«Desde que nosotros nacemos tenemos tres elementos que son importantes en la vida: el oxígeno, el agua y la alimentación. La alimentación es nuestro combustible, lo que nos da energía, lo que hace que el propio organismo tenga estabilidad», así inició la especialista en nutrición y dieta Lilyana Figueroa su conversatorio con BeHealth.
Adicional a ello enfatizó en que la nutrición tiene cada vez más y más evidencia científica en cuanto a la prevención o manejo de ciertas condiciones de salud y la afectación de tiroides no es la excepción.
Abordó algunas fuentes que establecen la importancia de la dieta y la necesidad de evitar extremos. Por ejemplo, los pacientes que padecen de hipertensión tienden a limitar mucho la sal; y este es un elemento que el cuerpo no produce pero sí necesita.
Recomendaciones a personas con hipertiroidismo e hipotiroidismo
La entrevistada precisó en primer lugar que estas recomendaciones son para la población general, y cada caso específico es diferente. Por tanto, recomienda que, antes de hacer algún cambio o modificación en la dieta, lo consulte con su médico de cabecera o con su endocrinólogo.
«En términos generales se recomienda a los pacientes que consuman una dieta variada que incluya frutas, vegetales, agua, y pescado. Es importante la vitamina A que contienen el huevo y, como hablamos al principio, alimentos que contengan yodo como el bacalao, el atún, la sardina, la leche, la papa o el huevo, que son alimentos que tienen yodo; también alimentos que tengan vitamina D y como los pescados».
Además, resaltó la importancia del consumo de cereales fortificados y el zinc que pueden encontrar en alimentos como las almendras.
Esto, sumado a un ejercicio físico moderado de al menos 150 minutos a la semana podrá ayudar a cuidar su glándula tiroides.
«En el caso de los pacientes que tengan limitada su movilidad hay otras indicaciones como hacer pesas con botellitas de agua, limitando el contenido de agua dentro de la botella».
Sobre las calorías necesarias y adecuadas para el consumo diario, indicó que esto depende de diversos factores que incluyen la edad, sexo, altura, entre otros.
Alimentos no recomendados para pacientes de tiroides
En este aspecto, explicó que hay alimentos que causan un efecto bociogénico como el brócoli, el maní, el rábano, la yuca, las coles de Bruselas o espinacas. Esto significa que se agranda la glándula de la tiroides haciéndola que trabaje un poco más.
Además, hay medicamentos que consumen los pacientes con tiroides que no se deben mezclar con ciertos alimentos o suplementos.
«Por ejemplo, el jugo de toronja. Es muy importante no consumir el medicamento con esos alimentos porque pueden interferir o pueden disminuir el efecto del medicamento».
Esto no significa que el paciente deba eliminar por completo el consumo de estos alimentos, sino que lo ideal es consultarlo con un especialista que le indique los horarios en los cuales podría consumirlos o las cantidades. Por ello, la importancia de que cada paciente lleve un control de los alimentos que consume semanalmente.