo que más los consume (78,1 %), así como los snacks (11,7 %)”, advierte.
También, se plantea la necesidad de adelantar más investigaciones sobre el impacto de la publicidad que los menores reciben durante su tiempo de ocio, llevándolos a ingerir menos productos nutritivos que sumado a los estilos de vida de muchas familias, carentes de una adecuada y sana alimentación puede repercutir en la salud.
Es necesario optimizar el buen uso de las pantallas
Si bien no se trata de demonizar el uso de los aparatos electrónicos, si se debe buscar la manera de hacer entender a niños y adolescentes sobre el daño que los mismos pueden generar en su salud.
Especialmente en lo relacionado con su actividad física y con sus relaciones interpersonales.
En lo referente a los daños emocionales o cognitivos que se pudiesen presentar, es importante continuar adelante con mayores estudios, pues contrario a lo planteado anteriormente, un estudio publicado en septiembre del 2021 contó con la participación de 12.000 niños y niñas de 9 y 10 años afirma que los niños en edad escolar que pasan más tiempo frente a las pantallas solo son ligeramente más propensos a sufrir trastornos de la atención, alteraciones del sueño o bajas calificaciones, y no depresión y ansiedad.
“No vemos un gran efecto del tiempo de pantalla en los resultados mentales, conductuales, académicos o sociales de estos menores”, indica a SINC Katie Paulich, su autora principal. “No parece que el tiempo de pantalla en sí sea ‘malo’ para los niños, al menos en las dimensiones que hemos examinado, y los padres y madres no tienen que sentirse culpables por poner a sus hijos frente a las ‘niñeras digitales’. Aun así, deben asegurarse de que sus hijos utilicen las pantallas de forma adecuada y se mantengan seguros”.
Recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría
- Para menores de 18 a 24 meses, evitar el uso de pantallas digitales (excepto videoconferencias).
- Entre 18 y 24 meses, en el caso de usar medios digitales elegir aplicaciones con calidad educativa y siempre en compañía de un adulto.
- De 2 a 5 años, limitar el uso de las pantallas a 1 hora al día, y siempre con programa educativos de alta calidad, recomendando que el adulto interaccione con ellos y le ayude a comprender el contenido.
- De 6 años en adelante, establecer límites de tiempo claramente definidos.
Destacando así que entre menor tiempo se expongan a las pantallas mucho mejor, especialmente durante las horas de las comidas y evitando su uso por lo menos 30 minutos antes de ir a dormir.
Con información IntraMed