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Artritis reumatoide vs. artritis inflamatoria, lo que debes saber

La artritis reumatoide y la artritis inflamatoria son dos condiciones médicas que afectan las articulaciones y pueden causar dolor, inflamación y discapacidad en quienes las padecen. Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambas? En este artículo exploraremos las características distintivas de la artritis reumatoide y la artritis inflamatoria de la mano de la Dra. Karina Vilá-Rivera, reumatóloga del Doctor’s Center Hospital en su reciente charla organizada por la Arthritis Foundation.

“La forma más efectiva de educar a la población es dividir estas afecciones en dos grandes categorías: artritis inflamatoria y no inflamatoria”, compartió la especialista y agregó que, por otro lado, «la osteoartritis es una condición común que forma parte del proceso de envejecimiento. Es muy probable que la mayoría de nosotros experimentemos esta afección a medida que envejecemos”.

En este sentido, la artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que no solo afecta las articulaciones, sino que también puede manifestarse en otras partes del cuerpo. «Es una enfermedad sistémica que puede tener implicaciones en órganos internos, como el corazón, y sus síntomas pueden ser muy variados”, explicó.

Por otro lado, compartió que la artritis reumatoide afecta aproximadamente a 1.3 millones de estadounidenses. Se trata de una afección autoinmune, y su incidencia es un problema significativo. 

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica y autoinmune que no solo impacta las articulaciones, sino que también puede manifestarse en otras áreas del cuerpo, conocida como manifestaciones extraarticulares. Esta enfermedad sistémica puede afectar órganos internos, como el corazón, y presenta una amplia gama de síntomas. Para entender mejor esta enfermedad y sus tratamientos, pasemos al siguiente diapositiva.

“Esta enfermedad afecta predominantemente a las mujeres y se presenta como una afección crónica que puede causar un daño articular significativo si no se detecta y trata de manera oportuna”. 

Herramientas para el manejo cada vez más avanzadas

En comparación con el pasado, en la época de nuestros abuelos, donde no existían diagnósticos tempranos ni precisos, hoy en día disponemos de herramientas avanzadas para la detección temprana de la artritis reumatoide. Esto significa que un paciente con artritis reumatoide no tiene que experimentar el sufrimiento que solía ser común en el pasado, ni tiene que quedar discapacitado. De hecho, hoy en día, un paciente con artritis reumatoide puede llevar una vida funcional y normal siempre que siga su plan de tratamiento, asista a sus citas médicas, tome sus medicamentos según las indicaciones y realice los análisis y monitoreos necesarios.

Es importante destacar que esta enfermedad es más común en mujeres, y se ha identificado un componente genético que influye en su desarrollo. Por tanto, es fundamental abordarla de manera proactiva para prevenir su progresión.

“Como médicos, es de vital importancia para nosotros obtener un historial médico completo, incluyendo antecedentes familiares, ya que en muchos casos, los pacientes que padecen artritis reumatoide pueden identificar un componente genético significativo”. Por lo tanto, cuando un paciente se presenta con síntomas, es fundamental indagar acerca de la historia familiar para comprender mejor su predisposición a esta enfermedad.

¿Cuál es la importancia de la detección temprana?

Sin embargo, es frecuente que los pacientes no compartan sus síntomas por diversas razones, a veces por miedo o por no llegar a la consulta médica a tiempo. 

“En este sentido, nuestra meta es promover que los pacientes que experimenten dolor articular acudan a su médico de atención primaria de manera temprana, antes de que la enfermedad se manifieste por completo, ya que en esta etapa es más tratable”, dijo la doctora Vilá-Rivera.

No obstante, lamentablemente, las encuestas han revelado que los pacientes tienden a retrasar la discusión de sus síntomas. Por lo tanto, “si usted está experimentando dolor en las articulaciones de manera constante, es esencial que lo comunique a su médico de atención primaria durante sus consultas regulares”. 

Lee más: Conceptos básicos para comprender tu artritis

A veces, nos dejamos influenciar por lo que escuchamos de otras personas o consejos informales de amigos o familiares, pero lo más importante es mantener una comunicación abierta con su profesional de la salud para abordar sus preocupaciones de manera adecuada.

Compartir sus síntomas con su médico es esencial para que podamos hacer un referido temprano al reumatólogo y detectar la enfermedad a tiempo, lo que permite iniciar el tratamiento adecuado. “En la actualidad, disponemos de numerosas terapias altamente efectivas para ayudar a los pacientes que padecen artritis reumatoide”.

Tratamiento para la artritis

Cuando hablamos de tratamientos para las artritis inflamatorias, es importante comprender que no existe una solución única. No se trata de un solo medicamento que cure la afección. El enfoque debe ser multidisciplinario. 

“Es crucial educar al paciente sobre la importancia de los medicamentos. Aunque nadie desea depender de ellos, son fundamentales, ya que no solo alivian la inflamación y los síntomas, sino que también detienen el proceso que podría llevar a la discapacidad del paciente”.

Además de los tratamientos convencionales, como los medicamentos para el dolor, las terapias físicas y ocupacionales desempeñan un papel crucial. La educación del paciente y sus familiares es esencial para abordar la enfermedad en su totalidad y brindar apoyo en todos los aspectos. 

Antiinflamatorios

A menudo, la primera línea de tratamiento implica medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno o el acetaminofén, que pueden ser recetados por un médico de atención primaria o un especialista, y a veces se pueden adquirir sin receta en las farmacias. “Estos medicamentos son efectivos para aliviar los síntomas de la artritis reumatoide, pero su uso constante o diario puede tener consecuencias negativas”.

Es importante evitar el uso excesivo de estos medicamentos, ya que puede resultar en efectos secundarios no deseados. El monitoreo a través de análisis de laboratorio, tanto por parte del médico de atención primaria como del reumatólogo, es esencial. La comunicación fluida entre ellos permite un enfoque coordinado para el manejo de la enfermedad del paciente.

Los antiinflamatorios no esteroidales suelen ser comunes, como el ibuprofeno. A veces, se utilizan corticoides, como la prednisona, para controlar la inflamación y el dolor de manera inmediata. Sin embargo, estos medicamentos han estado en desuso debido a los conocidos efectos secundarios como osteoporosis, hipertensión, diabetes, cataratas, entre otros problemas de salud. 

Inmunosupresores

En ocasiones, los medicamentos utilizados en el tratamiento de la artritis reumatoide son inmunosupresores o inhibidores de sustancias específicas que se sabe que están elevadas en los pacientes con esta enfermedad. “Es fundamental que los pacientes entiendan que tienen sustancias inflamatorias circulando en su sangre que causarán dolor, inflamación y, en última instancia, la destrucción de las articulaciones si no se controlan con los medicamentos disponibles en la actualidad”.

A pesar de las preocupaciones sobre posibles efectos secundarios, la comunicación con su médico es crucial para entender los riesgos asociados con estos tratamientos. 

Esto no significa que todos los efectos secundarios o eventos adversos vayan a ocurrir en todos los pacientes. La gran mayoría de los pacientes toleran bien estos medicamentos, y tanto su médico de atención primaria como su reumatólogo están ahí para monitorear su salud de cerca a través de análisis de laboratorio y garantizar que no se produzcan eventos adversos.

Inhibidores de TNF-alfa

Que son uno de los grupos de medicamentos utilizados en el tratamiento de la artritis reumatoide y pueden ayudar a reducir el dolor, la rigidez matutina y las articulaciones sensibles o inflamadas. 

En cuanto a la elección de medicamentos para tratar la artritis reumatoide, “no hay un medicamento superior, ya que la respuesta de cada paciente es individual”. 

Cada paciente puede reaccionar de manera distinta a ciertos medicamentos, y algunos pueden experimentar efectos adversos mientras que otros no. No obstante, es importante destacar que el tratamiento de la artritis reumatoide es esencial, y “el monitoreo constante y la comunicación con su equipo médico pueden garantizar un manejo efectivo de la enfermedad y la prevención de su progresión”.

Terapias innovadoras

También están los inhibidores de moléculas pequeñas, que son tratamientos orales. Estos medicamentos permiten a los pacientes controlar sus síntomas y detener la progresión de la enfermedad con la comodidad de una pastilla al día. 

“Aunque es cierto que algunos de estos tratamientos pueden resultar costosos, existen opciones para justificar su uso, ya sea a través de planes médicos o asistencia gubernamental, entre otras”, explicó.

El uso adecuado de estas terapias, combinado con el monitoreo regular y el seguimiento médico, puede brindar una respuesta beneficiosa para los pacientes. 

Otras formas de manejo: fisioterapia y terapia ocupacional

El tratamiento de la artritis reumatoide no se limita únicamente a la administración de medicamentos, aunque estos desempeñan un papel fundamental en el manejo de la enfermedad. 

“La fisioterapia es una parte esencial del tratamiento, ya que ayuda a los pacientes a lidiar con el dolor articular y a mantener la movilidad. Es importante destacar que descansar en exceso ya no se considera beneficioso; en cambio, se fomenta la actividad física”.

Se recomienda a los pacientes con artritis reumatoide realizar actividad física regularmente, como caminar al menos 30 minutos, tres veces a la semana como mínimo, y participar en ejercicios de resistencia.

“Si bien es comprensible que los pacientes puedan experimentar dolor agudo durante las fases activas de la enfermedad, una vez que los medicamentos ayuden a controlar los síntomas, es fundamental fomentar el ejercicio y la actividad física”.

Además de la fisioterapia, la terapia ocupacional desempeña un papel esencial en la vida de los pacientes con artritis reumatoide. 

Esta terapia se centra en ayudar a los pacientes a realizar actividades cotidianas que pueden ser un desafío debido a la enfermedad. Puede implicar realizar modificaciones en el hogar, como cambiar las perillas de las puertas o adaptar áreas para facilitar la movilidad de los pacientes. Tareas simples como cepillarse los dientes, asearse y vestirse pueden volverse complicadas para quienes padecen esta enfermedad, y la terapia ocupacional puede proporcionar soluciones prácticas. Tanto la fisioterapia como la terapia ocupacional son componentes esenciales del tratamiento integral de la artritis reumatoide. 

Además de las terapias físicas y ocupacionales, existen otros enfoques terapéuticos que pueden ser beneficiosos para los pacientes con artritis reumatoide. La doctora mencionó algunos ejemplos:

  • Guantes de compresión: Estos guantes ayudan a reducir la inflamación en las articulaciones afectadas.
  • Vendajes: Los vendajes también pueden utilizarse para proporcionar soporte y alivio a las articulaciones inflamadas.

En casos más severos, pueden utilizarse métodos para corregir deformidades o proporcionar apoyo adicional a las articulaciones. Asimismo, en situaciones extremas, se puede considerar la consulta con ortopedistas para evaluar opciones como reemplazos articulares o dispositivos de corrección de deformidades.

Te puede interesar: Cómo llevar un estilo de vida saludable y cuidar de nuestro bienestar emocional con artritis reumatoide

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